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Opinión

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Sonido de Libertad

Fuimos creados para ser libres y cuando no lo somos, no podemos desarrollarnos ni alcanzar la plenitud a la que estamos llamados. En este tiempo de tanto relativismo y tanta confusión, amar la Verdad y defender la Libertad es el mayor desafío que enfrentamos. Y vaya que las batallas son múltiples y muy grandes.

El “Sonido de Libertad” es un anhelo que todos tenemos, es la melodía que todo ser humano quisiera escuchar y sentir, precisamente porque representa la posibilidad de elegir quién quiero ser, qué quiero hacer y qué quiero tener y estar en posibilidad de lograrlo; sabiendo y reconociendo que los demás tienen el mismo derecho. A quien se le niega la posibilidad de escucharlo y de vivir su libertad, se le niega su derecho a vivir.

“Sonido de Libertad” no sólo es una película extraordinaria y necesaria, es una historia desgarradora contada con enorme tacto y con la sensibilidad que requiere abordar esta realidad; es un llamado a despertar y un llamado a la acción para abrirnos los ojos, para poner luz en la oscuridad y movernos a luchar para que no haya más niños viviendo en un infierno.

Hace varios años conocí a Eduardo Verástegui y a Alejandro Monteverde, Productor y Director respectivamente de la película: “Sonido de Libertad” y de otras producciones extraordinarias como “Bella” y “Little Boy”; dos seres humanos sensibles y comprometidos en contar historias que muevan mentes y corazones. Los respeto y admiro por su vocación y valor para decir lo que muchos cineastas prefieren callar. Un aplauso de pie para ambos.

Esta película está basada en la historia de Tim Ballard, un ex agente del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos, quien con un grupo de amigos ex Navy Seals y ex agentes del FBI, viajan por todo el mundo encubiertos, a los lugares más oscuros del planeta a rescatar niños secuestrados para la explotación sexual. Tim es un héroe que ha arriesgado su vida para salvar las de muchos niños que son vendidos y traficados por mafias en todo el mundo.

Eduardo Verástegui lo resume perfectamente: “Es un problema global, en total hay más de 40 millones de esclavos en el mundo, más esclavos ahora que cuando la esclavitud era legal. Muchos de ellos son niños; niños que son traficados, que son violados de 10 a 15 veces al día y cuando los clientes ya no los quieren, pasan al segundo negocio, el mercado negro de tráfico de órganos”. 

Una escena muy conmovedora y reveladora, muestra a Jim Caviezel respondiendo a la pregunta: ¿por qué lo haces? Citando a Tim Ballard explica: “Porque los hijos de Dios no se venden”. Si te agobia que esto suceda, no sólo debes ver la película y pasar la voz, es momento de unir fuerzas con quienes tienen claridad y experiencia para guiar esfuerzos de mucha gente, de manera que, unidos, podamos levantar la voz y activarnos para despertar de esta pesadilla.  

Al final de la película, Jim Caviezel da un mensaje muy poderoso: “Vivir con miedo no es la manera de resolver este problema. Es vivir con esperanza, es creer que podemos hacer una diferencia, porque en verdad podemos. Todos ustedes tienen la oportunidad de seguir contando la historia”.

Gracias a Tim Ballard por recordarnos con su testimonio, que nada es imposible. Gracias a Eduardo, a Alejandro y a todo el equipo que ha hecho posible “Sonido de Libertad” por recordarnos que, sólo unidos, podemos cambiar esta y cualquier otra realidad. Todos tenemos derecho al “Sonido de Libertad”, defendámoslo para que los niños tengan un futuro de luz y con ellos, toda la humanidad. 

Twitter@armando_regil

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Armando Regil Velasco es Presidente Fundador del Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora A.C. (IPEA)

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