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Los radicales acechan a Macron
Marine Le Pen escala encuestas y la Bolsa francesa (CAC 40) desciende. Ayer cayó 1.28 por ciento.
Los partidos tradicionales de centro fueron desdibujados desde los tiempos en que Macron presentó su candidatura en 2017. Su tarjeta de presentación decía todo y a la vez nada: El movimiento En Marcha no es ni de derecha ni de izquierda.
Sus circunstancias que le rodeaban pertenecían al gabinete del socialista François Hollande, pero su perfil de banquero lo colocaba a la derecha. Su jugada fue magistral: abandonó el gobierno de Hollande en el momento en que la popularidad del entonces presidente caía súbitamente. De haberse presentado como candidato del Partido Socialista, Macron no sería presidente en este momento.
Son los tiempos del Brexit, Trump y del referéndum independentista en Cataluña. Poco tiempo después, el cómico Beppe Grillo llevaría al movimiento Cinco Estrellas a ser el partido más votado en Italia. Después de lo que parecía una broma, apareció el extremista Matteo Salvini como vicepresidente del consejo de ministros. Podemos y Ciudadanos en España intentaban mover el piso electoral al PP y PSOE.
El 30 de agosto de 2016 Macron le presentó su renuncia al presidente Hollande. Ocho meses después ganaría las elecciones.
Hoy, el Partido Socialista tiene una intención de voto del 2%; su candidata, Anne Hidalgo, se ha desempeñado como alcaldesa de París desde 2014.
Nicolas Sarkozy fue silbado la semana pasada, y la candidata del partido al que pertenece, Los Republicanos, Valérie Pécresse, queda atrapada en la parte baja de la clasificación con miras a las elecciones presidenciales del domingo. Las encuestas le otorgan entre 9.5 y 11 por ciento.
La ultraderechista Marine Le Pen le propinó un sorpasso a Francoise Fillon en la primera vuelta de las elecciones de 2017: 21.30% frente al 20.01% de Fillon.
Unos meses antes, el favorito para ganar las elecciones era Fillon, sin embrago, la revelación de un caso de nepotismo lo hundió.
Cinco años después de la victoria de Macron, los partidos centristas Los Republicanos y el Socialista Francés no pudieron recuperarse. Por el contrario, han perdido fuerza: en 2017 sumaron juntos 26.37% de los votos. Ahora, la intención de voto es de 12 por ciento.
Los extremos se nutren del mal humor.
En una encuesta del Centro de Investigaciones Políticas de Sciences Po publicada el 12 de febrero pasado, un 60% de los franceses encuestados considera que la sociedad es injusta; un 55% que la democracia no funciona bien; un 59% no confía en la institución presidencial; un 79% desconfía de los partidos políticos; un 80% piensa que los representantes políticos no se preocupan de lo que piensan los ciudadanos y; un 65% considera que los responsables políticos son más bien corruptos.
El resultado de lo anterior: un 49% de los franceses declara que ha dejado de interesarse por la política.
Han pasado ya 20 años de que el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen lograba pasar a la segunda vuelta dejando a un lado al socialista Lionel Jospin.
La probabilidad de que su hija haga lo mismo el domingo es elevada y, lo peor, ya no sorprendería. La encuesta de Harris-Interactive la coloca 3.5 puntos por debajo de Macron: 23% frente al 26.5% del actual presidente.
La demografía francesa no sólo ha asimilado el fenómeno de la ultraderecha. El tercer lugar en las encuestas lo ocupa Jean-Luc Mélenchon, extremista de izquierda.
El profesor Steven Levitsky comenta: “La sociedad se divide tan profundamente que las fuerzas políticas se atrincheran en visiones de mundos incompatibles con la realidad”.
Macron compite contra ultras y antisistema.