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Ha nacido una leyenda, Donald Trump; ¿qué hará George Clooney?
El intento de magnicidio contra Donald Trump será el metamensaje que eclipse las campañas electorales. No habrá otro, ni siquiera la secuela del salto súbito hacia el precipicio que Joe Biden realizó la noche del debate en CNN.
La bala que no mató a Trump lo terminará por convertir en una leyenda; el antihéroe de la política cuyos “méritos” justifican su regreso a la Casa Blanca para que continúe drenando el pantano de la política estilo “Washington”.
La nota roja le ha abierto las puertas al sensacionalismo.
Jean Baudrillard diría que la escena del intento de asesinato de Trump ya la presenciamos en el pasado por cortesía de Hollywood. Ocurrió con las Torres Gemelas. La imagen de Trump con la cara ensangrentada es la de un luchador que se levanta con vida y con sed de venganza, luego de que, por segundos, al mundo se le secó la garganta.
En el lenguaje espectacular no hay mejor ficción que la realidad. Un mitin, Trump y un tirador que logra ingresar a un edificio tomado por agentes de seguridad; dispara, y del suelo resurge el antihéroe. “Fight, fight, fight”, gritó Trump rodeado por agentes de seguridad. Lentes negros y un genotipo que estéticamente refiere a Matrix; los agentes de seguridad cargan en hombros al luchador victorioso frente a los protocolos que imponen la desaparición del blanco.
Las redes sociales y los canales de noticias unen sus señales. En pocos minutos el mundo se ha enterado del intento del magnicidio.
Donald Trump ha deseado vincular su imagen con escenarios violentos. En su momento presumió de su popularidad revelando públicamente un escenario en el que él mismo sale a las calles de Nueva York disparando una metralleta. Trump en medio de un espectáculo violento.
O qué decir sobre el choque de manifestantes en Charlottesville. Para el entonces presidente Trump había “gente buena” en ambos bandos: fascistas contra antifascistas. Una persona perdió la vida.
Pero la catarsis violenta en su ejercicio del poder ocurrió un 6 de enero, el asalto al Capitolio, con balas y muertos de por medio.
El lenguaje violento de Trump es el fundamento de la hybris que se apodera de él en todas sus actuaciones políticas. Arrogante y desmesurado se piensa como el mejor presidente en la historia de Estados Unidos. Némesis, la diosa del castigo, rara vez le coloca obstáculos a Trump.
Aficionado a la lucha libre, Trump recurre a la fuerza física con tal de no ser desplazado de la primera línea de atención global. Ocurrió durante una cumbre de la OTAN. Siendo presidente, Trump empujó al primer ministro de Montenegro Dusko Markovic para que no le quitara un lugar de la primera fila durante la foto familiar.
Las llamadas narrativas sobre el suceso se van fabricando al paso de los minutos. ¿Fue producido el ataque? Preguntan los mismos que dudaron sobre el origen de la pandemia y las vacunas. La manipulación de la realidad es el alimento de las redes. La democracia fallece en medio de las fake news. La misma amenaza a la que se enfrentan los medios de comunicación.
El comercial sobre el atentado en contra de Trump fue tan perfecto que no pudo ser real, comentan los envidiosos de la popularidad que ahogará la vanidad del expresidente.
Hybris en contra de Némesis.
¿Qué sigue?
Los demócratas tienen que pensar y reaccionar bajo un escenario de emergencia.
¿George Clooney en el lugar de Joe Biden? Ya no es la política donde saldría la némesis de Donald Trump. Es el mundo del espectáculo, ese ambiente al que él entiende muy bien. Mucho mejor de Joe Biden.
Ha nacido una leyenda.
@faustopretelin