Triste día de la Constitución

El próximo 5 de febrero se celebra el 107 aniversario de la promulgación de la Constitución Política de la Estados Unidos Mexicanos, así es querido lector, nuestra Constitución. El gobierno mexicano ha referido, como cada año, que es un día de festejo, de alegría y de celebración pues las Constitución refleja un querer vivir juntos bajo una serie de principios que recogen no sólo nuestra historia sino nuestros valores como nación. De igual manera el Presidente de México ha referido que enviará un paquete de reformas constitucionales para adecuar el texto a las nuevas necesidades y formas de la llamada cuarta transformación.

Desafortunadamente una de las esperadas propuestas de este paquete de reformas se encuentra orientada a la desaparición de los llamados órganos constitucionales autónomos como el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI), la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y desde luego la modificación del actual Instituto Electoral (INE). Todos ellos en términos del Presidente, “no sirven para nada”

El 5 de febrero en efecto tendría que ser una celebración, pero no lo será. Tendría que suponer la consolidación de los valores democráticos que suponen no sólo el adecuado reparto del poder sino el aceitado equilibrio del mismo. No existe un solo teórico de la constitución, bajo la lógica del moderno constitucionalismo que haya privilegiado la concentración del poder por encima de los llamados “pesos y contrapesos” pues quien lo hace sólo se convierte en cómplice de los sistemas autoritarios. 

El 5 de febrero será un triste día de la constitución pues aún y cuando es de esperar que dichas reformas del Presidente no sean aprobadas en este primer periodo ordinario de sesiones, lo cierto es que nuevamente observamos una acción concreta del actual gobierno para destruir, menoscabar y sobre todo ideologizar nuestro texto constitucional en aras de gobernar sin contrapesos, en aras de gobernar sin límites, en aras de gobernar bajo una sola lógica del poder que no admite disidencia, oposición y mucho menos divergencia. 

Este paquete de reformas constitucionales impacta directamente en la democracia, en la libre competencia y en la forma como nos insertaremos al futuro energético de la humanidad. No es menor el asunto, querido lector. Este paquete de reformas es la concreción ideológica de la cuarta transformación que busca escalar a rango constitucional un modelo político económico que desconoce por completo a la democracia abierta, participativa y deliberativa, que desconoce por completo la libre competencia como mecanismo de conducir la economía de un país impulsando abiertamente a las concentraciones económicas que benefician al régimen, que desconoce por completo un futuro energético de mayor y mejor impacto para la humanidad. Luego de 5 años en el poder, la cuarta transformación considera que es muy probable que, para el segundo periodo ordinario de sesiones de este año, obtengan la mayoría calificada necesaria para aprobar su tan ansiada reforma constitucional.

El 5 de febrero será un día triste pues México no tendrá que celebrar un año más de consolidación democrática, sino que será un día en el que en nuestra cara se muestre la más grande de las incertidumbres que en los últimos años hemos vivido. Esa incertidumbre transita en el dilema que refleja este año 2024 para los mexicanos consistente en ceder más terreno al autoritarismo o defender los últimos resquicios de vida democrática que aún nos quedan. Eso, querido lector, está todavía, en sus manos y en las mías. La destrucción de las instituciones democráticas en aras de la concentración de poder, la historia nos ha demostrado que sólo conduce a la tiranía, que sólo conduce al dolor y que sólo conduce al fracaso de las naciones. Sin lugar a dudas este 5 de febrero será un día triste para México.

*El autor es Doctor en Derecho. Actualmente es Decano de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, fue director de la Licenciatura en Gobierno  de la Panamericana. Es integrantes del Sistema Nacional del investigadores de México. Preside la Asociación Coorperación Iberoamericana de Transparencia y Acceso a la Información. Autor, coautor y coordinador de 15 libros en materia de libertades informativas.