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Opinión

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Va por México, va contra la corriente

Muchos analistas políticos se siguen preguntando por qué el presidente López Obrador mantiene tan alta su popularidad a pesar de los malos resultados de su gobierno. No hay duda del fuerte impacto que tienen los programas sociales en la gente que lo apoya, pero, por otro lado, el presidente gobierna tomando en cuenta la opinión de la gente o dando respuesta a sus demandas, mientras a la oposición parece importarle poco esa opinión.

La gran mayoría de los programas y proyectos del gobierno de López Obrador cuentan con gran apoyo popular, sea la suspensión del aeropuerto de Texcoco, la construcción del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles, sus programas sociales, la reforma eléctrica, la Revocación del Mandato, la militarización de la Guardia Nacional, sus mañaneras, entre otras.

Por el contrario, la oposición se ha opuesto a todas esas decisiones y proyectos, sin tomar en cuenta que la gente las apoya y no ha tenido la capacidad y el interés de informar directamente a la ciudadanía de las consecuencias negativas de las reformas y decisiones del presidente. En política no basta tener la razón, es necesario informar y convencer a la gente.

Los críticos y la oposición se han preocupado de convencer básicamente al círculo rojo a través de los medios nacionales de comunicación y han ignorado a la mayoría de la población que no se entera por esos medios. Mientras el presidente ha hecho política hacia la población, los críticos y la oposición se han dedicado a discutir entre ellos mismos.

El ejemplo más claro de esto fue la consulta para la Revocación de Mandato, mientras el gobierno y Morena iban casa por casa difundiendo los logros del presidente, la oposición y los críticos se limitaron a llamar a no votar y desperdiciaron la oportunidad de establecer contacto e informar a la gente. El resultado fue que después de la consulta y más allá del resultado, el apoyo a López Obrador recupero el nivel de 60% o más.

Las voces críticas y la oposición tienen razón en oponerse a la gran mayoría de las decisiones de López Obrador por ser negativas para nuestra economía, la democracia, para la gente y para el país, pero no han tendido el interés o la capacidad para comunicarse y convencer a la población.

Esta falta de comunicación no es responsabilidad de los analistas y comentaristas críticos o de los medios de comunicación, su auditorio es muy limitado, no llega a todo el país y deja fuera a la gran mayoría de la población.

La responsabilidad de ignorar a la población es fundamentalmente de los partidos de oposición. Si queremos que la gente se entere, los partidos de oposición son los únicos que tienen los recursos para llegarle a la gran mayoría de la gente, por lo que deberían desde ahora establecer una estrategia conjunta para informar y convencer a la población. Si no lo hacen, seguramente López Obrador y Morena llegarán con el nivel actual de popularidad e intención de voto y serán un enemigo imposible de vencer, por más alianzas electorales que se hagan.

Ciudadano interesado en las soluciones para el país y la Ciudad de México. Político mexicano, ha sido diputado federal (1988-1991), senador (2000-2006) y jefe delegacional de Miguel Hidalgo (2009-2012)

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