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Opinión

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Vacunas contra Covid-19: La importancia de recabar los efectos adversos

Foto: Reuters

La farmacovigilancia es capaz de ayudarnos a que los beneficios de las vacunas superen a sus riesgos, gracias a la evaluación y comprensión de la información que se genera para entonces poder comunicar, prevenir o evitar los riesgos detectados.

Es claro que dicha farmacovigilancia no sería posible de ejecutar de manera robusta si es que no somos capaces de detectar y colectar oportunamente las experiencias de uso de las vacunas contra Covid-19, es decir sus efectos adversos, los cuales en México y Latinoamérica se acostumbra llamarles ESAVIs, que son las siglas de Eventos Supuestamente Atribuibles a Vacunación e Inmunización, conforme lo definió la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En otras palabras, si no contamos con ese registro de los efectos adversos, que es nuestra materia prima, no es factible concretar la labor de farmacovigilancia que consiste en comunicar y prevenir riesgos. O en todo caso, podría estarse ejecutando en una forma no adecuada o no correcta; en pocs palabras, de una manera diferente a lo que realmente se necesita.

En la primera fase del plan de vacunación, 24Dic2020-14Feb2021, se aplicaron 726,313 dosis de vacuna contra Covid-19 de Pfizer-BioNTech. De esta proporción surgieron 6,635 reportes de efectos adversos (ESAVIs), siendo los profesionales de la salud de primera línea la población que recibió estas vacunas.

Para la segunda fase, cuando los adultos mayores se sumaron a esta campaña, que comenzó el 15 de Febrero, se adicionó la vacuna de AstraZéneca-Oxford y posterior a esta fecha se sumaron las vacunas Sputnik V y CoronaVac. En el segundo corte de información, correspondiente al 15Feb2021-25Abr2021, se aplicaron 15 millones 683,721 dosis de estas 4 vacunas. Esto es, fueron 21.6 veces más dosis que las aplicadas en el periodo previo.

Sin embargo el número de ESAVIs recabados fue de 9,835, sólo 1.5 veces más que los colectados en el primer periodo con una sola vacuna. Es decir, en la segunda etapa de vacunación hubo prácticamente 20 veces menos registros de ESAVIS.

Lo anterior nos permite inferir que el proceso de colección de ESAVIs deber ser reforzado. El problema es que no se comunicó a la población la importancia de reportar los ESAVIs y las maneras de hacerlo.

En los medios oficiales la información de Farmacovigilancia requiere ser de fácil acceso y ampliamente comprensible. Las personas vacunadas contra SARS-Cov-2 están experimentando el dolor en el sitio de inyección. Pero otros efectos como malestar, dolor muscular o fiebre ya lo resienten en sus hogares, y esa información no se está transmitiendo; se está quedando con los amigos y familiares sin llegar a quién debe recibir esta información, para quien es verdaderamente valiosa: la autoridad reguladora y los fabricantes.

El proceso de Farmacovigilancia no termina al transcurrir los 30 minutos en la zona de observación. Es importante que la población logre percibir que es parte de este proceso; porque la Farmacovigilancia no es una obligación, es un derecho, un derecho que nos hemos ganado y que no podemos dejar perder.

Estamos a tiempo. Aún faltan al menos 78 millones de mexicanos por ser vacunados, y es posible que haya un más efectivo reporte de efectos adversos. Hagamos que esto funcione, es por ti, por los tuyos, por todos nosotros. #JuntosVigilamosMás

*Josué Bautista Arteaga es QFI Presidente de la Asociación Mexicana de Farmacovigilancia.

QFI = químico farmacéutico industrial

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