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Opinión

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Integridad corrompida: el secreto a voces del porqué artistas y galerías no crecen, decrecen, o desaparecen

Foto EE: Cortesía

¿Por qué las mejores galerías del mundo representan a pocos artistas? ¿Acaso no hay suficiente talento o arte? ¿Cuáles son las principales decepciones en la industria?

El oficio de los protagonistas -creadores y art dealers-, consiste en:

Artista

Hoy en día el mundo alberga mayor cantidad de artistas, esto obedece a múltiples razones: la aceptación de la familia y la sociedad por las carreras artísticas; la disponibilidad de materiales; la facilidad y gratuidad de aprendizaje en internet; herramientas impensables hace apenas una década, como las redes sociales; entre muchas otras.

Sin embargo, es realmente complicado destacar, el artista no compite a nivel local, regional o nacional, sino a escala internacional.

Hoy en día no basta con producir arte espectacular, es necesario construir una marca sexy, atractiva y confiable, para posicionarse entre miles de artistas.

Cabe destacar que el individualismo en el arte está justificado, ya que el artista está consigo mismo todo el tiempo, pensamientos y sentimientos son herramientas intrínsecas, no trabaja en equipo como en la mayoría de las profesiones.

¿Qué hace un artista?

  1. Vivir. El arte es la cosecha de experiencias.
  2. Aportar. Cree que puede, y debe, dar algo a este mundo.
  3. Experimentar y consolidarse. Definir un estilo que lo caracterice; hay quienes nacen con propuestas artísticas maduras; otros pasan toda una vida en la búsqueda; están los que copian, los que roban y los que se apropian.
  4. Enfrentar la incomprensión. El artista muchas veces sufre, su manera de expresarse es distinta; familiares, pareja, amistades, colaboradores y espectadores no siempre aplauden, juzgan y critican también.
  5. Conseguir recursos. El taller, los materiales, los envíos, los viajes, todo cuesta (sin contar asuntos personales). El mejor escenario para un artista es crear y que su(s) galería(s) comercialice(n), pero en general no sucede así: el autor crea limitado económicamente, sus gastos e inventarios crecen, su espacio y creatividad se comprime.
  6. Exponer. Después de la creación, quizá el segundo momento más satisfactorio: presentar la obra a los espectadores -mirones, gorrones, juzgadores, prospectos, clientes, coleccionistas-.
  7. Sobrellevar rechazos. En ocasiones la obra es malentendida y desapercibida; las galerías, los Art dealers, las exposiciones y las subastas no venden; se cancelan Exhibiciones; se terminan relaciones con galerías; nuevas galerías no dan oportunidad para ingresar; la Prensa no lo entrevista. La industria es calurosa cuando hay éxitos, pero muy fría, bajo cero, normalmente.
  8. Lidiar con el costo de oportunidad. Enviar obras a una exposición o galería no siempre resulta financieramente exitoso, el artista invirtió en embalaje y envío, las obras se exhibieron por determinado tiempo pero no se vendieron, teniendo que regresarlas tiempo después; dicho de otra forma, invirtió y además paró la venta de la obra.
  9. Saborear éxito efímeros. Una venta, una exposición, un artículo, un reconocimiento... “palmaditas” -momentáneas- en la espalda.
  10. Volver -como regla general- a iniciar. Crear una colección desde cero es muy difícil: creativamente, financieramente, expositivamente, comercialmente.

Galerista

La parte visible de una galería son las exposiciones; la parte invisible -desconocida por la mayoría- es la más importante.

Como dato relevante, las buenas galerías se caracterizan por representar pocos artistas, las malas por colaborar con muchos ya que no comprenden el oficio, robustecen inventarios, son "Tiendas artísticas de conveniencia”, creen que muchos productos -obras- es sinónimo de prestigio… es lo contrario.

La principal razón de trabajar con un selecto grupo es por las implicaciones de la verdadera gestión galerística.

El glamour del galerista casi desaparece al conocer el verdadero oficio.

A pesar de la gran labor de una galería para montar una exhibición, no hay garantía de venta, esa es la realidad.

No hay que olvidar que lo siguiente se multiplica por la cantidad de artistas representados; por si esto fuera poco, está la operación diaria y administración general.

1. Consideración de artistas. La búsqueda de talento implica mucho tiempo, consiste en previsualizar la viabilidad para colaborar entre dos personas, marcas u organizaciones. Debe existir una química genuina, podrá gustarle a la galería cierto artista o viceversa, pero si no hay empatía ni visión compartida no llegarán muy lejos.

2. Estudio de trayectoria. No se puede hablar de alguien sin conocerlo; un artista no es un producto con características, es una persona con interminables historias... El tiempo del galerista en leer Statement, biografía y discursos, analizar exposiciones individuales y colectivas, ferias de arte, bienales, subastas y alianzas, es necesario y esencial.

