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En commodities, la cura para los precios altos son los precios altos
Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Mucho gusto en saludarte. Hemos salido de una narrativa inflacionaria para entrar en el sentido opuesto.
Los precios altos, sin duda, han logrado su cometido y hemos visto cómo el consumo cae, la capacidad de compra se debilita y en la cadena de suministro los márgenes se aprietan en los sectores primarios.
Los precios de las materias primas agrícolas han caído dramáticamente y eso ha permitido que los precios de las diferentes proteínas animales tengan ajustes en proporcionalidad; sin embargo, eso no necesariamente se traduce en mejores precios de compra para los consumidores.
El último eslabón en la cadena ha logrado mantener precios altos, exigiendo precios menores de la proveeduría. El consumidor sigue y seguirá en retroceso mientras esta dinámica no cambie.
Así como hemos destacado que los precios altos son la cura de los precios altos, los precios bajos se curan igualmente con precios bajos. Los ciclos son fáciles de poderse determinar, no así la duración de estos.
Hablemos de materias primas agrícolas. De momento hemos visto una secuencia de expansión productiva en el mundo. El mundo dominado por Estados Unidos no; es más, de hecho, el rey de la soya es Brasil, el rey del trigo es Rusia, y el rey del maíz sigue siendo Estados Unidos.
Pero le están peleando el trono. De hecho, Brasil fue ya este año el mayor exportador de maíz al mundo.
La producción agrícola es sin duda vulnerable al clima, y hemos visto mucha oscilación climática en el planeta. No me voy a meter a la ciencia de lo que ya conoces, menos aun en los cansados clichés de probable causa.
Lo que sí haré es resaltar que después de tres años de sequía, finalmente las lluvias regresaron a Argentina y con ellas el potencial de una cosecha muy generosa. Brasil, por su parte, ha tenido un carnaval productivo menos exuberante. Incluso, respecto de potencial se ha restado mucho, y el productor esté algo consternado.
Después de años sin pausa de expansión y bonanza, finalmente la sequía hizo presa de muchos cultivos que nos dejan en este momento ante la creciente labor de cosecha de soya y siembra de maíz tardío, aun tratando de determinar cuál será la resultante de producción.
Y ese es el enfoque que cambiar, los precios no dependen de producción, dependen de consumo y cuando esas dinámicas aparecen, solo la baja de precio es capaz de establecer dicha motivación.
Comprar en estos escenarios es como tratar de atrapar cuchillos cayendo, el comprador adquiere un inverso cada vez que compra y eso en esencia es el reto mayor. Comprar en mercados alcistas es fácil, pero incomodo. Comprar en mercados bajistas es cómodo pero difícil.
Despedimos el tratado de hoy cabalgando rumbo a la puesta de sol resaltando que, si el clima opera en normalidad, los norteamericanos hilaran otra cosecha que será sembrada en breve, y que empalmará con los cultivos tardíos sudamericanos en un exceso de inventarios mundiales bastante notorio.
La multiplicación de existencias sin duda crea una presión bajista que a los productores les ocasionará muchos problemas.
Entendemos que los precios son irrelevantes pues este negocio es uno de márgenes; sin embargo, cuando los precios de venta caen más rápido que los insumos y los costos varios, dichos márgenes se hacen negativos, con lo cual te podrás dar cuenta de la ciclicidad de nuestros mercados.
Cuando los precios son altos los consumidores padecen, y cambian sus hábitos creando desaparición de consumo, pero cuando los precios son bajos en la inversa deprime inversión y capacidad productiva generando escasez y el precedente a precios altos.
De momento, es el productor el que lleva las de perder, el ajuste es inminente, así que hay que tener precauciones y administración de riesgos adecuada.
No olvides que al mercado no le importa si estás o no estás, le importa que tu tierra produzca.
¿Y en eso de administración de riesgos, estás en buenas manos?
Ánimo.