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El Pentágono recibirá presupuesto para combatir a los carteles
El viernes 14 de julio, en Washington, Esteban Moctezuma, embajador de México, y Ken Salazar, embajador de EU en México, convocaron a una muy breve conferencia de prensa conjunta, en la que el embajador mexicano denunció que el 85% del fentanilo que se usa en Estados Unidos es introducido por ciudadanos estadounidenses, no por inmigrantes mexicanos.
Ese mismo viernes, ambos embajadores se reunieron con varios senadores demócratas y republicanos para discutir cómo los dos países podrían coordinarse mejor combatiendo el tráfico de fentanilo.
Con amplias sonrisas los dos embajadores querían demostrar que cuando México y Estados Unidos trabajan juntos en contra del tráfico de precursores para fabricar fentanilo, y cuando intercambian inteligencia contra el lavado de dinero de la droga, los resultados pueden ser muy buenos.
Moctezuma y Salazar dijeron que entre los dos países hubo ya un aumento de más del 300% en incautaciones de fentanilo.
Pero el lunes… en el Congreso, la reacción no fue la que esperaban.
Primero, el congresista Ken Calvert presidente de la Comisión de Asignación de Fondos Presupuestales, insistiendo que, para dar prioridad a la lucha contra el tráfico de fentanilo por parte de los cárteles mexicanos, en el presupuesto de defensa México será transferido de la jurisdicción del Comando Militar Norte (Northcom), a la jurisdicción del Comando Militar Sur, SOUTHCOM.
La razón: el comando militar del sur tiene una larga historia de operaciones internacionales antidroga de mucho éxito.
El comando norte tiene como misión la defensa del hemisferio norte del continente americano desde donde los militares de EU disuaden, detectan, rechazan y derrotan las amenazas externas contra su país.
La misión de Northcom es cooperar en actividades de seguridad con sus aliados y socios en el norte del continente.
El Comando Sur de Estados Unidos en cambio, es uno de los diez comandos de combate unificados pertenecientes al Departamento de Defensa. Su jurisdicción comprende los países de América Latina y 12 islas bajo soberanía europea. México aún pertenece al Comando Norte.
SouthCom abarca los océanos Atlántico y Pacífico y tiene su sede en Miami, Florida.
Le cuento todo esto porque el Congreso está trabajando en la Ley de Financiamiento del Pentágono, (Presupuesto militar anual) que en el 2024 será de 826,000 millones de dólares.
Es en ese presupuesto donde están los fondos para, en un término de seis meses, mudar a México al Comando Sur. Este cambio es importante porque SouthCom asumiría toda la autoridad sobre todas las actividades militares relacionadas con México. Los republicanos esperan que, al hacerlo, el Departamento de Defensa desempeñe un papel mucho más activo en la represión del tráfico de fentanilo.
El mismo lunes 17 de julio, el senador Charles Schumer, líder demócrata del senado, anunció una serie de nuevas sanciones contra China, que fueron ya incluidas en el mismo presupuesto de defensa, precisamente por el tráfico de precursores químicos chinos a México para que allí se elabore el fentanilo.
Usted conoce el dicho de que hay que poner las propias barbas a remojar cuando veamos que al vecino lo están rasurando. Es importante recordar esto hoy, porque en enero del 2020 la Agencia de Control de Drogas (DEA), identificó a México y China como las fuentes principales del fentanilo traficado a Estados Unidos. Fue entonces cuando, por primera vez, se señaló también a la India como un país exportador emergente de productos químicos relacionados al fentanilo.
La semana pasada le adelanté que, en el Congreso, demócratas y republicanos están enfocados en combatir militarmente a los carteles dentro de México, usando como argumento la epidemia de muertes por fentanilo.
Lo que vemos ahora es una forma novedosa de incluir en el presupuesto militar nacional de Estados Unidos partidas importantes de gasto para que el Pentágono combata frontalmente a los carteles mexicanos.
Por eso, el congresista Calvert anunció que el comité que él preside y que es el que asigna los fondos de defensa, hará lo que él llama… “inversiones récord en la interdicción de drogas y actividades antidrogas de parte de Estados Unidos”.
Esta acción de asignar fondos a los militares para hacerle la guerra a los carteles mexicanos está ya consignada en gruesos reportes escritos, justificando este cambio de política de defensa.
El resumen republicano que acompaña al proyecto de ley de gastos del Pentágono promociona 1,200 millones de dólares en fondos para interdicciones de drogas y actividades contra los carteles
El resumen también promociona un aumento de fondos no especificado para el programa antidrogas de la Guardia Nacional, así como programas de capacitación y equipamiento para ayudar a los países latinoamericanos a tomar medidas enérgicas contra los cárteles. En el blanco del combate militar estarán en la mira, según el Congresista Calvert, “con un particular énfasis, los cárteles de la droga de Sinaloa y Jalisco”.
En México se ha dicho que esta es politiquería, consecuencia de las elecciones estadounidenses del año próximo. Eso es cierto. Lo que es distinto es que en Estados Unidos estas amenazas tienen seguimiento a fondo y no se quedan solo en discursos.
Las amenazas de Washington, particularmente en elecciones que están aún a año y medio de distancia, necesariamente se convierten en acciones inmediatas. Dicho de otro modo, los carteles van a tener días muy difíciles dentro de poco tiempo.
Asignar fondos de defensa contra los carteles es una clara anticipación de que habrá actividades armadas en contra de ellos. Y que les será muy difícil traficar sus mercancías de país en país.
Además, una vez que las partidas del presupuesto militar sean aprobadas, a más tardar en septiembre de 2023, no habrá poder humano que detenga su aplicación.
Curiosamente, mientras todo esto ocurre en Washington, en Bruselas en la reunión de países de CELAC, (Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños), México está buscando que, en la declaratoria final, cuyo objetivo es resaltar y redefinir el libre comercio de mercancías entre la Unión Europea y los países latinoamericanos, se incluya una condena al embargo de Estados Unidos a Cuba. Y usted se tiene que preguntar ¿por qué estamos haciendo algo así?
Es cierto que el gobierno de Joe Biden contesta con sonrisas todas las críticas e insultos que se hacen en el gobierno mexicano a la política estadounidense, porque México está cooperando para evitar una crisis migratoria inmanejable. Pero sería bueno recordar que en México, justamente por razones electorales, el horno no está precisamente para andar horneando bollos.
Todos estos movimientos del presupuesto militar de Estados Unidos pueden ser una muestra abominable de imperialismo. Sin embargo, hay que recordar también que los carteles son los que diariamente están invadiendo con sus productos las fronteras de EU.
Usted puede responder que es el apetito estadounidense por las drogas, o que Estados Unidos es culpable de no vigilar sus fronteras, o que el narcotráfico es culpa de que Estados Unidos exporte sus armas de fuego, todo eso se ha dicho por años y se ha perdido en el vacío. Lo que nunca se ha hecho es asignar partidas militares para combatir a los carteles mexicanos. Lo que nunca se ha hecho es señalar con nombre y apellido a China, a México y a la India como los responsables de las muertes de cientos de miles de estadounidenses.
Hay congresistas demócratas que se dan cuenta de las enormes consecuencias de lo que los republicanos están haciendo, y justificadamente protestan, argumentando que el Comité de Asignaciones Presupuestarias no tiene potestad para transferir a México del Comando Norte al Comando Sur, y que eso dañará las relaciones entre los dos países.
En todo eso tienen razón. Por eso yo le he dicho en varias de estas columnas que el peligro de iniciar cuestiones armadas particularmente entre vecinos es algo muy peligroso, porque este tipo de acciones adquieren vida propia y entonces se vuelven incontrolables.
En el Senado, mientras, la senadora Joni Ernst, republicana de Iowa, y Tim Kaine, demócrata de Virginia, se unieron con un proyecto de ley que requeriría que el Pentágono utilice los fondos que se le asignen para profundizar la cooperación de seguridad con el ejército mexicano y así, juntos combatir el tráfico de fentanilo.
En la Cámara de Representantes, Stephanie Bice, republicana de Oklahoma, y Salud Carbajal, demócrata de California, presentaron el mismo proyecto de ley.
Pero eso no ha detenido el creciente coro de legisladores republicanos y de candidatos presidenciales pidiendo que el Congreso apruebe acciones militares contra los carteles dentro de México.
Algo que usted necesita saber es que en el proyecto de gastos de defensa del Senado sí se incluyen disposiciones requiriendo mayor cooperación entre las fuerzas armadas de Estados Unidos y México.
México, en este contexto, necesita reconocer lo serio de la situación.
Hoy todavía hay tiempo para moldear todo esto en acciones conjuntas entre los dos países. Pero ojo, porque el tiempo se está acabando, y el presupuesto militar contra los carteles sigue avanzando.