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Opinión

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La cuerda floja hacia la paz en Medio Oriente

A veces se requiere una crisis terrible -como la que se vive hoy en día en el Medio Oriente- para desatorar una situación insostenible y avanzar hacía la construcción de una solución duradera. Es demasiado temprano para cantar victoria, pero la diplomacia intensa de EU y sus aliados -además de su estrategia militar que busca aplacar a Irán- bien podría rendir frutos que fortalecerá la seguridad de largo plazo de Israel y por fin impulsar la creación de un estado Palestino.

En días recientes, el secretario de Estado Anthony Blinken llegó a Medio Oriente para reunirse con sus contrapartes en Arabia Saudita, Egipto, Qatar, Israel y Cisjordania. La razón principal por la que Hamás tomó la decisión de atacar a Israel el 7 de octubre fue infundir el caos y evitar el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y Arabia Saudita.

De hecho, el jóven príncipe Mohammad Bin Salman dijo a la prensa el 20 de septiembre de 2023 que “cada día llegamos más cerca” a una normalización de relaciones con Israel, algo que las fuerzas aliadas con Irán quieren evitar.

¿Cuál es la meta de EU? En el corto plazo, lograr un cese al fuego entre Israel y Hamás y asegurar que los rehenes israelís sean liberados; y en el mediano plazo abogar por la construcción de un Estado palestino con el apoyo de los aliados en el mundo árabe.

¿Qué fuerzas juegan en contra de la solución que busca hoy en día EU? Primero, Benyamin Netanyahu (“Bibi”). Él insiste en la destrucción total de Hamás, que si bien es una meta que se entiende dado el riesgo que este grupo terrorista implica para Israel, lograrlo no será fácil dada la complejidad de la operación militar que implica ir calle por calle.

Bibi no favorece la idea de la creación de un estado Palestino pos-guerra; los aliados de ultraderecha que forman parte de su coalición están plenamente en contra de la idea, lo cual le da poco margen de maniobra.

EU ve una oportunidad de seguir adelante justamente con el logro que Hamás buscó evitar: el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Israel.

El príncipe heredero Bin Salman tiene una visión más moderna y pragmática para el Medio Oriente, que incluye elementos de innovación económica que ha impulsado Israel. Además, como un reinado sunita, Arabia Saudita busca disminuir el papel de Irán -un país chiíta- y aumentar su propio “poder suave” a nivel global. Antes de que se desatara la guerra, Bin Salman dijo que en cinco años la región sería muy distinta, “yo creo que la nueva Europa será en el Medio Oriente”. La situación bélica actual frustra esa visión optimista del líder árabe..

Dada la poca popularidad de Netanyahu -tanto en Israel como entre la comunidad judía en EU- el momento podría ser propicio para insistir que Israel acepte un cese al fuego, ofreciendola “zanahoria” de construir un puente con sus vecinos árabes.

Muchos israelíes culpan a Netanyahu por no haber prevenido el ataque sangriento de Hamás y quieren priorizar la liberación de los rehénes; en general existe un agotamiento con el liderazgo de Bibi después de décadas en la política. Según una encuesta de Reuters a principios de enero, nada más el 15% de los israelíes quieren que Netanyahu siga como primer ministro después de la guerra y muchos están clamando para una pronta elección.

Sin duda, EU quiere evitar la expansión de la guerra, por razones de política exterior e interior; Biden no quiere comenzar una guerra con la elección presidencial tan cerca (5 de noviembre). Dicho eso, después de la muerte de soldados estadounidenses en el norte de Jordania a finales de enero, también la Casa Blanca tiene que mandar un mensaje de “estatequieto” contundente a Irán. Hasta el momento parece que la estrategia está avanzando. A pesar de que Irán quiere sembrar discordia a través de su apoyo a milicias extremistas, tampoco quiere enfrentar una guerra frontal con Estados Unidos.

El Medio Oriente es una región que -como México- es un tema altamente “intermestic” para EU. Hay comunidades muy importantes de árabes en estados electoralmente claves, como Michigan, y la comunidad judía ejerce mucho poder político.

Por lo mismo, sería un hito para Biden negociar un alto al fuego en la región que no solamente pararía las malas noticias respecto a la guerra en Gaza, sino sentaría las bases para una paz duradera a través de una solución de dos estados. Ojalá el desenlace de este gran desafío nos sorprenda para bien en 2024.

 @chilangagringa

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