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Previo Banxico: a ratificar ciclo de alzas
El día de hoy la Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) concluirá su quinta reunión de política monetaria del año. El mercado tiene totalmente descontado que la decisión será subir la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto para ubicarla en 4.5 por ciento.
Esta decisión de política monetaria se da después de que Banxico sorprendiera al mercado en su decisión de junio al subir la tasa de interés de 4.0 a 4.25% con una votación dividida de tres integrantes de la Junta de Gobierno que votaron a favor del incremento contra dos que votaron por dejar la tasa en 4.0 por ciento.
En el previo a la reunión de junio, mencionamos que Banxico estaría por adoptar un tono más restrictivo y comenzar un ciclo de alzas en la segunda mitad de este año ante el repunte en los datos de inflación y el deterioro de las expectativas de inflación de mediano plazo. Sin embargo, el mercado venía anticipando una actitud más tolerante del banco central ante la inflación bajo el argumento, similar al de la Fed, de que el repunte es temporal.
No obstante, Banxico, de manera acertada, adelantó el comienzo del ciclo de alzas. En esa decisión, el banco central probablemente consideró cuatro factores: I) la adopción de un tono menos acomodaticio por parte de la Fed; II) el deterioro en las expectativas de mediano plazo para la inflación en México; III) un cambio en las expectativas de la trayectoria de corto plazo del proceso de formación de precios; y IV) un mayor dinamismo al esperado en la recuperación económica de México impulsado por un mejor desempeño al anticipado para la economía de Estados Unidos.
A la fecha, la mayoría de estos factores se mantienen y algunos han tomado mayor fuerza por lo que Banxico debería ratificar que estamos comenzando un nuevo ciclo de alzas subiendo la tasa a 4.5% y dejando la puerta abierta para mayores incrementos en lo que resta del año.
Dado que la decisión de la reunión de junio fue dividida y que las cifras económicas de junio apuntan a una desaceleración en el ritmo de recuperación económica, no podemos descartar una pausa por parte de Banxico. Sin embargo, la ponderación de los tres primeros factores que mencionamos hace unas líneas deberían de pesar más en la decisión del banco central.
Dentro de estos tres factores es indiscutible que la inflación, sobre todo la subyacente, lejos de ceder ha acelerado su paso en las últimas quincenas hasta alcanzar 4.66% en términos anuales al cierre de julio; mientras que la inflación general apenas ha bajado de un máximo de 6.08% en abril a 5.81% en julio.
Por otro lado, la última encuesta mensual de expectativas de especialistas del sector privado de julio publicada por Banxico el 2 de agosto reflejó un incremento de 0.4 puntos porcentuales en el pronóstico promedio de la inflación general para fin de año que ahora se ubica en 6.0%, casi 2.4 puntos porcentuales por arriba del que se tenía hace seis meses. En el caso de la inflación subyacente, la expectativa de cierre para el 2021 que se ubicaba en 3.5% hace seis meses ahora está en 4.7 por ciento.
Finalmente, varios miembros de la Fed han tenido intervenciones recientes en las que han mandado señales claras de un posible adelanto en el calendario de normalización de la política monetaria en EU.
En la edición de Sin Fronteras del 5 de agosto mencionamos que el tapering podría anunciarse a finales de este mes y comenzar antes de que concluya el año mientras que la Fed podría verse obligada a realizar su primer aumento en la tasa de referencia tan pronto como en la primera mitad del 2022 aunque el mercado aún apunta hacia principios del 2023.
Ante esta situación y la inminente reconfiguración de la Junta de Gobierno de Banxico a partir de enero del 2022, es probable que el banco central realice por lo menos otras dos alzas antes de que concluya el 2021, a menos de que haya una sorpresa positiva en la inflación.