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Opinión

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Balance económico de la emergencia sanitaria en la región centro

Vista panorámica de la ciudad de Tlaxcala. Foto: Shutterstock

Como lo reportó la nota de Camila Ayala, publicada en la edición del viernes en la sección Urbes y Estados, el 1 de junio reanudaron actividades establecimientos económicos de la construcción, fabricación de equipo de transporte, elaboración de cerveza, minería y sus cadenas productivas. Sólo en la Ciudad de México, se reactivaron casi 57,000 empresas y más de medio millón de trabajadores. De esta forma, se relajaron parcialmente las medidas de emergencia sanitaria que estuvieron vigentes los meses de abril y mayo. ¿Cuáles fueron sus consecuencias económicas en la región centro de México? Según nuestras estimaciones, en ese bimestre el Producto Interno Bruto (PIB) de la zona sufrió una contracción de 568,100 millones de pesos, es decir, 7.3% menos con respecto al monto total alcanzado durante el año 2019.

Esta región está conformada por la capital, la cual resintió un ajuste a la baja equivalente a 5.3% de su PIB anual y las seis entidades que la circundan: Hidalgo (-7%), Morelos (-7.5%), Puebla (-7.1%), Querétaro (-7.1%), Tlaxcala (-7.9%) y el Estado de México (-7.4%). Asentadas en el centro geográfico de la República, ocupan apenas 5.1% de su territorio continental, pero sobre el mismo habita 32.9% de la población nacional, la cual aporta el 34.9% del PIB del país.

Las repercusiones de las medidas de emergencia sanitaria sobre la economía del centro del país están determinadas por su composición estructural, misma que ha sufrido cambios importantes como consecuencia de la apertura comercial y, posteriormente, por el desplazamiento relativo del auge exportador desde la frontera norte hacia el centro de México. Este movimiento se ha desplegado a través de las principales zonas metropolitanas localizadas en el altiplano y el Bajío. Así, si durante los primeros años de la apertura comercial se observó una relocalización relativa de las industrias electrónica y automotriz hacia el norte del país, en su fase más avanzada se aprecia un nuevo dinamismo de esas industrias, no en la capital del país, en donde se ha fortalecido su especialización en servicios avanzados, pero sí en las entidades circundantes.

De esta forma, la participación de la región centro en las exportaciones minero-manufactureras se elevó de 7.8 a 13.7% entre el 2007 y el 2018, destacándose en este proceso el dinamismo de las ventas foráneas de los estados de Querétaro, México, Puebla y Tlaxcala, con tasas medias anuales de crecimiento del 11.7, 8, 6.8 y 6%, respectivamente. La expansión de las exportaciones se apoyó básicamente en la manufactura de equipo de transporte y en menor proporción, en la de otras industrias manufactureras, así como en la fabricación de accesorios, aparatos y equipos eléctricos.

Considerando estas tendencias, las pérdidas en el valor bruto de la producción (valor agregado bruto más el valor de los insumos empleados en el proceso productivo) se elevaron a 1.09 billones de pesos. Casi un tercio se localizaron en la Ciudad de México (32.3%) y otro tanto en el Estado de México (32%); el restante 35.7% se distribuyó en las demás entidades de la región: Puebla (15.1%), Querétaro (8.9%), Hidalgo (4.8%), Morelos (4.7%) y Tlaxcala (2.1 por ciento).La capital, especializada en los servicios, registra las caídas más importantes en los servicios de apoyo a los negocios y la información en medios masivos. En las entidades circundantes, la actividad económica más afectada fue la fabricación de equipo de transporte. Salvo el Estado de México, la industria de la construcción también se encuentra entre las tres más afectadas en toda la región.

La pérdida de valor agregado, valor de la producción y PIB experimentada en el centro del país durante los meses de abril y mayo, daba soporte a 1´245,925 empleos formales e informales. Muchas de las personas que laboran en la ciudad tienen su domicilio en las entidades vecinas, por esta razón, las consecuencias sobre el empleo están fuertemente focalizadas en la capital (47.7%); las participaciones porcentuales del resto de las entidades de la región serían: Estado de México (25.4%), Puebla (10.1%), Querétaro (6.8%), Hidalgo (4.2%) y Tlaxcala (1.9 por ciento). Sectorialmente, las cinco actividades más afectadas son la industria de la construcción, los servicios de apoyo a los negocios, otros servicios, comercio al menudeo, así como transportes y almacenamiento. En conjunto, concentran 58.8% del impacto sobre esta variable.

La paralización de una parte importante de las actividades productivas afecta la capacidad de generar valor e ingreso. Por tanto, las familias están sufriendo una reducción significativa de su ingreso disponible para el consumo, provocando con ello una contracción de la demanda en bienes de consumo, incluidos aquellos que se producen dentro de la misma región. En orden de importancia, las seis actividades productivas más afectadas son: servicios inmobiliarios, comercio al menudeo, transportes y almacenamiento, industria alimentaria, servicios educativos y la fabricación de productos petroquímicos, de plástico y hule. En éstas se concentra 71.6% de la reducción en la demanda de bienes y servicios regionales para el consumo privado.

Finalmente, al ponderar la magnitud de los efectos por la población que habita en cada región, podemos apreciar la intensidad relativa de los mismos. Durante los meses de abril y mayo, del total de pérdidas económicas estimadas para la economía nacional, la región centro participó con 32.6% del valor de la producción, 35.3% para el valor agregado y 34.9% de la contracción en el empleo. Al considerar la población de la zona, podemos apreciar que los impactos relativos al interior del centro son muy parecidos a los del conjunto de la economía del país: En tanto, la caída en el valor de la producción de esta región resultó 1% menor al del conjunto de la economía mexicana, lo contrario ocurrió en el valor agregado y el empleo, cuyos efectos locales fueron superiores a la media nacional en 7 y 6%, respectivamente.

* Investigadores nacionales del Conacyt, adscritos al Centro de Investigaciones Socioeconómicas de la Universidad Autónoma de Coahuila.

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