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Diversificar para incrementar retorno y reducir riesgos

Si se quieren obtener mayores retornos en comparación con el riesgo que se está asumiendo, diversificar correctamente es un aspecto central a tener en cuenta. A continuación, algunos conceptos importantes para obtener los máximos beneficios de las ventajas que brinda la diversificación.

Los estudios estadísticos son concluyentes, la diversificación es uno de los mejores aliados del inversionista, ya que permite optimizar la relación entre riesgos y retornos del portafolio.

Si se quieren obtener mayores retornos en comparación con el riesgo que se está asumiendo, diversificar correctamente es un aspecto central a tener en cuenta. A continuación, algunos conceptos importantes para obtener los máximos beneficios de las ventajas que brinda la diversificación.

Un primer punto importante es diversificar entre diferentes clases de activos, invertir en bonos de alto y bajo riesgo, asi como en acciones con diferentes niveles de volatildad, tiende a reducir la vulnerabilidad en caso de que alguna de estas clases de activos ingrese en un período prolongado de retornos negativos.

Si se toma como ejemplo la última gran crisis financiera del año 2008, los índices bursátiles en diferentes sectores y países tuvieron caídas de magnitud histórica, y lo mismo sucedió con la mayoría de los commoditties. Sin embargo, los bonos de bajo riesgo mostraron ganancias importantes en la medida en que los inversionistas buscaban refugio en estos activos ante la incertidumbre reinante.

Contar con un saludable grado de diversificación entre diferentes clases de activos puede ser muy valioso para amortiguar las caídas de precios en momentos de dificultades, especialmente cuando estas clases de activos tienen un bajo grado de correlación en sus movimientos de precios.

Un aspecto central al cual muchas veces no se le presta la atención necesaria es el de la diversificación internacional. Muchos inversionistas tienden a tener su portafolio demasiado concentrado en su propio país de origen, lo cual puede ser un error muy costoso desde diferentes puntos de vista.

Habitualmente las personas suelen tener sus trabajos o fuentes de ingreso en su país de residencia, además de otros activos como inmuebles y propiedades. Teniendo esto en cuenta, concentrar el portafolio de activos financieros en el mismo país significa que una recesión o una crisis económica en ese país podrían tener un impacto demasiado costoso al afectar al inversionista en múltiples áreas al mismo tiempo.

Diversificando internacionalmente podemos amortiguar los riesgos ante problemas económicos en nuestro país de residencia, un beneficio de planificación patrimonial que va más allá de lo que tiene que ver estrictamente con activos financieros.

Tener demasiada exposición a un solo país puede ser notablemente perjuducial desde el punto de vista de la valuación de los activos. Si los precios llegan a niveles excesivamente elevados, tal como suele suceder en escenarios de burbuja financiera, es posible que los activos de ese país generen retornos muy negativos durante largos períodos de tiempo.

La economía de Japón tuvo una etapa especialmente brillante durante la década del 80, lo cual generó burbujas de precios tanto en activos financieros como en propiedades. Debido a estos niveles excesivos de precios, el mercado accionario de Japón produjo una pérdida promedio de 2.0% por año durante el período comprendido entre 1990 y 2010.

Lamentablemente, muchos inversionistas japoneses tienden a estar demasiado enfocados en su país, lo cual implica que tuvieron que aceptar retornos negativos durante dos décadas. Si en cambio hubieran tenido un enfoque internacional más amplio, seguramente hubieran logrado retornos muy superiores en ese período.

Diversificar en diferentes sectores también es muy importante para evitar los efectos perjudiales de un deterioro fundamental en un sector determinado de la economía o una burbuja de precios.

La crisis financiera del 2008 produjo la quiebra de instituciones financieras centenarias como Lehman Brothers, y muchos de los grandes bancos en Estados Unidos cayeron de precio hasta niveles que hubieran parecido inimaginables unos meses antes. Muchos gestores profesionales de fondos debieron asumir enormes pérdidas en sus tenencias al contar con una exposición demasiado elevada al sector financiero.

El sector tecnológico es uno de los que más ha crecido en los últimos años de la mano de la innovación y las nuevas oportunidades de negocio que esto implica. Sin embargo, el índice NASDAQ se encuentra todavía por debajo de los máximos alcanzados durante la burbuja de las acciones tecnológicas en 1999.

Por último, pero no menos importante, nunca es conveniente tener demasiada exposición a un único activo, incluso cuando el mismo parece particularmente sólido. Estafas contables, cambios tecnológicos en la industria o errores de dirección estratégica son solo algunos de los ejemplos de situaciones que pueden llevar a obtener grandes pérdidas en una posición individual.

En conclusión, para diversificar adecuadamente es necesario tener en cuenta las diferentes clases de activos, países o regiones, sectores económicos y nombres individuales. De esta forma, se estarán maximizando los beneficios de una herramienta tan importante y poderosa como es la diversificación.

fondos@eleconomista.com.mx

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