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¿Dónde quedó la oposición?
El triunfo aplastante de Morena y sus aliados en la elección del 2 de junio deja una oposición, no sólo muy debilitada, sino fragmentada y con un futuro incierto. El frente amplio opositor y su candidata no dieron los resultados esperados y los tres partidos del frente, si quieren reconstruirse, tendrán que hacerlo en forma individual, alejados de cualquier acuerdo entre ellos, manteniendo sólo un frente en el legislativo.
Al PRD, la alianza con el PAN y el PRI le salió muy cara y, como se veía venir, perdió su registro. En los últimos años, desde la elección del 2018, perdió su razón de ser con la alianza con el PAN. Cuando la izquierda se alía con la derecha, la perdedora es siempre la primera, que acepta formas de pensar muy alejadas del pensamiento de izquierda. En las dos últimas elecciones el PRD se sumó a la alianza con el PAN y el PRI, con el objetivo de mantener su registro y se equivocó, seguramente le hubiera ido mejor si hubiera ido solo este 2 de junio.
Al PRI le pasó algo similar, en todas las encuestas previas a la elección sus preferencias estaban arriba de 15%, sin embargo, no llegó a 10%, muchos priistas se negaron a votar por una candidata identificada con el PAN. El problema que enfrenta el PRI va más allá de la pasada elección, el deterioro de su imagen ha sido continuo y en este momento no tiene nada que ofrecerle al electorado como para resurgir. Lo que era el PRI lo es actualmente Morena y salvo la lealtad que le tienen todavía algunos ciudadanos, la realidad es que Morena es lo que era el PRI en sus mejores momentos.
El PAN sigue siendo un partido necesario, no ganó nada con el frente opositor, pero tampoco perdió en términos de su votación. Ocupa el espacio del centro derecha y mantiene un electorado leal que ve en ese partido su única opción política. El principal problema del PAN está en que nunca ha estado cerca de la gente y que la renovación de su dirigencia se dará dentro del mismo grupo que perdió la elección.
Más allá de Morena, los ganadores en la elección del 2 de junio fueron los partidos pequeños que defienden, aunque sólo sea de nombre, causas concretas: trabajo, ecología y ciudadanía. Como sucede en otras partes del mundo, estos partidos adoptan una causa, nunca serán una opción para ganar solos, pero mantienen un electorado leal. Si bien la sorpresa fue el MC por el número de votos recibidos, habrá que ver qué tanto de esos votos fueron por el rechazo a Claudia o Xóchitl y cuántos realmente por lo que representan ese partido y sus candidatos. La jugada le salió muy bien a Dante Delgado, pero tengo muchas dudas de que los resultados obtenidos por este partido se vayan a repetir en el futuro.
El caso del Verde y el Trabajo es diferente, son partidos que se han venido consolidando con el tiempo y su votación ha ido a la alza. Con diferencia al PAN, PRI y PRD, al Verde y al partido del Trabajo les ha convenido ir en alianza con Morena.
La oposición está más débil que nunca, ya no hay un partido de izquierda como tal, el PRI está viviendo probablemente sus últimos estertores y ha sido sustituido por Morena, el PAN se mantiene, pero también mantiene su alejamiento de la gente. El problema está en que en la oposición no hay nadie que pueda competir con Morena en el mediano plazo.