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Geopolítica

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En punto muerto, diálogo entre Micheletti y Zelaya

Los delegados del Gobierno de facto y del depuesto presidente Manuel Zelaya retomaron las negociaciones sin grandes esperanzas de resolver la crisis política que divide al país.

Los delegados del Gobierno de facto y del depuesto presidente Manuel Zelaya retomaron las negociaciones sin grandes esperanzas de resolver la crisis política que divide al país, y el líder derrocado dijo que el próximo jueves decidirá si plantea un nuevo camino.

Los representantes de ambas partes mantienen desde el miércoles reuniones en una mesa de negociación supervisada por la Organización de Estados Americanos (OEA), que envió una misión especial de cancilleres al país para acercar posiciones.

Pero antes de dejar Honduras y con la preocupación reflejada en sus rostros, los enviados de la OEA manifestaron el jueves sólo su "esperanza" en el diálogo para resolver el conflicto que divide al país desde el 28 de junio, cuando Zelaya fue derrocado por militares y expulsado del país.

Zelaya reiteró que esperará hasta la próxima semana para definir si cambia o no su postura.

"Los diálogos siempre hay que promoverlos, esos nunca hay que terminarlos. Ahora, como para aclarar las posiciones, creo que el término del 15 de octubre es suficiente como para que se aclaren las posiciones de ambos extremos", dijo Zelaya a Reuters desde la embajada de Brasil, donde permanece recluido.

El destituido mandatario reiteró su desconfianza respecto a las intenciones del presidente de facto, Roberto Micheletti, de restituirle el poder, un punto que considera irrenunciable.

"He manifestado que no tengo ningún optimismo sobre la conducta, sobre la voluntad política de los gobernantes de facto, que se mantienen por la fuerza", agregó Zelaya.

La reinstauración del mandatario depuesto es exigida no sólo por sus partidarios, sino también por la comunidad internacional, que aisló diplomáticamente a Honduras y le cerró fuentes de asistencia financiera tras el golpe.

Pero Micheletti se niega a devolverle el poder y ha dicho que está dispuesto a renunciar al Gobierno de facto si Zelaya abandona sus aspiraciones de volver a la presidencia.

Las protestas en favor de la vuelta al poder de Zelaya se han repetido desde que el depuesto mandatario retornó al país.

El jueves, un centenar de manifestantes zelayistas se congregaron en las afueras del hotel capitalino donde se desarrolla la mesa de diálogo, pero fueron dispersados por la policía con carros lanza agua y gases lacrimógenos, cuando intentaron bloquear el tránsito.

"Estaban gritando consignas fuera de las negociaciones y tuvimos que desalojarlos", comentó un policía.

No se reportaron heridos.

En punto muerto

El jueves, al concluir la segunda jornada de diálogo, uno de los representantes zelayistas, Juan Barahona, ratificó la desconfianza sobre los avances al afirmar que las negociaciones estaban "en punto muerto".

Sin embargo, los otros dos participantes de la mesa tuvieron un discurso más esperanzador. La representante zelayista Mayra Mejía sostuvo que ya existía un 25 por ciento de avance en el diálogo, pero no quiso detallar los puntos de acuerdo.

La delegación del Gobierno de facto se ha mantenido en silencio desde el primer día de sesiones.

Sólo la representante de Micheletti, Vilma Morales, aseguró que se habían establecido aspectos técnicos de procedimiento para continuar las negociaciones.

Entre los puntos planteados, surgió la situación actual de reclusión de Zelaya, porque la OEA solicitó al Gobierno de facto el traslado del depuesto presidente "a un lugar más digno, en relación a su cargo".

Sin embargo, el propio Zelaya sostuvo que prefería permanecer en la sede brasileña, aunque exigió una mejora de las condiciones de comodidad y seguridad.

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