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Opinión

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Financiamiento como herramienta para empresas forestales comunitarias

Un aspecto importante para tomar en cuenta en el diseño de políticas públicas es precisamente el nivel de participación de los dueños forestales en el proceso productivo, y más aún en la cadena de valor.

Fuente: Shutterstock

México es un país de vocación forestal con 138.7 millones de hectáreas cubiertas por bosques templados, bosques mesófilos, selvas, manglares y matorrales xerófilos, equivalente al 70.6% del territorio nacional; de dicha superficie, casi 70 millones de hectáreas son propiedad de ejidos y comunidades forestales.  

Actualmente 6 millones 241,565 hectáreas cuentan con programa de manejo forestal autorizado, de las cuales se obtiene un volumen maderable promedio anual de 8 millones 204,167 m³ rollo, con un valor de producción de 10.35 mil millones pesos. Poco más del 50% de este volumen se produce en Durango y Chihuahua, por lo que la producción forestal maderable, resulta de mayor importancia en la generación de empleos e ingresos para los productores forestales.

El mayor nivel de participación de los ejidos y comunidades forestales, se da en la venta de su madera “a pino parado”, ya que como propietarios “dueños forestales” no participan en ninguna de las etapas del proceso productivo y el comprador se encarga de realizarlo; en menor escala aparecen los productores de materias primas; es decir, los que venden su trocería a pie de brecha o planta y en mucho menor cantidad están las Empresas Forestales Comunitarias (EFC) que realizan la industrialización de su madera en procesos iniciales (aserrío) o de segunda transformación, como son la elaboración de molduras, tableros o muebles.

Un aspecto importante para tomar en cuenta en el diseño de políticas públicas es precisamente el nivel de participación de los dueños forestales en el proceso productivo, y más aún en la cadena de valor.

La Comisión Nacional Forestal (Conafor), en buena medida vino a atender la falta de apoyos para los dueños forestales, aunque con variaciones importantes en los montos de apoyo y cambios constantes en las reglas de operación. La incursión inicial en procesos de crédito de las EFC fue generada por el Programa de FIRA denominado Proarbol, a través de la cesión de derechos que los beneficiarios de los programas de Conafor convenían con los intermediarios financieros participantes, Banorte, Crece, ASP, básicamente.

Cabe destacar que en los últimos años el presupuesto asignado a Conafor ha disminuido considerablemente, afectando a la baja la cantidad de proyectos beneficiados y los montos autorizados.

Las actividades de protección, conservación y aprovechamiento forestal requieren de recursos económicos para su implementación. En la mayoría de los casos, la actividad por sí misma es autosuficiente; sin embargo, para emprender un proyecto de transformación de los recursos forestales maderables, es necesario disponer de montos importantes para la inversión y la operación inicial.

En la historia del sector forestal, existen pocos casos de antecedentes de financiamiento directo para las EFC, los cuales se derivaron del programa Proarbol; sin embargo, no ha sido suficiente, en buena medida por la falta de experiencia y de cultura del crédito por parte de los núcleos agrarios y en otra por las restricciones o requisitos establecidos por los intermediarios financieros.

Para atender en parte esta situación, está firmado un convenio con participación de Nacional Financiera por el Gobierno de México y el Banco de Desarrollo Alemán KfW, para implementar el Programa de inversión forestal (Proinfor) dirigido a EFC con certificación de buen manejo forestal por el Forest Stewardship Council (FSC).

A través del Proinfor se apoya en la mejora de los procesos que tengan por objetivo el aprovechamiento sostenible de los recursos forestales de las EFC, así como la elaboración de planes de negocio y acompañamiento en el proceso de crédito de los proyectos de inversión para ser presentados a los Intermediarios Financieros acreditados por FIRA, con el fin de realizar una gestión de crédito que cumpla con los indicadores técnico-financieros y lograr su aprobación.

La implementación del Programa se coordina por FIRA como entidad ejecutora, personal de GFA Consulting Group GMBH, encargada de la asistencia técnica por parte de KfW y otros actores clave del sector forestal.

Los resultados del Proinfor en Durango son: integración de 24 EFC en el portafolio, de las cuales 17 cuentan con certificado del FSC y 7 están en proceso de evaluación. Se tienen 45 proyectos, 22 son créditos refaccionarios por 92.5 mdp y 23 de avío por 68.8 mdp, de los cuales se han operado 20 créditos en 6 EFC, 4 refaccionarios por 9.8 mdp y 16 de capital de trabajo por 51.3 mdp.

Esta información resulta inédita en el sector forestal; sin embargo, aún está pendiente convencer a las EFC de que el financiamiento es una herramienta valiosa para sustentar su desarrollo y permanencia.

Cabe mencionar que este tipo de proyectos está ubicado en el objetivo prioritario de FIRA, que es fomentar la ifnclusión inanciera, para abatir las barreras de acceso a servicios financieros de las y los productores.

*Bárbara Orozco Gurrola, es residente estatal en Durango de FIRA y Ramón Silva Flores, es GFA Consulting Group GMBH. “La opinión aquí expresada es de los autores y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA”.

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