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Opinión

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La carga de riesgo

El temor que representa un escenario binario en donde o se mantiene la inflación o se reduce con fuerza el crecimiento, no es trivial. No hay un contexto benigno para la apuesta por activos de riesgo en los siguientes meses.

El precio del gas natural amenaza con incrementarse y generar un repunte de la inflación. Foto: Shutterstock

Varios factores se han conjugado para que observemos un “crack” en los mercados de bonos a nivel global. A pesar de que la inflación tiene un menor nivel que el año pasado, la percepción de que las tasas de interés se mantendrán en niveles por un tiempo prolongado ha resultado un factor muy perverso para las inversiones financieras.

No hay muchos compradores de activos de riesgo en estos momentos, la incertidumbre se ha apoderado de los mercados y las pérdidas en el cierre del tercer trimestre son importantes.

La idea que ronda las conversaciones es que la Reserva Federal en Estados Unidos (Fed) ha mostrado su clara intención de mantener las tasas por el tiempo que sea necesario.

Reducir la inflación parece contener la condición de que el crecimiento en la economía debe ser distinto al que se muestra hoy, el desenlace de un “aterrizaje suave” en donde se controla la inflación y no se provoca una recesión, vuelve a ser el punto de discusión, solo que ahora hay menos dudas de que la Fed no doblegará su postura ante señales marginales de debilidad.

El temor que representa un escenario binario en donde o se mantiene la inflación o se reduce con fuerza el crecimiento, no es trivial. No hay un contexto benigno para la apuesta por activos de riesgo en los siguientes meses, ya sea por el elevado costo de oportunidad que puede durar un buen rato, o por la incertidumbre sobre cómo será la trayectoria de ajuste en el crecimiento.

Varios factores se añaden a la premisa de la permanencia de tasas altas para quitar incentivos a los inversionistas, le describo algunos:

a) El impresionante repunte de precio del petróleo a nivel internacional. El día de ayer se registró un aumento de cerca de 4% y la cotización llegó a casi los 94 dólares por barril.

La situación en el mercado es tal, que las posiciones de fondos de cobertura (hedge funds) es clara en favor de una subida adicional, casi todos aseguran que el nivel de 100 dólares por barril será rebasado.

A este factor agregue una renovada presión en el gas natural y algunos otros precios de energía para plantear un escenario de mayor dificultad para controlar la inflación.

b) La posibilidad de un cierre parcial de las actividades del gobierno en Estados Unidos. Es algo que se repite ya con regularidad, pero en estos momentos las posturas de los partidos republicano y demócrata en el Congreso no parecen encontrar puntos de coincidencia, de no haber un acuerdo el 1 de octubre entraría en vigor ese cierre de actividades.

De igual modo, la huelga en el sector automotriz parece sostenerse. Este factor crea incertidumbre acerca de si el crecimiento en el cuarto trimestre se verá afectado.

c) Un entono global enrarecido. Ya sea por las vicisitudes de China con su sector inmobiliario y la poca efectividad, hasta ahora, de las políticas de impulso; o bien por las señales de estancamiento en Europa o por la persistencia de las presiones que desencadenan la guerra entre Rusia y Ucrania sobre el comercio de algunos bienes básicos.

Los párrafos anteriores le dejan ver que hay un entorno difícil para decidir adoptar posturas de riesgo en los siguientes meses. Las tendencias seculares tampoco ayudan, la desglobalización, el establecimiento de un esquema de tasas de interés en términos reales (que descuenten la inflación) positivas, los elevados déficits fiscales que se tendrán que financiar.

Simplemente, el ambiente es de aversión al riesgo y este puede durar al menos lo que resta del año.

Una observación interesante es el comportamiento del dólar que ha ganado mucha fuerza contra sus contrapartes en el mundo desarrollado. No se extraña que la combinación de tasas de interés libres de riesgo altas con un crecimiento que sigue siendo muy positivo terminen por concretar la preferencia por mantener inversiones en dólares.

Esta situación no va a cambiar mientras continúe una política monetaria tan restrictiva y no haya en el horizonte el planteamiento de mejores condiciones financieras.

En este sentido, el peso ha perdido la correlación positiva que mantenía con el dólar en otros momentos de fortaleza de este último. Vale la pena resaltarlo, hay un alza de un peso en la cotización en un espacio de un mes que ya destaca, de alguna manera, la carga de riesgo se refleja en México con la presión en la curva de tasas y sobre la paridad; y como le dijimos hace un par de semanas, tales variables, por varios factores, parecen ser hoy más vulnerables.

*El autor es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.

perspectivas@invex.com

Twitter: @invexbanco

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