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Geopolítica

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Crónica: el día de la esperanza

Casi la mitad de los mineros atrapados desde hace más de dos meses en el norte de Chile pudieron ver la luz del sol el miércoles tras emerger de las entrañas de la tierra.

Casi la mitad de los mineros atrapados desde hace más de dos meses en el norte de Chile pudieron ver la luz del sol el miércoles tras emerger de las entrañas de la tierra, mientras familiares y socorristas festejaban el maratónico rescate, que podría terminar durante la noche.

Entre gritos de algarabía y aplausos, 16 de los 33 mineros, protagonistas de una historia con ribetes de epopeya globalizada y exhibida en vivo por medios de comunicación de todo el mundo, han ido apareciendo en una angosta cápsula tricolor desde un túnel de 620 metros.

Hasta el momento, el último en salir fue Daniel Herrera, de 27 años y quien se fundió en un abrazo con su madre entre lágrimas. Antes de él emergió Víctor Segovia, el escritor del grupo, quien ha acumulado decenas de páginas con la historia de la hazaña, que ya se disputan varias editoriales.

"Nacimos todos de nuevo. El corazón se me salía", comentó Yessenia Segovia, al ver el ascenso de su hermano. "Yo creo que van a pelear por la oferta que hizo (de sus escritos)", agregó sonriente.

En un gesto simbólico, el presidente chileno, Sebastián Piñera, invitó a su colega boliviano, Evo Morales, a recibir a uno de los mineros que salió de las fauces de la tierra desde una especie de claustrofóbico ascensor llamado "Fénix", que debe recorrer el largo camino a la libertad de los 33.

Otros 17 mineros deben transitar ese camino para completar una inédita operación que comenzó poco después de la medianoche del martes y que podría extenderse hasta las últimas horas del miércoles o el jueves. Piñera se mostró optimista y dijo que espera el final de la operación en unas ocho horas.

Durante toda la madrugada, bocinas y aplausos llenaron el aire y tañidos de campanas repicaron en varias ciudades del país. Globos con los colores de Chile subieron al cielo cuando Florencio Avalos fue el primero en emerger del fondo de la mina San José, en medio del desierto de Atacama.

A media mañana del miércoles, 12 horas después del inicio de la fase final del operativo, los socorristas habían sacado a 15 mineros, entre ellos al único boliviano entre el grupo de chilenos.

Morales llegó a Chile para saludar y ofrecerle llevarse consigo a Bolivia, con empleo incluido, a su compatriota Carlos Mamani, de 23 años y el extranjero del grupo de 33 atrapados que protagonizó un hito mundial de supervivencia al soportar casi 70 días a unos 700 metros de profundidad.

El líder indigenista dijo que esta hazaña no sólo ha salvado a personas, sino que ha ayudado a estrechar los vínculos de su país y Chile, históricamente conflictuados por la demanda marítima de Bolivia.

Además de la visita de Morales, el mandatario chileno ha recibido llamados de felicitaciones de sus colegas de Brasil, Lula da Silva, y de Venezuela, Hugo Chávez, entre otros.

Algunos familiares de Mamani viajaron 35 horas desde la ciudad boliviana de Cochabamba hasta el hospital de la ciudad de Copiapó, cercana al Campamento Esperanza, fundado por los familiares de los mineros primero para presionar por su búsqueda y después para seguir paso a paso el proceso. El campamento pasará a ser un santuario, adelantó Piñera.

"Me siento muy contenta, muy feliz de volver a abrazar a mi hermano (...) Realmente me siento muy feliz, emocionada, no puedo decir más", dijo su hermana Nelia Mamani quien lo esperaba en el hospital de Copiapó, donde todos serán trasladados por helicóptero para chequeos y tratamientos.

Mientras el sol de mediodía acampaba sobre el desierto, los expertos en rescate, cinco de los cuales han bajado al fondo del ducto, se juramentaban en no descansar hasta sacar al último trabajador de la mina que producía una pequeña cantidad de cobre y oro antes de su colapso.

Video del rescate:

http://live.reuters.com/Event/Chile_Miners_Freed

Reporte de Insider TV: http://link.reuters.com/pez67p

Gráfico de preparativos http://link.reuters.com/ryn97p

Gráfico de rescate http://link.reuters.com/fat77p

ABRAZOS Y ROCAS

Cuando el primero de los rescatados, Florencio Avalos, de 30 años, pisó la superficie después del ascenso, su hijo menor y su esposa corrieron a abrazarlo. Poco después, Piñera lo estrechó en sus brazos, gesto que ha tenido con todos los rescatados que ha recibido, dado que entre el cuatro y el undécimo de la lista fue a descansar.

Casualmente, el rostro de Avalos había sido el primero en dar la vuelta al mundo cuando 17 días después del derrumbe dieron señales de vida, pese a que todos los daban por muertos, y se obtuvieron imágenes que mostraban a los mineros.

La escena de alegría se repitió con los otros mineros rescatados, como el extrovertido Mario Sepúlveda, que celebró su cumpleaños 40 bajo tierra; Juan Illanes, de 51 años que prometió dejar la minería tras el susto del accidente y Jimmy Sánchez, el más joven de los mineros con sus 18 años.

A ellos le siguió Osmán Araya, de 29 años y quien se había quejado de las malas condiciones en la mina.

Pocos minutos después emergió del ducto José Ojeda, destacado por ser quien escribió el mensaje "Estamos bien en el refugio los 33" que conmovió al mundo el 22 de agosto cuando pocos confiaban en que estuvieran vivos.

El octavo en la lista fue Claudio Yáñez de 34 años; para continuar con el más veterano de todos, Mario Gómez, de 59 años y el único en requerir hasta ahora asistencia inmediata de oxígeno por padecer de silicosis, lo cual sin embargo no le impidió salir con los brazos en alto y lleno de júbilo.

Los momentos de alegría y abrazos con familiares se repitieron con Alexis Vega, Jorge Galleguillos y Edison Peña. Lo mismo, con Carlos Barrios, Víctor Zamora, Víctor Segovia y Daniel Herrera.

Los mineros abandonaban la mina en la cápsula que apenas les permite moverse y que está equipada con un tubo de oxígeno y equipo de comunicación.

Y vestían trajes especiales para soportar la abismal diferencia térmica entre los 30 grados de la mina y la fría noche del desierto, también con lentes oscuros para no quedar cegados por las luces después de haber vivido en penumbras.

Con un humor a prueba de balas, Sepúlveda -uno de los pilares morales para sus compañeros mineros- al salir abrió un bolso y le entregó pedazos de roca del fondo de la mina al presidente y otros funcionarios.

"Estuve con Dios y estuve con el diablo, me pelearon, me ganó Dios. Me agarré de la mejor mano", dijo horas después Sepúlveda, rodeado de sus familiares, en declaraciones transmitidas por la televisión estatal chilena.

Todos los que han salido de la cápsula lo han hecho en una aparente buena condición de salud, no obstante están siendo trasladados al hospital de Copiapó, a donde ha ingresado la primera docena para chequear su condición clínica.

DOCH

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