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INSABI, el Irresponsable Ejecutor
“Aún entre los demonios hay algunos que lo son más que otros...” El Quijote
El 3 de febrero la Auditoría Superior de la Federación[1] -ASF- emitió el dictamen de los trabajos de auditoría, la cuál se practicó sobre la información proporcionada por la entidad fiscalizada, en este caso del Instituto de Salud para el Bienestar -INSABI- y de cuya veracidad es responsable.[2]
El INSABI[3] fue creado por decreto el 29 de noviembre de 2019 con la responsabilidad de que todas las personas que se encuentren en el país que no cuenten con seguridad social tengan derecho a recibir de forma gratuita la prestación de servicios públicos de salud, medicamentos y demás insumos asociados, al momento de requerir la atención, de conformidad con el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sin importar su condición social.
A tres años, el INSABI como organismo ejecutor en la esfera administrativa para hacer efectivo el derecho a la salud, ha sido un verdadero desastre, un verdadero irresponsable, llevando a la población sin seguridad social -más de 77 millones de mexicanos- a un círculo perverso y regresivo: mala salud y mala economía, que ha sido documentada en diversas informaciones oficiales del INEGI[4] y del Instituto Nacional de Salud Pública[5] y utilizadas por el CONEVAL[6].
Desde el Congreso de la Unión y junto con los gobernadores del Partido Acción Nacional señalamos el error de eliminar el Sistema de Protección Social en Salud y la centralización de los Sistemas Estatales de Salud Pública -SESA´s- en una masa amorfa denominada INSABI. Por fortuna nuestra lucha legislativa logró que dicha “centralización” fuera optativa, así Guanajuato y cinco estados más no se “adhirieron”.
Agradezco desde estas líneas al gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y demás gobernadores del PAN que en enero de 2020 creyeran en sus secretarias y secretarios de Salud y en un servidor para no someterse a los caprichos del inquilino del palacio que ha conducido al país al peor desempeño en salud del mundo, con evidencias de una mortalidad cuatro veces mayor que el promedio de los países de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica -OCDE-[7].
Los estados no adheridos al INSABI han tenido el mejor desempeño de salud. Hoy, Guanajuato tiene el mejor sistema de salud del país.[8] Felicito, además del gobernador, al Dr. Daniel Díaz Martínez, secretario estatal de salud, al gran equipo conformado por Fernando Reynoso Márquez y más de 20 mil colaboradores, y al Congreso del Estado por colocar a las personas y su salud en el centro de las políticas públicas y aportar más de 6,500 millones de pesos para cubrir los insuficientes e inoportunos apoyos federales.
Denunciamos también desde el inicio la incapacidad gerencial e inexperiencia del Titular del INSABI y otros titulares de la Secretaría de Salud. El Mesías palaciego los ha defendido diciendo que necesita de ellos el 90% de lealtad y solo 10% de capacidad.[9] El resultado de su decisión se evidencia a continuación con los resultados informados al Congreso de la Unión de parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Aquí algunas diez pinceladas tipo la Guernica de Picasso para describir los horrores de quienes comandan el Sistema de Salud de la cuarta trastornación (sic).
- El INSABI aún no cuenta con su Manual de Organización General, ni con sus manuales de Organización específico y de Procedimientos, ¡desde su creación en enero de 2020!
- El INSABI ¡no acreditó! que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos -UNOPS- le haya entregado el informe -obligado- de la firma global de auditores externos, ni el informe financiero anual acumulativo y certificado con libros contables cerrados.
- El INSABI ¡no acreditó¡ el monto pagado a la UNOPS por concepto de los costos de adquisiciones, gerencia y operaciones, así como los costos indirectos.
- Del proyecto “Aquisición de Medicamentos y Material de Curación” ¡no sustentó! el número de claves reportadas en su informe 2021 y regresó por intervención de la ASF 682.16 millones de pesos al IMSS por reembolso.
- Del acuerdo entre el INSABI y las Instituciones Participantes -IP- como el IMSS, ISSSTE y entidades federativas, respecto de las adjudicaciones directas consolidadas, ¡no se identificaron! cantidades máximas requeridas, modificadas y a la baja de las IP.
- El IMSS ¡no documentó! la entrega de 90 mil piezas de medicamentos e insumos por parte de la UNOPS-INSABI y tampoco contó con la evidencia sobre cómo cubrió la demanda de 889.5 mil piezas que no le fueron entregadas a tiempo.
- El INSABI solo entregó al ISSSTE 265 mil piezas de medicamentos e insumos, ¡el 48% del total programado! y en tres contratos de adjudicaciones directas ¡no se contó! con la información de los proveedores.
- De la adquisición consolidada y distribución de medicamentos oncológicos (6.9 mil millones de pesos), el INSABI ¡con contó! con la información de los medicamentos entregados a cada IP solicitante.
- De las 61 claves de medicamentos oncológicos priorizados por un total de 1,894 millones de piezas requeridas al 31 de marzo de 2021, únicamente se entregaron 10 claves por 21,484 piezas (¡1.1% de las piezas solicitadas!) y ¡no acreditó! cómo se cubrió la demanda de las restantes 51 claves prioritarias con 1,872 millones de piezas.
- De las 194 claves de medicamentos oncológicos por 12.7 millones de piezas solicitadas por 32 IP al INSABI, ¡solo 131 claves por 5.6 millones de piezas fueron adjudicadas!; al 31 de diciembre de 2021 de estas piezas, solo recibieron las IP 127 claves por un total de 643,945 piezas (¡11.5% del total de piezas adjudicadas!) y ¡el 5.1%! respecto de la demanda inicial de 12.7 millones piezas necesarias para atender a los pacientes con cáncer.
El INSABI, su titular y sus colaboradores designados por el mesías gubernamental, son los responsables del fracaso que ahora se endosa, pero no, al subfinanciado Sistema de Salud IMSS-Bienestar creado por decreto mesiánico en agosto del año pasado[10], que cierto estoy, no llevará al sistema de salud de primer mundo. Así las cosas estimados lectores.
*El autor es médico especialista en Cirugía General, certificado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública, y es diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXV Legislatura.