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Opinión

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Sainete inconstitucional

El acto de barbarie legislativa perpetuado la semana pasada por los senadores de Morena representó un grave atentado contra nuestra democracia que día a día durante este régimen está procurando sobrevivir. Indigna que la acción de aprobar en cinco horas 20 dictámenes habiendo establecido una sede alterna ilegal en el antiguo Senado en Xicoténcatl fuera totalmente anticonstitucional. Fue irregular de acuerdo con el propio reglamento del Senado, por lo que los senadores de Morena mostraron poco respeto a sí mismos.

Horas antes esos senadores habían acudido a una reunión con el presidente en Palacio Nacional para recibir la orden de como deberían de proceder para “aprobar” a como diese lugar estas iniciativas. No hubo lectura o discusión y no se escuchó a la oposición. Fue un acto totalmente autoritario. Ni en las peores épocas del priísmo se observó algo así. Refleja que el presidente está dispuesto en el ocaso de su mandato a radicalizarse a costa de violar-como lo ha hecho sistemáticamente- la Constitución.

A la oposición le queda ahora la ruta de impugnar ante la Suprema Corte de Justicia las leyes aprobadas alegando las violaciones al proceso legislativo. Seguramente veremos un mayor enfrentamiento del Ejecutivo y Legislativo con la Corte. Menuda responsabilidad tendrán para, en un ambiente de descalificación y denostación, hacer cumplir la Constitución.

La mayoría de las iniciativas aprobadas confirman que la ocurrencia presidencial es el método para diseñar políticas públicas. Entre ellas, quizás las más graves por su alcance son la Ley minera, la transformación del Conacyt, otorgamiento de más facultades a la Sedena en materia aérea, y la desaparición de lNSABI para incorporar sus funciones al IMSS-Bienestar.

El sistema de salud ha ido de fracaso en fracaso. La primera decisión fue eliminar al Seguro Popular, que funcionaba razonablemente bien, para sustituirlo por el INSABI que la realidad es que nunca arrancó. La mejor definición la dio Aguilar Camín al señalar: “la muerte de lo que nunca nació”. La fusión del INSABI dentro del IMSS crea incompatibilidades administrativas, de operación y de decisión, ya que el IMSS se financia en dos terceras partes con recursos privados y el INSABI con dinero del presupuesto público. Siendo la universalización gratuita de los servicios de salud el objetivo del presidente, no hay ningún plan de ruta de cómo se atenderá ahora a la población, sean o no derechohabientes del IMSS.

Querer lograr un sistema de salud “mejor que el de Dinamarca” es creer que con voluntarismo las ocurrencias se materializan. En Dinamarca funciona, porque no hay informalidad laboral y todos pagan impuestos para financiarlo. ¿De dónde piensa el presidente obtener recursos para una gratuidad total para la población en servicios médicos y medicinas?

Desafortunadamente el desastre del sistema público de salud seguirá empeorando: en calidad de la atención sobre todo a la niñez, en escasez de medicinas y vacunas, en ausencia de mantenimiento a equipos y en la falta de infraestructura hospitalaria moderna. Será uno de los legados más irresponsables de López Obrador.

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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