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Las Alamandas, un santuario para celebridades que buscan privacidad y lujo
La fama de Costalegre como un destino de lujo y confort sigue creciendo, y Las Alamandas está en el centro de esta transformación
Las Alamandas, ubicado en el corazón de la Costalegre, ha sido testigo de la presencia de grandes estrellas de Hollywood y la música, incluyendo a Brad Pitt, Sofia Coppola, Jennifer Aniston y Robert De Niro. Este exclusivo resort no solo ha sido un refugio para celebridades que buscan privacidad y lujo, sino que también ha servido como escenario para producciones cinematográficas, donde la serenidad de sus playas y la belleza de su arquitectura se muestran en todo su esplendor.
Este paraíso escondido, rodeado por 800 hectáreas de reserva natural virgen, es el resultado de la visión de Isabel Goldsmith Patiño. Con un profundo respeto por la naturaleza y un legado familiar en la hotelería de lujo, Goldsmith ha creado un destino emblemático que captura la esencia del lujo en su forma más pura y rústica. Cada una de las 18 villas que componen Las Alamandas refleja un diseño que combina arte contemporáneo con influencias del arquitecto Luis Barragán, utilizando una paleta de colores que va desde el rosa mexicano hasta los tonos cálidos de naranja y amarillo.
El crecimiento de la Costalegre como un destino de lujo no es accidental. El hotel boutique ha jugado un papel crucial en este desarrollo, atrayendo a un selecto grupo de visitantes que buscan una experiencia única en un entorno natural inigualable. La exclusividad se extiende más allá de su arquitectura, sus cuatro playas privadas: Chachalacas, Las Cuatas, Soledad y Playa Las Alamandas ofrecen paisajes vírgenes que solo unos pocos tienen el privilegio de conocer.
La experiencia se enriquece con una propuesta culinaria que es tan extraordinaria como su entorno. El chef Alex Aguilar, con un compromiso con la calidad y la frescura, lidera la cocina. Su enfoque en ingredientes orgánicos, muchos provienen del huerto, lo que asegura que cada platillo sea una celebración de los sabores auténticos de México. Desde la pesca del día hasta helados artesanales y cremas tradicionales, la oferta es un festín para los sentidos.
El hotel cuenta con una colección de tequilas que invita a explorar las complejidades de este icónico destilado mexicano, donde cada botella ha sido seleccionada para ofrecer una experiencia única que complementa la gastronomía.
El servicio personalizado es otro de los sellos distintivos. Desde la organización de picnics privados frente al mar hasta masajes en una palapa junto al océano, cada detalle está diseñado para garantizar una estancia memorable. Las actividades que ofrece el resort, como: clases privadas de yoga, paseos a caballo y excursiones en kayak, están pensadas para conectar a los huéspedes con la naturaleza y ofrecer una desconexión total del mundo exterior.
Y cuando cae la noche, Las Alamandas revela uno de sus mayores encantos: un cielo estrellado que parece salido de un sueño.