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¿Cuál es impacto de la salud mental en el entorno colaborativo?
Las empresas que priorizan la salud mental disfrutan de mayor productividad y menor rotación de personal, creando entornos laborales más saludables y competitivos
En un mundo empresarial cada vez más competitivo, la salud mental de los colaboradores ha emergido como un factor crucial para el éxito organizacional. Lejos de ser un tema meramente personal, la salud mental impacta profundamente la productividad, el clima laboral y la retención del talento.
Según el Mind Health Report 2024 de AXA en colaboración con Ipsos, la población mexicana es una de las más afectadas por condiciones de salud mental, a pesar de que el 83% considera su estado mental como “bueno” o “muy bueno”. Esta desconexión entre percepción y realidad subraya la necesidad de que las empresas adopten un enfoque proactivo.
La evaluación incorrecta de la salud mental por parte de los trabajadores no es un fenómeno aislado. El estudio también reveló que el 36% de los encuestados en México reporta sufrir alguna condición relacionada con la salud mental, una cifra que ha aumentado significativamente desde el 2022. Sin embargo, solo un porcentaje reducido busca atención profesional, lo que deriva en una autogestión inadecuada de problemas como ansiedad y depresión. Esto pone de relieve la importancia de que las empresas implementen políticas de apoyo y sensibilización.
Cultura empresarial y salud mental
Numerosos estudios internacionales han demostrado que los entornos laborales que priorizan el bienestar mental no solo experimentan menores tasas de ausentismo, sino que también disfrutan de empleados más comprometidos y motivados.
Según la World Health Organization (WHO), la depresión y los trastornos de ansiedad cuestan a la economía global más de 1 billón de dólares al año en pérdida de productividad. A su vez, el National Institute for Occupational Safety and Health en Estados Unidos señala que las empresas con programas de apoyo a la salud mental tienen un 21% más de probabilidades de aumentar la rentabilidad.
Las empresas deben ir más allá de solo ofrecer acceso a servicios de psicología o psiquiatría. La creación de un entorno de trabajo saludable comienza con la sensibilización y el entrenamiento de líderes para reconocer señales tempranas de problemas mentales. Las capacitaciones en salud emocional no solo deben estar dirigidas a los colaboradores, sino también a los directivos, quienes juegan un papel fundamental en la detección de posibles dificultades entre sus equipos.
Además, ofrecer espacios seguros para la expresión emocional, fomentar la desconexión digital, y promover políticas de trabajo flexible son algunas de las acciones que han demostrado ser efectivas en la prevención del agotamiento y la fatiga emocional.