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Debate sobre quién es el mayor emisor de carbono ensucia las conversaciones de la COP26
Parte del problema es que no hay una respuesta sencilla a la pregunta de quién es el mayor emisor de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global, algo que los países en desarrollo achacan a los ricos.
Las disputas sobre el dinero están complicando los esfuerzos para llegar a un acuerdo en las conversaciones climáticas patrocinadas por la ONU, porque los países en desarrollo presionan a los más ricos para que asuman los costos de frenar el calentamiento global.
Parte del problema es que no hay una respuesta sencilla a la pregunta de quién es el mayor emisor de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global, algo que los países en desarrollo achacan a los ricos.
Si bien China y Estados Unidos encabezan la tabla de emisiones, históricamente y en términos de cifras absolutas actuales, sobre una base per cápita el gigante asiático baja en la clasificación y Qatar ─que produce toda su energía a partir de petróleo y gas─ se dispara al tope, según cifras de Our World in Data.
Gran Bretaña, anfitriona de las conversaciones de la COP26 en Glasgow, Escocia, es sin duda el país donde comenzó el calentamiento global ya que en torno a 1750 inauguró la revolución industrial, impulsada por el carbón, el combustible fósil más contaminante.
Reino Unido siguió siendo el mayor emisor de CO2 hasta 1911, año en que Estados Unidos pasó a ocupar el primer puesto.
Desde entonces, Estados Unidos ha seguido siendo uno de los principales emisores y, aunque China le ha superado en términos de emisiones absolutas por año, la segunda economía del mundo sólo ha emitido en total la mitad de dióxido de carbono que Estados Unidos desde mediados del siglo XVIII.
En la clasificación por emisiones por persona, Estados Unidos ocupa el lugar 13 y China el 41, mientras que India, el tercer mayor emisor anual, está en el escalón 131, ya que mucha de su inmensa población no tiene acceso a la electricidad.
La cuestión de la responsabilidad histórica se ha cernido sobre la COP26, en la que los países en desarrollo están presionando a los ricos para que proporcionen más fondos que les ayuden a encontrar alternativas a los combustibles fósiles y a adaptarse al cambio climático.
Hasta ahora, el dinero no ha llegado, lo que complica los esfuerzos para frenar el calentamiento global, ya que algunos países dicen que no pueden permitirse reducir las emisiones más rápidamente sin ayuda financiera.
rrg