¿Cómo serán los primeros 100 días de Claudia Sheinbaum?

El primer día de Claudia Sheinbaum estuvo lleno de gestos simbólicos, pero también de anuncios. Me gustó el saludo a la ministra Norma Piña y, en plan optimista, quiero ponerlo como una buena señal de cara a la implementación de la reforma al Poder Judicial.  

Anuncia su apoyo a la semana laboral de 40 horas. Es un tema que estaba en pausa o atorado, entre otras cosas, por la complejidad en su implementación. No pone fecha y, entre líneas, deja ver que el cambio será gradual. No todos los sectores o ramas de actividad pueden ir a la misma velocidad. La experiencia en un país como Chile deja claro que el proceso se puede llevar años, si queremos hacerlo bien.

Otros compromisos en materia laboral tienen que ver con la continuación de los aumentos para recuperar el salario mínimo y revisar la situación de los trabajadores de las aplicaciones. Tendrán seguridad social, promete Sheinbaum, aunque no puso plazo ni definió las características de las prestaciones que tendrían.

En transición energética podemos ver un mensaje que apunta a un cambio radical: en 2030, México producirá 45% de la energía eléctrica a partir de renovables. Digo cambio radical porque no quiero usar la palabra ruptura. En el sexenio de AMLO hubo un retroceso en materia de renovables, de forma y de fondo. En la COP de París de 2016, dijimos que en 2024 estaríamos produciendo 35% de la energía con renovables. Estamos en 24%, pero hace dos años estábamos en 27 por ciento.

Asumir un compromiso de 45% para 2030 implica tratar de recuperar todo lo que se perdió entre 2018 y 2024. Claudia Sheinbaum invita al sector privado a participar y ofrece reglas claras. Su mensaje apunta a un giro de 180 grados en política energética. Lo dijo claro y sin estridencias. El tiempo dirá cuántas veces necesitará repetir el mensaje para obtener los resultados que ella busca y México necesita. Para cumplir la meta, se requiere construir capacidad por alrededor de 30,000 megawatts. El costo de cada 1,000 megawatts es aproximado a 1,000 millones de dólares.

Vienen cambios importantes en la regulación del uso del agua. Sheinbaum Pardo anuncia la revisión de las concesiones de uso y explotación del agua. Es una tarea titánica, pero urgente. Hay un poco más de 525,000 concesiones y en 97% de ellas no hay medidores para saber si se están respetando los límites de extracción definidos en la concesión.

La intervención en las concesiones de agua tendrá un impacto gigantesco en la vida económica. El sector agroalimentario es el principal usuario, con más de 70% del total, pero hay otros sectores que no son viables sin agua: construcción de vivienda y producción de bebidas, como cerveza o refrescos. Más allá de la revisión de las concesiones, los legisladores han anunciado que habrá una nueva Ley General de Agua. La actual está vigente desde la década de los noventa y ha quedado rebasada por las circunstancias.

Fueron muchos los anuncios hechos por la presidenta en su primer día y no es la intención de esta Caja fuerte hacer una revisión exhaustiva de los mismos. Para imaginar los primeros 100 días, quiero pasar revista a algunos de los compromisos que están marcados en el calendario.

Dentro de dos semanas, vendrá el CEO Dialogue. Un evento que será la oportunidad para ver cuál es el mensaje del nuevo gobierno mexicano a algunos de los principales empresarios de América del Norte. En 2026, vendrá la revisión del T-MEC y será necesario cultivar el apoyo de los hombres y mujeres de empresa, porque Trump y Harris están endureciendo su posición. Desde ahora hasta entonces, hay que procurar un sutil equilibrio entre cuidar la soberanía y atender los compromisos con nuestros socios. Tenemos asuntos que han llegado a su fase de definición, como las controversias por el maíz transgénico y la política energética. En adición, tenemos los temas que se están complicando, como la expropiación de Vulcan.

A mediados de noviembre, deberá estar aprobado el Paquete Económico 2025. La Secretaría de Hacienda ya trabaja en él y enfrenta el reto de cuadrar las cifras de ingresos y gasto del sector público. Cerraremos 2024 con un déficit de 6% del PIB, que son 2 billones de pesos. Para 2025, el diferencial entre ingresos y gastos deberá ser bastante menor.

¿Cómo recortar 600, 700,000 millones de pesos a un presupuesto que es la fotografía de tantas necesidades y compromisos? Encontrar la respuesta a este acertijo es uno de los retos de los primeros 100 días de Claudia Sheinbaum. El desafío es enorme en sí mismo, pero tiene una complicación adicional: recortar el presupuesto en un contexto de desaceleración económica como el que vivimos puede enfriar la economía y producir recesión. Un escenario que ningún mandatario quiere en su primera año. Bienvenida, presidenta Sheinbaum.