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¿Por qué no conviene endeudarte? (Parte 2 de 2)
En la primera parte hablamos de cómo el paradigma de comprarlo todo hoy y pagar después nos quita libertad, flexibilidad, capacidad de ahorro y la posibilidad de construir libertad financiera a nuestra edad de retiro, o antes.
Muchas personas justifican comprarlo todo a mensualidades sin intereses. Pero el hecho que no tengan un costo financiero, no quiere decir que no representen un costo de oportunidad importante y puedan representar un peso muy significativo que afecte incluso nuestra paz y salud mental. No quiero decir que no puedan ser, en ocasiones, una herramienta. Pero no deben ser una forma de vida.
Ahora bien, no todos los préstamos son sin intereses. De hecho, muchísima gente paga toneladas de dinero en intereses cada mes a los bancos y otras instituciones financieras.
Hace tiempo comenté en mi cuenta de X el caso de una persona que sacó su coche con un crédito a cinco años, con un seguro multianual (por el periodo completo) financiado dentro del mismo préstamo. Hice una simulación en el portal de un banco grande, suponiendo un auto con valor de 400,000 pesos y un 20% de enganche.
¿Sabes cuál es la cantidad total que esa persona terminaría pagando, por un coche que originalmente costaba 400,000 pesos, pero cuyo valor, al final del plazo, en el mejor de los casos será de 180,000 pesos? Poco más de 700,000 pesos.
La gente no tiene idea de eso, porque no sabe, no hace cuentas y toman la cotización de crédito y seguro que les da el vendedor de la agencia.
El primer comentario que me hicieron es: “no es ignorancia, es necesidad”. Supongo que no hay peor ciego que quien no quiere ver, porque ese no es el único carro que existe, tampoco es la única forma de adquirirlo.
En este espacio he relatado mi experiencia con mi primer crédito automotriz, que fue con un enganche elevado (50% del valor de la unidad) a 18 meses “sin intereses” (eso no quiere decir que no hubiera un costo financiero, porque tuve que pagar 3% más IVA sobre el monto del préstamo). Para el enganche saqué otro préstamo en mi empleo de tres meses de sueldo, también sin intereses ni comisiones. Además, no acepté el seguro de la agencia y compré el mío propio, a un costo mucho menor.
Yo estaba feliz porque pensé que lo había comprado de manera “inteligente” y con un costo financiero muy pequeño. Pero fue un gran sacrificio. Mi familia y yo tuvimos que apretar fuerte el cinturón para pagarlo. Cuando finalmente pude liquidarlo, hablé con mi esposa y decidimos seguir “pagando” la mitad de la mensualidad del crédito a un fondo para nuestro próximo automóvil.
Hacer eso nos cambió la vida porque todos los demás coches los hemos podido comprar de contado. Claro: los cuidamos, los mantenemos bien y nos han durado en algunos casos más de 10 años. Pero además ha sido dinero que nos ha dado un colchón extra para otras cosas, porque nuestro plan de gastos es flexible.
En países altamente consumistas como Estados Unidos, hay personas que pagan más intereses a lo largo de su vida, que lo que ahorran. Eso merma su calidad de vida de manera significativa. Aunque no lo parezca. Ganan mucho más, pero toman las mismas malas decisiones, resultado de una pobre cultura financiera.
Siempre he dicho que el crédito es una herramienta, pero una que puede ser muy peligrosa si no la sabemos usar. La suelo comparar con una sierra eléctrica: si tenemos cuidado y sabemos lo que hacemos, nos ayuda a construir incluso una casa. Pero si nos distraemos, puede causar un accidente grave.
Usar el crédito para todo, aún a meses sin intereses, no es sano. Gastar una buena parte de lo que ganamos pagando intereses, en lugar de usarlo para lograr objetivos importantes, no es inteligente. En general, no conviene endeudarte.
Si quieres lograr tu libertad financiera en el retiro (o antes), es importante cambiar ese paradigma de comprar hoy y pagar después y acostumbrarte, en cambio, a hacer lo opuesto: pagar hoy (ahorrar) y comprar después. Así lo haces con cuidado, de manera planeada y tienes disponible la totalidad de tu dinero para decidir.
Si en algún momento decides usar la herramienta del crédito, hazlo de manera estratégica, para sumar y no para restar.
En países altamente consumistas como Estados Unidos, hay personas que pagan más intereses a lo largo de su vida, que lo que ahorran. Eso merma su calidad de vida de manera significativa. Aunque no lo parezca. Ganan mucho más, pero toman las mismas malas decisiones, resultado de una pobre cultura financiera.