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El Tapering y su impacto en la energía y los metales preciosos

La energía ha mostrado una evolución positiva; mientras que, al contrario, los metales, una negativa.

La última gran noticia financiera este 2013 fue protagonizada por la Reserva Federal (Fed) el 18 de diciembre, día en que anunció el inicio del tapering de su programa de compra de activo. Si bien el mercado pasó los últimos seis meses preparándose para la noticia, el anuncio no cayó nada bien a los metales preciosos, sector que finalmente obtuvo los peores resultados de la semana. Mientras que por el lado de la energía, una vez más, ha hecho gala de un buen rendimiento ya que las seis materias primas con mejores resultados pertenecen a este sector.

En términos generales, la energía ha mostrado una evolución positiva, mientras que al contrario los metales, una negativa. Por su parte, el sector agrícola, si bien no se ha visto afectado por el anuncio de tapering de la Fed, se ha limitado a deambular. En la recta final del año, el rendimiento sectorial de los dos principales índices de materias primas, el Dow Jones UBS y el Standard & Poor's (S&P) GSCI, refleja hasta qué punto se ha experimentado un año complicado. Los metales preciosos cedieron más de 30 por ciento. Además, los metales industriales y la agricultura también arrojaron pérdidas debido principalmente a una mayor disponibilidad de suministro. Encabezando la lista se sitúa el sector de la energía, cuyos principales componentes obtuvieron en general resultados positivos, al igual que el gas natural y los dos referenciales del crudo.

El gas natural y la gasolina fueron los grandes beneficiados de la semana, ya que la demanda de ambos se expandió, lo que derivó en una disminución de la oferta. El aumento observado en la gasolina respondió a un repunte de la demanda en los días previos a las vacaciones de Navidad, mientras que el incremento de gas natural a las frías temperaturas que azotan los Estados Unidos, y que han provocado una drástica subida de la demanda por parte de las centrales que operan con gas.

La semana pasada, los inventarios en almacenamientos subterráneos situados en los Estados Unidos cayeron en la cantidad record de 285,000 millones de pies cúbicos, esto al verse la producción interrumpida por cierres provocados por las actuales condiciones de frío. Con ello, se acentúa así el riesgo de que aumente la volatilidad de gas durante la temporada alta de invierno, ya que la oferta depende cada vez en mayor medida de la producción offshore y no la interior, lo que con anterioridad ya agregó mayor volatilidad a la temporada de huracanes experimentada en verano.

Mientras tanto, para los granos, el café robusta, que en noviembre repuntó una cuarta parte y el 13 de diciembre alcanzó su máximo en tres meses, acabó siendo el gran derrotado la semana siguiente ante las expectativas de alzas en el suministro en Vietnam. El repunte de esta última época llegó de la mano del desplome de los inventarios en los almacenes de intercambio localizables hasta los niveles mínimos desde 2002. Esto se debió en primera instancia a la falta de suministro por parte de los productores vietnamitas, postergando lo que se preveía que fuera una producción récord con altas expectativas a incrementar los precios.

Por su parte, en los metales preciosos, la senda bajista del oro se mantuvo tras el anuncio de comienzo del tapering de la Fed. Las ventas por debajo de los 1,210 dólares por onza suponen hasta la fecha el cierre más bajo en tres años y sitúan de nuevo el foco en el mínimo de este año, que fue 1,180 dólares la onza. Una posible ruptura de este nivel situaría el siguiente punto en los 1,155 dólares la onza.

Hasta la fecha, los principales drivers del oro han sido las ventas técnicas y ciertas posiciones largas debilitadas que han optado por rescatar y registrar las pérdidas antes de finalizar el año. Es así como, la liquidez en todos los mercados, y también la del oro, escasea a medida que las carteras de negociación se cierran y los traders abandonan sus mesas para compartir con sus familias.

Existe consenso en que durante la primera parte del año se plantearán nuevos desafíos a los metales preciosos, ya que va a ser difícil contar con factores fundamentales que auguren valores positivos. Las inversiones en productos negociados respaldados por el oro se redujeron en mayor medida en diciembre y, queda por ver si se está ante un síntoma de que los inversores se preparan para otro año de pérdidas o si se trata sencillamente de liquidar posiciones, con el objetivo de absorber pérdidas y comenzar 2014 con otro enfoque.

En esta última época de debilidad, un aspecto positivo ha sido la capacidad de resistencia relativa de la plata, que mostró un mejor rendimiento que el oro, la semana pasada. En lo que va de año, el metal plateado cedió más de 36 por ciento. El sentimiento de los inversores es ya muy negativo, muestra de ello es la fuerte reducción en tenencias de productos cotizados y la limitación de posiciones largas netas en futuros.

Un año atrás, gran parte de los analistas estaban de lo más ocupados especulando hasta qué nivel podría llegar el oro, y este año, las expectativas están por todas partes. La mayor parte prevé que la debilidad se mantenga y, mientras algunos se sitúan en los 900 dólares por onza, otros no descartan un movimiento al alza en torno a los 1,500 dólares la onza. A la vista de la amplia gama de expectativas, no es de extrañar que la confusión se apoderara de los inversores y que impere la incertidumbre respecto de lo que vendrá.

Finalmente, 2014 parece ser un año de consolidación tras la drástica caída observada, y que puso fin a 12 años de mercados al alza. A lo largo del primer trimestre, se podría observar cierta debilidad adicional si el proceso de tapering o el posible fortalecimiento del dólar merman el soporte. No obstante, durante el año, se proyectaría una posible recuperación del oro podría, esto en la medida que los factores negativos se vayan desvaneciendo y terminen por desaparecer durante el año.

¿El crudo repuntaría en enero?

La semana mostró un empate entre el WTI y el Brent, ya que ambos arrojaron resultados positivos. Los traders llegaron a la conclusión de que el tapering es algo positivo puesto que viene a confirmar la recuperación de la actividad económica, lo que a su vez ayudará a estimular la demanda.

Dicho de otro modo, una vez más, se inicia el año con mayores perspectivas de crecimiento, algo que junto a las tensiones geopolíticas, ayudaron al Brent a subir en enero durante los últimos tres años en un promedio de 4.7%. No obstante, este año es probable que ese nivel de rendimiento no se repita. Y no solo debido a la ausencia de asuntos geopolíticas, sino también al hecho de que se espera que la oferta supere a la demanda a lo largo del próximo año, esto gracias a la producción fuera de la OPEP, que se prevé que continúe con fuertes incrementos.

Los últimos movimientos al alza han contado con el soporte de la creciente demanda de las refinerías, ahora que el invierno empieza a apretar. A esto se suma la salida constante de petróleo libio del mercado. El Brent regresó al área de los 110 dólares por barril, que se condice con el precio promedio de los últimos tres años. Si bien en 2013 se evidenciaron vaivenes, han sido menores a los observados en años previos.

¿Se mantendrá esta tendencia de volatilidad a la baja? Es probable que no. Es posible que se experimente una importante reacción. La perspectiva actual recoge que una vez más, el mercado podría anticiparse en las fases iniciales de 2014, pero si a la abundante oferta se suma un importante grado de incertidumbre en torno a las expectativas de las economías emergentes, se prevé que el petróleo se podría situar gran parte del tiempo en el extremo inferior del rango evidenciado en 2013.

fondos@eleconomista.com.mx

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