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Sofipos, la joya de la corona
“La presión hace diamantes”
George Patton
Sociedades Financieras Populares o Sofipos, del género entidad financiera y la especie ahorro popular que se encuentra en varias partes de la república mexicana, ¿actualmente en peligro de extinción? La historia de las Sofipos a diferencia de otras entidades financieras como pueden ser los bancos, casas de bolsa o compañías aseguradoras, es compleja y relativamente reciente, lo que para muchos deriva en su desconocimiento.
En un afán de lograr una mayor inclusión financiera y llegar a los sectores de población más vulnerables y en muchas ocasiones, ubicados en zonas geográficas distantes de los centros urbanos, a través de la Ley de Ahorro y Crédito Popular se regulan una serie de entidades financieras cuyo objetivo primordial es precisamente ese, atender a los sectores en los que la banca tradicional no ha llegado. Uno de ellos, es el caso de las Sofipos que nacen en la regulación del sistema financiero mexicano a fines de 2009 y desde entonces varias han sido autorizadas y algunas también revocadas.
Con frecuencia escucho comentarios de gente especializada del mundo financiero que perciben al sector Sofipos como próximo a ser “cerrado” o “substituido” por alguna otra figura, y más aún, la idea de que a las autoridades financieras “no les gustan las Sofipos”; replanteamientos de política financiera pública que efectivamente sí han llegado a darse como el caso de la corta vida de las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofoles) que tuvieron que convertirse en una sociedad mercantil no regulada o en una Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofom), y posteriormente abriéndose también la posibilidad de adoptar la naturaleza de una Sofipo. Pero eso lo he escuchado desde hace varios años, dos administraciones federales y por lo menos 5 Presidencias de la CNBV y formalmente, no parece haber a la fecha propuesta en ese sentido.
Si haces el ejercicio de identificar y nombrar a 10 Sofipos, bueno a 5 Sofipos, tal vez para la mayoría de los lectores se va a complicar y eso es parte del tema, hay desconocimiento en la población en general, no sólo respecto a lo que hacen, sino de su propia existencia, y eso no es bueno para ninguna empresa cuyo negocio dependa de la operación masiva y el contacto con el público. Lamentablemente, por el contrario, la publicidad negativa ha sido de mayor impacto cuando se difunden los casos de entidades fallidas como Ficrea, Reforma o Coincidir, dejando daños reputacionales al sector que no se han podido superar del todo.
Actualmente el portal de Condusef reporta 38 Sofipos en operación mientras que el de CNBV 37, diferencia que puede deberse a procesos de fusión, inicio de operaciones e incluso, revocaciones que estén en curso y pueden afectar la cifra, pero si partimos de la base de que el sistema bancario cuenta con 50 instituciones de banca múltiple, pues el número de Sofipos no es despreciable. Algunas de ellas como Libertad, CAME, Te Creemos o Crediclub cuentan con activos, número de clientes, sucursales y otros indicadores que superan a varios bancos.
Las Sofipos tienen 4 niveles de operación, pero desde las que se encuentran en Nivel I, pueden recibir depósitos de dinero a la vista o a plazo, emitir tarjetas de débito, hacer transferencias electrónicas de recursos y otorgar préstamos y créditos a sus clientes, en otras palabras hacer intermediación financiera como los bancos, así como realizar compraventa de divisas por cuenta de terceros. Adicionalmente, podemos citar a guisa de ejemplo algunas actividades como ofrecer servicios de abono y descuento en nómina o realizar factoraje financiero para lo cual deben ser Nivel II (o contar con la autorización especial), con Nivel III realizar operaciones de arrendamiento financiero; o emitir tarjetas de crédito para lo cual deben ser Nivel IV (o contar con dicha autorización especial).
Puntos a favor, el capital mínimo que requieren para su constitución es de 100,000 UDIs contra el mínimo que un banco de nicho requiere de 36,000,000 UDIs y que por su naturaleza, nivel en el que se encuentren e incluso, número de personal que la opere tienen ciertas consideraciones en materia de regulación prudencial. Desventajas, comparándolas con los BANCOS la identificación como Sofipo es menos conocida por el público, y a diferencia de los bancos que cuentan con el seguro de depósito administrado por el IPAB hasta por 400,000 UDIs en el caso de las Sofipos tienen el denominado Fondo de Protección que cubre depósitos hasta por 25,000 UDIs sujeto a la suficiencia de la reserva acumulada.
Las Sofipos no pueden brindar el servicio de chequeras como medio de disposición para las cuentas de depósito que tengan sus clientes, pero ¿recuerdas cuándo fue la última vez que libraste un cheque? En fin, ciertamente el menú de operaciones y servicios que prestan es menor al que tiene un banco, aunque lo más relevante es que es el ideal para las necesidades del mercado financiero actual. Podría decirse que casi son un banco, pero más ligero que además engrana perfecto con los ecosistemas Fintech.
En suma, contrario a lo que algunos puedan pensar, las Sofipos son tal vez la entidad financiera que estratégicamente resulta hoy el vehículo más útil para ofrecer integralmente servicios financieros digitales. Ahí han estado, algunas ya han desaparecido pero como suele suceder, las coyunturas como la que actualmente se vive de acelerado desarrollo en los modelos de financiamiento tecnológico, son al mismo tiempo la mejor oportunidad para descollar en el dinámico mundo de la atención a través de aplicaciones y dispositivos electrónicos.
Twitter: @LBartolini