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Geopolítica

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Presidente de Ecuador detalla planes para cárceles de máxima seguridad ante crisis penitenciaria

Enfrentando una ola de violencia y toma de rehenes en sus prisiones, Ecuador planea la construcción de nuevas instalaciones penitenciarias de alta seguridad en Pastaza y Santa Elena. Estos planes son parte de una estrategia más amplia del presidente Noboa para combatir el crimen organizado.

Enfrentando una ola de violencia y toma de rehenes en sus prisiones, Ecuador planea la construcción de nuevas instalaciones penitenciarias de alta seguridad en Pastaza y Santa Elena. Estos planes son parte de una estrategia más amplia del presidente Noboa para combatir el crimen organizado.

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, detalló el jueves planes para dos nuevas cárceles de máxima seguridad, como parte de su promesa de librar una guerra contra las bandas criminales a las que su gobierno culpa de una ola de violencia y de la retención de casi 180 funcionarios de prisiones por parte de los reclusos.

El dramático aumento de la violencia esta semana —incluido el asalto de una estación de televisión en vivo— parecía ser una respuesta de las bandas a los planes del nuevo presidente para abordar una grave crisis de seguridad.

El mandatario declaró un estado de emergencia de 60 días, sacó el Ejército a las calles, y señaló a 22 bandas delictivas como grupos terroristas en un decreto en el que declaró un estado de "conflicto armado interno". El miércoles sostuvo que esperaba ayuda estadounidense en unos días.

Noboa se ha comprometido, entre otras cosas, a trasladar a los líderes encarcelados de las bandas a nuevas prisiones de alta seguridad.

Nuevas instalaciones penitenciarias

Las instalaciones, que se construirán en las provincias de Pastaza y Santa Elena, tendrán espacio para 736 presos, divididos entre alta seguridad, máxima seguridad y súper máxima seguridad, dijo la oficina de Noboa en un comunicado el jueves.

La construcción de las instalaciones "es el inicio de un urgente saneamiento del sistema penitenciario", dijo Noboa en un video, agregando que también eran necesarias leyes más severas, jueces honestos y la posibilidad de extraditar a criminales buscados.

"Los desmanes en las cárceles y calles son respuesta clara del temor de los criminales a las políticas de seguridad que estamos implementado", señaló. "No vamos a dejar que un grupo de terroristas detengan al país".

En el video, también se mostró una maqueta de una de las nuevas prisiones, con seis edificios octogonales rodeados por un alto muro y múltiples vallas.

Las instalaciones bloquearán las señales de telefonía móvil y satélite, generarán su propia electricidad, tratarán su propia agua y emplearán guardias cuyos rostros estarán cubiertos para mantener el anonimato, según el gobierno.

Noboa, de 36 años, que asumió el cargo en noviembre, disfruta hasta ahora del respaldo de la Asamblea Nacional, que votó unánimemente el miércoles por la noche un apoyo para sus esfuerzos de seguridad.

Funcionarios de prisiones retenidos

Hay escasa información sobre el estado de los 158 guías y 20 funcionarios administrativos que fueron tomados como rehenes desde el lunes en al menos siete prisiones.

"La situación es bastante preocupante, todavía no sabemos las condiciones en las que se encuentran en el interior. Nadie entra, nadie sale, no tenemos datos específicos de lo que está pasando", dijo Carlos Ordóñez, vicepresidente de la asociación de guías penitenciarios a Reuters. "Estamos impotentes".

Ordóñez dijo que los militares se han hecho cargo del manejo de los sitios donde hay rehenes.

Aunque en las redes sociales han circulado vídeos que pretenden mostrar al personal penitenciario siendo sometido a violencia extrema, incluidos disparos y ahorcamiento, el comandante de las Fuerzas Armadas, el contralmirante Jaime Vela, dijo el miércoles que ningún rehén había sido asesinado.

Reuters no pudo verificar de inmediato los videos.

"Hasta ahora entendemos y tenemos la esperanza de que no sean mis compañeros los que aparecen en esos videos. Creemos que todos todavía están vivos", dijo Ordóñez, al señalar que presentaron una petición de "habeas corpus" (amparo) para tratar de presionar al Gobierno para que tome más acciones.

Sólo hay unos 2,600 guardias penitenciarios en Ecuador para encargarse de unos 32,000 presos, sin incluir los centros de detención juvenil, según Ordóñez.

"Le pedimos (al presidente) la libertad de mis compañeros y luego que se mejoren las condiciones laborales", agregó.

La agencia penitenciaria SNAI dijo el jueves que se habían producido disturbios durante la noche en dos prisiones y la fuga de tres reclusos de otra. Las operaciones para liberar a los rehenes están en curso, añadió.

Operaciones de seguridad y situación en las calles

La policía de Quito realizó el jueves una detonación controlada de un explosivo cerca de un puente de carretera y se produjeron detenciones por presuntos delitos de terrorismo y narcotráfico en todo el país.

Alrededor de nueve agentes de policía fueron secuestrados y luego liberados en los últimos días. No estaba claro cuántos siguen detenidos.

Ecuador limita con Colombia y Perú, productores de cocaína, y se ha convertido en un importante punto de envío. Sus dos vecinos han intensificado los controles en sus fronteras.

Las calles de Quito y Guayaquil permanecían más tranquilas de lo normal el jueves, con las clases escolares transcurriendo virtualmente y mucha gente trabajando desde casa, bajo un toque de queda desde las 23:00 hasta las 5:00 hora local.

Las imágenes de hombres armados tomando el control de un estudio de la emisora pública TC el martes fueron transmitidas en vivo durante unos 20 minutos y fueron noticia en todo el mundo.

Alina Manrique, una periodista de 39 años que se encontraba entre los rehenes, dijo que temía que la mataran y que imaginaba no volver a ver a sus hijos nunca más.

Ser rescatada por la policía después de que los pistoleros se rindieron fue "como volver a nacer", dijo.

"Para mí es claro de que todo el mundo ve lo que eran capaces de hacer a las dos de la tarde, o sea eran capaces de tomar por asalto un canal de televisión y poner de rodillas a 50 periodistas, a una ciudad, a un país", dijo Manrique.

José Luis Calderón, colega de Manrique, dijo el miércoles a Reuters que los hombres armados dijeron varias veces que eran parte de La Firma, una banda asociada con el grupo criminal Los Choneros, una de las que Noboa señaló como grupo terrorista.

La aparente fuga de prisión del líder de Los Choneros, Adolfo Macías, durante el fin de semana contribuyó a la decisión de Noboa de declarar el estado de emergencia.

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