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Geopolítica

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Vislumbran un cierre prolongado

La capital de Estados Unidos se prepara para hacerle frente a un cierre gubernamental extenso, dada la pertinaz intransigencia sobre la ley sanitaria de los legisladores demócratas y republicanos.

Ayer, Washington comenzó a prepararse para un prolongado cierre administrativo, con los representantes republicanos que exigen que la nueva ley sanitaria de la nación se retrase o sea derogada, y el presidente Obama y los demócratas negándose a rendirse.

En el Congreso hubo señales de que los republicanos quienes saben que es casi seguro que la culpa recaiga en ellos han empezado a buscar la manera de aligerar un poco la presión.

Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes impulsaron un nuevo enfoque, que ofrece financiar algunas partes del gobierno incluidos parques nacionales, los beneficios de los veteranos y el gobierno del Distrito de Columbia. El objetivo era poner a los demócratas en el ojo de la polémica, al tratar que voten en contra de los programas que son populares entre sus electores.

Los líderes demócratas del Senado y la Casa Blanca rápidamente rechazaron la estrategia.

Obama hizo su segunda aparición en dos días, para exhortar a los republicanos a financiar al gobierno. En su mensaje, desde el Jardín de las Rosas en la Casa Blanca, el Mandatario estuvo flanqueado por una docena de personas que no tienen seguro médico y que serán elegibles para obtener beneficios bajo la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, que entró en vigor ayer. La legislación, más conocida como Obamacare, es impopular aún; no obstante, las encuestas sugieren que la idea de cerrar el gobierno para atacarla lo es aún más.

Este cierre no se trata del déficit. No se trata de presupuestos. Este cierre es acerca de retrasar nuestros esfuerzos para proporcionar un seguro médico a personas que no lo tienen , aseguró Obama. Esto, más que cualquier otra cosa, parece ser lo que el Partido Republicano representa en estos días. Sé que es extraño que un partido mantenga a personas sin seguro médico como el objetivo principal de su agenda, pero al parecer así es , abundó.

Por el momento, ninguna de las dos partes siente un impulso claro para poner fin al cierre gubernamental.

Los líderes republicanos prefieren mantener cerrado el gobierno a comprometerse con la ley sanitaria. Y, con las encuestas que muestran que los votantes culpan abrumadoramente a los republicanos por el estancamiento, los demócratas también están dispuestos a dejar que se prolongue.

Aparte de una llamada telefónica de 10 minutos, hecha la noche del lunes, Obama y el presidente republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner no están dialogando. Boehner tampoco se ha reunido con el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid.

A diferencia de la mayoría de los miembros republicanos de la Cámara de Representantes, el senador Tom Coburn ha vivido un momento similar a éste, los cierres prolongados de 1995 y de principios de 1996.

Aunque el ardientemente conservador Coburn comulga con la fuerte oposición a la ley sanitaria de los legisladores más jóvenes, asegura que su estrategia de cierre acabará mal para los republicanos.

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