Transformación digital, 5G y Energía

En los últimos años, los gobiernos han incorporado el concepto de transformación digital en sus agendas de desarrollo. Este término se ha convertido en un elemento esencial de cualquier discurso de política pública enfocada en el desarrollo económico, la oferta de servicios públicos y el ahorro de recursos. Sin embargo, pocas veces entre las promesas de la transformación digital se explica su definición precisa.

Una interpretación sencilla de la transformación digital sugiere que se refiere a la digitalización de funciones para hacerlas más eficientes. Es por eso que términos como Internet de las Cosas, metaverso, territorios inteligentes y economía 4.0 son componentes clave de la transformación digital. Este cambio de paradigma en la operación de los procesos se basa en diversas tecnologías como la automatización, el Big Data, la analítica, la computación en la nube, la ciberseguridad (como el uso del blockchain), y los diferentes tipos de inteligencia artificial.

La transformación digital se enfoca en el uso de tecnología para incrementar la eficiencia, lo que a su vez aumenta la productividad.

No obstante, no todas las transformaciones digitales son iguales. Las que ocurren en el sector privado tienden a ser más controladas y pueden implementarse gradualmente, división por división dentro de una empresa. En el sector público, la transformación digital es mucho más compleja y lenta. Primero, debido a la existencia de distintos niveles gubernamentales, se requiere una transformación dentro de las agencias y entidades de un mismo rango, ya sea federal, estatal o municipal. Segundo, porque las iniciativas que integran estos niveles deben coordinarse para que fluyan e integren la información entre jurisdicciones.

Dado que esta integración es compleja, varios países han creado instituciones que coordinan iniciativas para impulsar la transformación digital. Por ejemplo, en Colombia existe un Viceministerio de Transformación Digital, mientras que Trinidad y Tobago creó un Ministerio de Transformación como ente encargado de la digitalización de la economía. En México, el 10 de enero de 2023, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la creación de la Comisión Intersecretarial de Tecnologías de la Información y Comunicación y de la Seguridad de la Información (CITICSI), aunque su labor ha sido limitada debido a la falta de insumos necesarios para coordinar la tecnología digital en el país.

La promesa de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de crear la Agencia de Transformación Digital (ATD) plantea la necesidad de definir cómo coexistirán CITICSI y ATD. Esta tarea, en teoría, no debería ser compleja, ya que las agencias podrían modificarse para ser complementarias.

Desde un punto de vista práctico, para que la transformación digital sea efectiva, deben existir redes de telecomunicaciones resilientes y capaces de transportar grandes cantidades de datos. El ecosistema 5G cumple con estos requisitos, ya que requiere no solo antenas, sino también grandes inversiones en fibra óptica y, eventualmente, la integración de redes satelitales. Para alcanzar las tres grandes promesas de 5G—velocidad de datos, Internet de las Cosas industrial y baja latencia—es necesaria la asignación de frecuencias de espectro en bandas bajas, medias y altas.

Un aspecto positivo del 5G es que, según la consultora Mobile Experts, esta tecnología eventualmente reducirá hasta en un 80% el costo de transmisión de datos, lo que abarataría el uso de aplicaciones intensivas en datos, como la realidad virtual, la analítica o los hologramas. En otras palabras, 5G sería un catalizador para la transformación digital al reducir los costos de digitalización.

El aspecto negativo de 5G es que el incremento en la densidad de las redes, debido al mayor uso de bandas medias y milimétricas, la proliferación de redes MIMO y el aumento exponencial de dispositivos conectados, podría traducirse en un incremento exponencial en el consumo de electricidad, llegando hasta un 300%, según consultoras como 451 Research, McKinsey & Company y Analysys Mason. Sin embargo, el aumento en el consumo de energía no se limita a 5G, ya que aplicaciones como el blockchain y la inteligencia artificial también incrementarán el consumo de electricidad en el futuro cercano.

Un estudio de la Universidad de Cambridge muestra que el uso de Bitcoin consume alrededor de 100 a 120 TWh por año. Además, más allá de la minería de criptomonedas, se espera que el blockchain juegue un rol clave en la ciberseguridad, lo que también tendrá consecuencias en el uso de energía. Asimismo, las aplicaciones generativas de inteligencia artificial incrementarán el consumo de electricidad.

Si revisamos los últimos seis años, es evidente que el servicio eléctrico en México ha enfrentado graves problemas. Durante este periodo, México ha registrado al menos cinco apagones masivos, afectando a más de 15 millones de personas y generando disrupciones en la productividad del país. Por ejemplo, el apagón del 28 de diciembre de 2020, causado por una falla en el Sistema Eléctrico Nacional, dejó sin electricidad a grandes zonas como Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y el Estado de México. Más recientemente, el 7 de mayo de 2024, un nuevo apagón afectó a al menos 18 estados, incluyendo importantes centros urbanos como Ciudad de México, Jalisco y Veracruz.

La situación se resume en pocas palabras: México necesita la transformación digital para volverse más competitivo a nivel mundial. Para lograrlo, requiere de grandes inversiones en infraestructura civil y de telecomunicaciones, especialmente en antenas 5G y fibra óptica. También necesita asignar espectro en bandas medias y milimétricas. Sin embargo, la consecuencia de estas inversiones es que el alto número de dispositivos móviles y la arquitectura de la red 5G han incrementado el consumo de electricidad de las redes inalámbricas.

Lamentablemente, el creciente número de apagones eléctricos en México se ha convertido en uno de los mayores obstáculos para la adopción de tecnologías que permitirían la transformación digital. Sin un servicio eléctrico confiable, la transformación digital no podrá materializarse en México.