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¿Qué retos se esperan para México ahora que Trump asuma la Presidencia?

OpiniónEl Economista

El martes de la semana pasada salieron de Tapachula y Tuxtla Gutiérrez dos caravanas de migrantes rumbo a Estado Unidos. Era un contingente de al menos 3,000 personas –conformado por familias, hombres, mujeres y niños provenientes de El Salvador, Guatemala, Venezuela, Haití, Honduras, El Salvador, Cuba, Afganistán y Jordania, entre otras nacionalidades– con el objetivo de llegar a la frontera norte de México y cruzar de forma legal o ilegal a Estados Unidos (EU).

Ese mismo martes, en EU se declaraba ganador virtual a la Presidencia de EU a Donald Trump, quien desde su campaña había asegurado tres objetivos en caso de ganar la elección: deportaciones masivas de migrantes, garantizar una renegociación de cooperación en materia de seguridad que, de no cumplirse, implicaría consecuencias graves para el gobierno de México, entre las cuales destacan cargas arancelarias desmedidas si no se garantiza una respuesta clara y eficaz en materia migratoria y de seguridad y finalmente la renegociación del T-MEC. Además de analizar el retorno del presidente Trump, sus amenazas no deberían ser tomadas a la ligera.

El retorno del trumpismo a Estados Unidos es la consecuencia de múltiples causas, entre las cuales podemos destacar el conservadurismo, una preocupación por la situación económica, el crecimiento del sentimiento antiinmigrante y una preocupación por parte del gobierno estadounidense sobre el tema de seguridad, auspiciado por la falta de controles eficaces para contener la criminalidad y el trasiego de sustancias ilegales a través de la frontera, haciendo énfasis en el fentanilo. Sí, la situación para México no se vaticina sencilla, empezando por considerar que la radicalidad del posicionamiento de Trump en su segunda campaña no se sustentaba ahora en discursos retóricos para ganar seguidores, sino para implementar acciones inmediatas y que surtan efecto a corto plazo del otro lado de la frontera.

La pregunta está en el aire: ¿qué hará el gobierno mexicano frente al problema migratorio? ¿Qué estrategias de cooperación e intervención anticriminal se operará en el caso mexicano? ¿Realmente se llevará a cabo una coordinación conjunta con el gobierno de EU en temas de seguridad? ¿Qué costos implican para el gobierno mexicano no concretar acuerdos en materias migratoria, comercial y de seguridad?

Muchas preguntas sobre la mesa, y más allá de los buenos deseos y las felicitaciones, habría que tomar en serio los avisos de Trump, ya que sus amenazas por más inverosímiles que parezcan están respaldadas por la opinión popular, y pueden causar serios problemas en nuestro terreno, económicos, humanitarios, comerciales, sumados a los que cotidianamente vivimos. Una deportación masiva de migrantes es una locura, lo mismo que implica cerrar la frontera por un día o el incremento arancelario, de la mano de la incursión de fuerzas federales en suelo mexicano si no se comienzan a ver resultados en temas de seguridad.

El gobierno mexicano deberá tomar seriamente estos avisos, y prestar atención a lo que se tiene que priorizar. Se ven venir retos importantes para el gobierno… Por ahora, entre las muertes que no cesan, los flujos migratorios y los eventos violentos imparables en algunos territorios del país, se espera que la reforma al artículo 21 constitucional pueda darle más facultades jurídicas, de investigación de delitos, coordinación e inteligencia a la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana, pero el tiempo corre y en algunos municipios la criminalidad no cede terreno y el problema de rearticular instituciones o volverlas a construir desde lo local hace todavía el reto más complejo.

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