Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Jalándole la cola al león

En un desatino más de la política exterior con visión macuspana, el presidente regresó de su gira por Centroamérica y Cuba queriendo erigirse en líder y paladín de la “unidad latinoamericana”, desafiando al anfitrión de la próxima Cumbre de las Américas en junio. Encuentro que, hay que decirlo, ni siquiera tiene una agenda definida para llegar a acuerdos multilaterales. El requisito no escrito para la asistencia es que los países que sean invitados tengan compromisos y procesos políticos congruentes con la democracia. Ya solo por ello es un despropósito que AMLO quiera incluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua. Asimismo, seguramente una mayoría de los países de la región no estarían de acuerdo en la inclusión de esas tres dictaduras y arriesgar, por secundar a AMLO, su relación bilateral con Estados Unidos.

Es posible que ni siquiera los tres excluidos tendrían interés en acudir a un foro donde la mayoría los presionaría para ser menos autoritarios. Nadie tiene interés en acudir a una fiesta donde sea el patito feo. Además, esos tres líderes no tienen visa para viajar a Estados Unidos y Maduro tiene una orden de aprensión en ese país. De inmediato funcionarios estadounidenses le respondieron categóricamente a AMLO que lo que plantea no va a suceder. En el fondo, Estados Unidos no le presta mucha atención a esta Cumbre y menos ve con preocupación que AMLO en protesta no asista. Si AMLO convence a más líderes de no acudir y la Cumbre llegara a cancelarse, tampoco sería un golpe importante para la relación de Estados Unidos con América Latina y el Caribe. Pero sí se percibiría como una afrenta inútil del ratón contra el león que puede dejar un mal ambiente para la relación bilateral de México con nuestro vecino.

Para AMLO la rabieta sobre la Cumbre es un distractor más para no resolver temas inmediatos de fondo como la ausencia de la seguridad del espacio aéreo, la cifra récord de homicidios incluidos los feminicidios y asesinatos de periodistas que se multiplican, y las crecientes operaciones de la delincuencia organizada.

Mucho más que el berrinche y la verborrea de AMLO sobre la Cumbre, a Estados Unidos le debió preocupar más la súbita cancelación del espacio de estacionamiento para una aeronave que desde 1990 tenía la DEA en el aeropuerto de Toluca. Formaba parte de un convenio estratégico de colaboración en el que el avión era utilizado por esa agencia para operaciones conjuntas antinarcóticos en territorio nacional. La nave regresó a Texas. Esta acción sí marcó un golpe a la cooperación en el tema del narcotráfico.

El embajador Ken Salazar ha tenido un papel muy activo y sus frecuentes visitas a Palacio Nacional reflejan la preocupación sobre temas que afectan la bilateralidad como la creciente inseguridad, la ampliación de las operaciones de narcotráfico, la migración, la ausencia de un estado de derecho para la inversión, entre otros. En ese contexto, el desplante de AMLO de querer boicotear la Cumbre sólo dejaría un mal sabor para avanzar en la agenda relevante de cooperación mutua en varios frentes. Eso es lo urgente y no ser promotor de dictaduras.

Twitter: @frubli

Temas relacionados

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas