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Opinión

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Fortalecer el derecho a la vivienda

De forma sorpresiva, se dio a conocer que el Instituto para la Seguridad de las Construcciones del Gobierno de la Ciudad de México puso a consulta una norma en la que pretende que todos los desarrollos inmobiliarios de interés social tengan la obligación de ofrecer como mínimo un cajón de estacionamiento por departamento. Actualmente no siempre es necesario proporcionar esta infraestructura para vivienda social. Se trata de una media que, de concretarse, seguramente va a incrementar el costo de este tipo de vivienda. De acuerdo con analistas del mercado inmobiliario, un cajón de estacionamiento encarece la vivienda entre 10 y 20 por ciento.

Esto es grave en una ciudad y en un país que cada vez produce menos vivienda popular. De acuerdo con datos del Infonavit, generamos menos vivienda que antes, la producción de vivienda residencial es de alrededor de 20% menor en relación con la producción de hace seis años, pero para la vivienda social la caída es peor, producimos casi 30% menos. En el mercado hipotecario, la vivienda de interés social ha tenido tasas negativas de crecimiento desde junio de 2018. El problema es más serio en la Ciudad de México, en donde el Infonavit apenas si coloca poco más de 30,000 créditos al año, cuando en el Estado de México se colocan más de 40,000 y en Nuevo León más de 50,000.

Desarrollar vivienda popular en zonas centrales es indispensable, por supuesto, para garantizar el derecho a la vivienda de sectores de ingresos bajos y medios, pero también para mejorar la movilidad, al reducir los tiempos de traslados, utilizar mejor la infraestructura ya existente y evitar que la mancha urbana se expanda, a costa de suelo rural y de conservación. En el Valle de México, la prioridad debe de ser construir vivienda orientada al transporte, cercana a los sistemas colectivos que ya existen, o los que están por concluirse, como los trenes a Toluca y al AIFA.

También en zonas bien localizadas, en las que se puede convivir con usos industriales, como en Vallejo, o de plano sustituirlos, como en Atlampa, en donde existen planes para su adecuado desarrollo y financiamiento, o las que están subutilizadas, como la zonas periféricas al Centro Histórico.

La vivienda social debe también servir para consolidar nuevas centralidades, esto es zonas de la urbe en la que las personas puedan desarrollar la mayor parte de las actividades en un perímetro cercano, con los espacios públicos necesarios, con movilidad peatonal y ciclista, con un enfoque en el que los desarrollos de interés social se mezclen con otros usos, como los comerciales, y también con la vivienda residencial. De hecho, las facilidades que se puedan otorgar para desarrollar más vivienda, tiene que estar siempre condicionados a que, además de la vivienda residencial, se produzca también la que sea asequible a personas de ingresos medios y bajos.  Esa vivienda, la popular, debe de contar con enotecnias, que reduzcan su impacto, como la colecta del agua de lluvia y el uso de la energía social, es mejor utilizar los recursos para esos fines que para un estacionamiento. 

Es por eso necesario que el cambio de la norma no se apruebe y que sea posible producir vivienda social sin estacionamiento en la zonas adecuadas, es importante también desarrollar una política nacional y local para que la construcción de ese tipo de vivienda sea prioridad en zonas centrales y en donde existe transporte masivo. De hecho, sería mejor incluso, en ciertas zonas, no solamente permitir la vivienda social sin estacionamiento, sino limitar el número de los mismos cuando se decida ofrecerlos, como medida para desincentivar el uso del auto. La pobreza patrimonial de las personas nunca se va a reducir de manera significativa si no se incrementa la oferta de vivienda de bajo costo, para eso se requiere que el Infonavit coloque más créditos, pero también que la banca tradicional ofrezca nuevos productos, que la digital se incorpore a este mercado, que existan subsidios en ciertos casos, que se desarrollen distritos para ordenar y pagar infraestructura nueva y que se trabaje para hacer posible el crecimiento interior de la ciudades.

Twitter: @vidallerenas

Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), cuenta con una Maestría en Política y Gestión Pública por la Universidad de Essex, Reino Unido y un Doctorado en Administración y Gerencia Pública por la Universidad de York

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