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Opinión

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Maduro, cónsul gritón (Shanghái)... y ahora, Nogales, Arizona

ACTUALIZACIÓN 23 DE AGOSTO DE 2024 A LAS 5:45 PM: Se agrega una nota aclaratoria.

La metáfora nítida de la política exterior de México en los últimos seis años la representa la silla vacía en la OEA: no hay compromisos y menos en derechos humanos, particularmente en el caso venezolano.

México ha capitulado frente al artículo 89 de la Constitución fracción X sobre la obligación que tiene el presidente en “la protección y promoción de los derechos humanos”, y lo ha hecho debido a su política exterior dogmática y no de Estado.

Las externalidades negativas de este tipo de política posiblemente lo vemos en el ambiente que se vive en diversas representaciones mexicanas en el exterior.

El Consulado General de México en Nogales, Arizona, vive un ambiente anómalo desde la llegada de Marcos Moreno Báez como cabeza máxima de la representación el 23 de mayo de 2022. 

Antes de haber sido designado como Cónsul General en Nogales, Marcos Moreno Báez, se desempeñó como Coordinador de Asuntos Internacionales de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación teniendo como tarea la de “dar seguimiento (...) a los sistemas universal e interamericano de derechos humanos”, apunta su perfil publicado por la página web de Relaciones Exteriores (SRE).

Al Comité de Ética de la SRE han llegado graves acusaciones en contra del Cónsul General por parte de algunos funcionarios que laboran en el Consulado General de Nogales, Arizona. En una ocasión, el Comité de Ética de la SRE ordenó a Marcos Moreno Báez tener un intermediario entre él y el funcionario que lo denunció.

Identificaré como funcionario A al empleado que acusó al Cónsul General para respetar y no colocarlo en zona de riesgo por medidas que se pueden tomar en contra de su persona.

El funcionario A describió en la denuncia algunas acciones que consideró violentas por parte de Marcos Moreno Báez: “golpear muebles y gritar frente al personal local, jalarse los cabellos desesperadamente (...) lanzar objetos violetamente muy cerca de nosotros, exigir revisar nuestros teléfonos celulares, presumir sus poderosos contactos políticos, amenazas y culpar al personal de sus fracasos”.

Otro funcionario del consulado mexicano en Nogales, Arizona (a quien denominaré B), acusa al cónsul Marcos Moreno Báez por “una serie de malos tratos, violencia y hostigamiento hacia mi persona”. 

El funcionario B reitera que “son constantes sus comentarios inapropiados sobre mi sexualidad y mi matrimonio (matrimonio igualitario); irrupciones a mi privacidad e intimidad personal y familiar en temas de salud”.

Sobre Moreno Báez pesa otro tipo de denuncia. Un funcionario, a quien denominaré C, lo denunció ante el Comité de Ética por desvío de recursos financieros.

En alguna ocasión el cónsul pidió recursos financieros al área encargada de gestionarlos en el consulado. El motivo, según el cónsul era para organizar un evento con “autoridades”.

Una vez tramitado el recurso, se lo entregó al cónsul y este lo utilizó para celebrar su fiesta de cumpleaños. Al enterarse del desvío de recursos públicos para uso privado, el funcionario C le aclaró que el dinero se debe utilizar para eventos exclusivamente de carácter laboral. Moreno Báez negó el desvío, pero quienes asistieron al supuesto evento con “autoridades”, lo felicitaban por su cumpleaños.

En su cuenta de X, Marcos Moreno Báez se autodescribe como defensor de derechos humanos.

¿Cómo puede ser posible que el Cónsul General menciones que defiende los derechos humanos, pero no puede defender el de sus compañeros de trabajo?

Para colmo, Roberto Velasco, Jefe de Unidad de la SRE, premió a Moreno Báez con una nota laudatoria.

Algo anda mal en la SRE.

@faustopretelin

Nota Aclaratoria 

En relación con la nota periodística “Maduro, cónsul gritón (Shanghái)…y ahora, Nogales, Arizona”, escrita por el Sr. Fausto Pretelin Muñoz de Cote, editor de geopolítica del prestigiado periódico El Economista, deseo manifestar que he remitido una carta al citado articulista mediante la cual he aclarado todas y cada una de las aseveraciones con la intención de abonar a la rigurosidad periodística y, sobre todo, de velar por un ejercicio transparente de esta noble labor, bajo la lógica de que ésta debe plasmar todos los ángulos de la tesis planteada. 

La carta aclaratoria responde a los seis puntos acusatorios sobre el ejercicio de mi función como servidor. En efecto, en ella informo con especificidad que en diciembre de 2023 y en abril de 2024, el Comité de Ética de la Secretaría de Relaciones Exteriores dio por concluido las acusaciones en mi contra al no advertir vulneraciones al Código de Ética de la Administración Pública Federal; asimismo, que la Jefatura de Unidad para América del Norte exhortó a una de las partes denunciantes a conducirse en apego a las disposiciones normativas y legales correspondientes, en aras de preservar la buena conducción en el Consulado General de México en Nogales.

Resalto que toda la información compartida con el Sr. Pretelin Muñoz de Cote puede ser verificada a través de medios públicos; y, en el caso de la información confidencial que indebidamente fue compartida y utilizada en el artículo, se puede recurrir a las instancias correspondientes de la Secretaría de Relaciones Exteriores. 

Bajo ese contexto, me encuentro en la mejor disposición de brindar mayor información que permita a medios de comunicación, como el suyo, contar con una perspectiva más amplia sobre la situación en el Consulado General de México en Nogales; y cómo desde octubre de 2022, ha existido una campaña de acoso y desprestigio que me ha afectado a mí, a mi familia y al equipo de esta Representación consular. 

Como servidor público que reconoce la importancia de la labor periodística, y convencido de que ésta forma parte del contrapeso necesario en un ejercicio democrático para la transparencia y rendición de cuentas, quiero dejar de manifiesto lo dañino que resulta publicar notas que sólo toma en consideración dichos y no hechos, por lo que estimo prudente se corrobore el sustento y motivos de quien o quienes buscan demeritar el ámbito personal y profesional de un servidor público que, desde 1997, ha trabajado por convicción a favor de la transformación de nuestro país.

Como miembro del Servicio Exterior Mexicano desde 2012, y como servidor público por casi quince años, siempre he mantenido y mantendré apertura al escrutinio, con la firme convicción de que la ética profesional va de la mano del encargo y que éstas son indisolubles. Con esa convicción, asumí la titularidad de este Consulado General, y, con esa misma confianza que tengo en las instituciones del Estado, solicité en múltiples ocasiones que las autoridades en la materia entrevistaran y acudieran directamente a esta Representación consular para recoger testimonios y pruebas para valorar las denuncias en mi contra. La exhaustividad y diligencia de dichas autoridades permitió desestimar los dichos dolosos de las personas denunciantes.  

Finalmente, refrendo que continuaré luchando por que la verdad continúe permeando a través de todas las instancias correspondientes, consciente de que lo más importante para mí es mi honorabilidad y honestidad, valores con lo que me he conducido desde que elegí el noble oficio del servicio público.   

Atentamente, 

Marcos Moreno Báez, 

Cónsul General de México 

 

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Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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