Lectura 5:00 min
IMSS-Bienestar, el reto de la salud pública
Para el presidente Andrés Manuel López Obrador, el programa IMSS-Bienestar, es “el mejor sistema de salud del mundo” que está siendo construido por su gobierno.
Es, ha dicho, un sistema de salud público, gratuito –sin cobro de cuotas, prepagos o primas– para proteger a la población que no tiene seguridad social.
Está enfocado a la salud preventiva, con atención universal, que “cubre todos los padecimientos y proporciona todos los medicamentos”.
El IMSS-Bienestar es el legado en materia de salud del gobierno lopezobradorista.
El presidente de la República ha reconocido que no le dio tiempo de lograr un sistema de salud como el de Dinamarca.
Ahora dice que su gobierno construye, con notable avance, “el mejor sistema de salud del mundo”, en virtud de la “federalización” (que en realidad debe entenderse como la centralización) de los sistemas de salud de los estados de la República Mexicana.
IMSS-Bienestar nace a partir del fracaso del Insabi.
El 22 de agosto de este año 2024 se estarán cumpliendo dos años de la publicación del decreto por el que se ordenó la creación del organismo público descentralizado IMSS-Bienestar.
La próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, le dará continuidad y consolidará la construcción de ese modelo de salud pública.
Así lo confirmó la virtual presidenta (este 13 de agosto) al informar que Alejandro Svarch actual titular de la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) será el próximo director del IMSS-Bienestar.
El actual presidente de México dejará su legado y a sus recomendados. En días recientes, recomendó a Sheimbaum la permanencia en sus cargos de Zoé Robledo, Alejandro Svarch y Ruy López Olvera Ridaura.
Robledo ya fue ratificado. A Svarch lo designó futuro director del IMSS-Bienestar y falta ver qué decide respecto de Ruy López.
Por lo pronto, está claro que la próxima jefa del Ejecutivo no sólo mantendrá, sino que consolidará lo que califican como un esquema de salud pública.
La intención, han dicho desde el gobierno saliente y el entrante, es revertir el esquema de “privatización de la salud” de los gobiernos neoliberales.
Svarch es un funcionario pragmático que, durante su gestión como titular de la Cofepris, le dió un vuelco a la agencia sanitaria.
Como recalcó Sheimbaum al anunciar su designación, emprendió una feroz batalla contra la corrupción en la Cofepris, la reestructuró e impulsó la digitalización de los procesos de registro.
Adicionalmente –lo reconocen los principales protagonistas del sector farmacéutico–, abrió la puerta y mejoró las relaciones con el sector privado.
Impulsó y generó una política que apoya la fabricación de medicamentos biocomparables y de producción de materias primas para producir medicamentos.
El de Svarch es un nombramiento positivo, por su perfil especializado y sentido práctico.
Sin embargo, llega a una posición en la que tendrá que demostrar sus habilidades políticas y de gobernanza, porque le tocará conciliar con los directivos de los sistemas de salud estatales.
Además tendrá que mostrar su sagacidad para coordinarse con el director del IMSS, Zoé Robledo –con quien se dice no tiene la mejor relación– y con el secretario de Salud, David Kershenobich (de quien fue discípulo y mantiene una cordial y fraterna relación).
El IMSS-Bienestar se está construyendo con la infraestructura y los recursos de los servicios de salud pública de las entidades de la República Mexicana.
Hasta ahora son 23 estados los que ya se afiliaron al IMSS-Bienestar. En conjunto atienden a 53 millones de mexicanos más otros tres que están a punto de adherirse con lo que sumarán 60 millones de mexicanos afiliados a este esquema de salud.
De acuerdo con cálculos del Instituto de Investigación e Innovación Farmacéutica (Inefam), que encabeza Enrique Martínez, este grupo de entidades representa una demanda de medicamentos de entre 200 y 300 millones de piezas por un importe de 30 mil millones de pesos.
El reto central para el éxito o fracaso del IMSS-Bienestar será el esquema consolidado de compras de medicamentos y dispositivos médicos que está bajo la responsabilidad de Birmex, cuyo presupuesto en 2023 fue de 6 mil millones de pesos y para este año 2024 es de 10 mil millones de pesos.
Birmex comprará, con los presupuestos del IMSS, IMSS-Bienestar, ISSSTE y la Megafarmacia, los medicamentos necesarios.
Está por verse si funciona o será el sexto esquema de compras que se ha intentado en el actual gobierno y han fracasado.
En conjunto, Birmex ejercerá un presupuesto que rondará los 240 mil millones de pesos para la compra de medicamentos y dispositivos médicos.
El IMSS-Bienestar será en magnitud de la dimensión del IMSS.
En paralelo, hay expectativa y preocupación, en el sector privado por quién relevará a Svarch en Cofepris.
Ahí, se requiere, dice el presidente de la Amelaf, Juan de Villafranca, un perfil técnico, no político.
El reto en salud pública para la población no derechohabiente para el próximo gobierno, es inmenso. Veremos.