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Opinión

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Cooperación y desarrollo

Entre la alta burocracia, uno de los puestos más reñidos era la representación de México en la Secretaría General Iberoamericana. Con residencia en Madrid, su trabajo era simple, pero rotundo: contribuir a la organización de la Cumbre de jefe de Estados y de Gobierno del hemisferio. 

La austeridad republicana de la Cuarta Transformación eliminó esa embajada dorada del organigrama del servicio exterior y encargó tales tareas al titular de la Dirección Ejecutiva de la Agencia Mexicana para la Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Una posición de tercer nivel, en la Administración Pública Federal, pero de relevancia estratégica, desde su creación hace casi tres décadas. Sus directivos han trazado las líneas generales de lo que en su tiempo fue el Plan Puebla-Panamá y de lo que ahora es el Proyecto Mesoamérica, del que México detenta la Presidencia permanente.

Desde el sexenio calderonista, AMEXCID se convirtió en un refugio de la élite gobernante. En la administración peñista, que tuvo tres titulares de Relaciones Exteriores, dicho organismo tuvo igual número de directores ejecutivos: Juan Manuel Valle Perena, con José Antonio Meade; María Eugenia Casar Pérez, con Claudia Ruiz Massieu, y Agustín García López Loaeza, con Luis Videgaray. Este último, con amplia experiencia en el servicio exterior.

En el sexenio saliente, Marcelo Ebrard dejó esa institución en manos de la académica tijuanense Laura Elena Carrillo Cubillas —colaboradora suya desde el GDF—, quien estuvo bajo las órdenes directas de la subsecretaria de Asuntos Multilaterales, Martha Delgado, y resultó clave en la búsqueda de medicamentos y equipos médicos durante la contingencia sanitaria por la Covid-19.

La actual canciller, Alicia Bárcena, ascendió a la actuaria Gloria Sandoval Salas, quien estuvo a cargo de los proyectos especiales de cooperación internacional; provenía del equipo marcelista.

En vísperas del arranque de la nueva administración, Juan Ramón de la Fuente alista a su equipo de trabajo. Y diligentemente atiende las recomendaciones de la oficina de la presidenta Sheinbaum. Entre éstas, reservar la AMEXCID para Alejandra del Moral.

Su incorporación al segundo piso de la Cuarta Transformación, sin embargo, está en suspenso. Y es que la mexiquense —a sus 41 años— volverá a ser madre. Nuevamente, de gemelos. Por recomendación médica, debe guardar estricto reposo y estar bajo cuidados especiales durante los próximos seis meses.

La excandidata a la gubernatura mexiquense está invitada para una posición relevante. Y antes de su exjefe, Alfredo del Mazo, quien estaría a la espera de la aprobación del Senado para integrarse al servicio exterior, como representante de México ante una nación mediterránea.

El aterrizaje de Del Moral en la 4T, por cierto, no pasa por el Grupo Atlacomulco ni por Eruviel Ávila... sino por Tlaxcala. Y por la relación de su familia política con Pedro Haces.

Efectos secundarios

IMPLEMENTACIÓN. La iniciativa “Escuelas con Agua” permite a planteles de los niveles básicos ubicados en comunidades marginadas acopiar este recurso y almacenarlo para temporadas de sequía. Al cierre de este año, 16 instalaciones ubicadas en Hidalgo y Morelos se beneficiarán de este trabajo colaborativo, en el que participan la embotelladora Grupo Rica y la Fundación Coca-Cola México, junto con Rotoplas e Isla Urbana. Además, durante el ciclo escolar 2024-2025, la iniciativa habrá llegado a 30 estados de la República Mexicana a través de todas las empresas que conforman la Industria Mexicana de Coca-Cola, lo que ayudará a reducir la brecha de acceso al agua en las escuelas públicas del país.

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Periodista y columnista de El Economista, autor de Doña Perpetua: el poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo. Elba Esther Gordillo contra la SEP.

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