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Opinión

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¡Para la misma clase de problemas… soluciones diferentes...!

¿Error de diagnóstico o la ideología se antepone a la lógica?

“El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas”

― Bertrand Russell

En la economía estadounidense, los niveles de inflación y sus presiones en los mercados son elevados generando desafíos a los consumidores y a las empresas. La inflación de la primera parte del año fue impulsada por algunos sectores que experimentaron cuellos de botella en su oferta.

En mayo y junio, los precios de los vehículos representaron la mitad de los aumentos mensuales de la inflación subyacente. Esas categorías contribuyeron menos en la inflación de julio, y en la de agosto su contribución se redujo casi totalmente, ya que los precios de los automóviles empezaron a retroceder, compensando los aumentos en los precios de los automóviles nuevos.

En México, la inflación global siguió aumentando por las presiones en los precios de las materias primas, por los efectos base, por los cuellos de botella en la producción, así como por los apoyos al gasto y su recomposición hacia las mercancías.

En las principales economías avanzadas, los bancos centrales han mantenido sus estímulos monetarios, aunque algunos de ellos prevén su disminución, mientras que algunas economías emergentes como la mexicana, continúan reduciéndolos. Entre los riesgos globales destacan los asociados a la pandemia, las presiones inflacionarias y los ajustes a las condiciones monetarias y financieras.

Las presiones inflacionarias globales y los cuellos de botella en la producción continúan afectando a la inflación, en la primera quincena de septiembre los precios registraron variaciones anuales del 5.87%, y del 4.92% en la primera quincena de septiembre.

Se considera que los choques que han incidido en la inflación son transitorios, y pueden constituir riesgos en la formación de precios y en las expectativas de inflación.

El 30 de septiembre la Junta de Gobierno del Banco de México, decidió incrementar en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 4.75%, con efectos a partir del 1 de octubre de 2021. La idea subyacente en el encarecimiento del precio del dinero, es reducir la demanda y deprimir la formación bruta de capital fijo, con efectos inmediatos en la actividad económica y en la generación de empleo.

En Estados Unidos, el elevado nivel de inflación se encuentra presionado por las interrupciones relacionadas con el Covid-19. A medida que disminuyan esas interrupciones, se espera que la inflación retroceda hacia el objetivo de la Reserva Federal del 2 por ciento, por lo que se considera que la inflación actual es transitoria.

En ese sentido, la lectura mensual de la inflación de agosto que fue el primer mes con una reducción notable entre las categorías sensibles al Covid-19, como los hoteles, los autos usados y los autos de alquiler.

Con Delta interrumpiendo la rotación de bienes a servicios y prolongando los cuellos de botella por la oferta, no está claro qué tan rápido se desacelerará la inflación.

Existe el riesgo de que los precios de los bienes no se desaceleren y vuelvan a sus tendencias anteriores al Covid-19 si los ahorros excesivos o las interrupciones en los servicios dan como resultado una demanda de bienes elevada.

La evidencia sugiere que los aumentos salariales se encuentran en línea con los aumentos en la productividad, y la participación del trabajo en el ingreso sigue siendo baja. Los altos márgenes y los costos de los insumos no salariales, parecen contribuir más a la inflación que los salarios.

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