3. Comprensión del arte. No se puede vender lo que no se conoce; hay que asimilar y saber lo más posible sobre las obras, el taller, la creación, las técnicas, los mensajes, los misterios, incluso lo incomprensible.

4. Estudio de mercado. Determinación del potencial comercial de la exhibición; proyecciones financieras con distintos escenarios: costos, gastos, financiación, apalancamiento, precios, utilidad bruta y neta; validar y tasar precios justos implica analizar históricos de ventas; precisar la percepción del artista en el mercado.

5. Curaduría (selección) de obras. ¿Qué piezas exponer, existentes o una nueva colección?

6. Embalaje, envío y almacenaje. Sacar obras de un taller es muy complicado y costoso, se debe embalar cuidadosamente cada pieza; en envíos internacionales el artista gestiona permisos de exportación, mientras que la galería los documentos de importación; recibir obras y almacenarlas exige bodega.

7. Espacio físico. Se venda o no se venda, una galería abierta cuesta dinero.

Colgar cuadros en una pared con un clavo y un martillo, cualquiera; lograr una escenografía para un tour cautivante es en sí un arte, se le llama museografía.

Manipular obras sin que sufran daños requiere conocimientos técnicos específicos. Redacción de un discurso curatorial congruente sobre la exhibición que agrupará la serie de obras y por qué es importante para la sociedad.

8. Catálogo de arte. una "buena" exhibición tendrá uno disponible, implica sesión fotográfica, redacción, corrección de estilo, diseño editorial, etcétera.

Diseños gráficos como la invitación, para redes sociales, etcétera... implica diseños personalizados no reutilizables.

Videos para plataformas digitales como sitios web, redes sociales y medios implica preproducción, producción y postproducción.

9. Medios. Redacción de un press release; relaciones públicas; no hay garantías de cobertura.

10. Legal. Acuerdos y contratos ameritan abogados.

Integridad corrompida

Existen varios tipos de cáncer -incurables- en la industria, que lamentablemente sufren los artistas y las galerías: deshonestidad, deslealtad, desagradecimiento.

La honestidad, la lealtad y el agradecimiento son valores imprescindibles en este negocio.

Las tentaciones están a la orden del día, sobre todo tratándose de dinero; cuando el pecado se materializa la relación se corroe hasta derrumbarse, arrastrando cimientos y edificaciones sólidas entre el creador y el art dealer.

Los secretos a voces son:

Pecados de artistas

  • Un mal necesario. Creer que su galería no merece el porcentaje; esto significa que no comprende la labor de promoción, posicionamiento y comercialización.
  • Trabajar poco. Los artistas son fábricas, las galerías con tiendas; sin productos (arte) no hay ventas.
  • Falta de inspiración como pretexto. El artista depende de sus pensamientos y sentimientos para crear, pero a veces no tiene la suficiente “inspiración”.
  • Trabajar desordenadamente. Crear sin sentido con distintas técnicas, desiguales estilos, variados formatos, inexistencia de discurso.
  • Promesas incumplidas. Prometer una exposición y no cumplir con las obras solicitadas.
  • Muchas galerías. Colaborar con muchos es quedar mal con más de uno.
  • Precios desorbitados. El precio no lo decide la fábrica (artista), sino el mercado (coleccionistas) o los distribuidores (galerías).
  • Vender por debajo. El precio de una obra debe costar lo mismo en el taller o en la galería, pero sucede que el creador vende más barato para no perder la venta. Esto es gravísimo porque cuesta mucho subir el valor para que se rebaje, es mejor no vender, si el coleccionista no puede pagar, entonces no es cliente para esa obra.
  • Robo de coleccionistas. Quitarle clientes a la galería.
  • Desaparecer obra. Supuestamente envió más obras a la galería; argumentar que llegó menos arte al taller.

Pecados de galerías

  • Vender por encima. Venden en un precio mayor al pactado y no le reportan al artista.
  • Vender por debajo. Ofrecen descuentos en las obras y pretenden que el creador también asuma el descuento.
  • No pagar de inmediato. Venden pero no le dicen al autor (es muy difícil que se entere porque está en su taller, incluso en otra ciudad), utilizan el dinero para gastos inmediatos, terminan pagándole después.
  • Crecer inventarios. Manejar mucho arte desatendiendo lo que llegó primero.
  • Impulso inexistente. No promocionar al artista en sitio web, redes sociales, medios de comunicación.
  • Falta de compromiso. No conocer bien las obras, las colecciones, los discursos, las técnicas, los estilos.
  • Promesas incumplidas. Prometer una exposición y no llevarla a cabo.
  • Cobrarle al artista. Solventar costos y gastos de la galería por medio de los creadores.
  • Robo de coleccionistas. Quitarle clientes al artista.
  • Desaparecer obra. Supuestamente no llegaron las obras completas a la galería; envían menos arte al taller.

Injusta, inmerecida, irreversible... así es la integridad corrompida.

www.hectordiaz.art

*El autor es fundador y director de Héctor Díaz Gallery.

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