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Trump recargado

OpiniónEl Economista

La posibilidad de que Donald Trump regrese a la Presidencia de los Estados Unidos de América (EUA) está encendiendo las alarmas en buena parte del mundo. Las excepciones parecen ser el Kremlin y Palacio Nacional. Una y otra vez le han preguntado a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo (CSP) su opinión sobre las posturas, mentiras, amenazas y ataques del candidato republicano y la posibilidad de que cumpla sus promesas de campaña con relación a México. Siempre contesta lo mismo que su antecesor.

Antes de irse, AMLO decía que no había nada de qué preocuparse, que eran dichos de campaña, que cerrar la frontera era imposible y que las economías estaban muy integradas. Presumía que en el tiempo que le tocó lidiar con Trump este se había portado muy bien con México y que era una buena persona. Lo mismo dice la presidenta Sheinbaum.

Pero las condiciones de ambos países han cambiado y el magnate también lo ha hecho. El Trump que ganó la presidencia de los EUA en noviembre de 2016 no es el mismo que el de ahora. Es un hombre convencido de que ganó el proceso electoral de 2020 y que le jugaron sucio. Sigue diciendo que hubo un fraude. Adicionalmente, pesan sobre él varios cargos penales, entre los que destacan el asunto de Stormy Daniels, los documentos clasificados que sacó de la Casa Blanca y que se encontraron en su casa de Mar-a-Lago, su intervención en el asalto al Capitolio, entre los más importantes.

Trump ha endurecido su posición. Ahora miente más, exagera en sus dichos, descalifica a sus adversarios a los que trata como retrasados mentales o basura. Me detengo en tres cosas que ha sostenido en su campaña, cada una de ellas representa una amenaza contra México:

a) Renegociación del T-MEC. En este punto ha señalado que no irá por una revisión en 2026, sino por una renegociación inmediata. Ha difundido que México se ha aprovechado de su país gracias a los malos acuerdos de los demócratas. Poco importa que a él le tocó negociar el acuerdo y dijo que era un buen tratado. Incluso ha amenazado con cancelar el comercio con nuestro país y tomar medidas arancelarias para obligar a las empresas norteamericanas a regresar a los EUA. Ha hablado de la construcción de “gigantescas fabricas chinas” de automóviles en México y ha señalado que nuestro país debe romper con el país asiático.

Aunque es difícil que cancele las relaciones comerciales, de acuerdo con su experiencia amenazará al gobierno de Sheinbaum para obtener ventajas. Le ha dado resultado esto cuando obligó a AMLO a destinar casi 30 mil elementos castrenses al control migratorio de las fronteras.

b) Control de drogas y cárteles. Una medida de fuerza norteamericana en nuestro territorio escalaría las tensiones entre ambos países. Trump ha hablado de operaciones quirúrgicas contra los centros de fabricación de fentanilo y captura de narcos en México. La amenaza es absurda y totalmente demagógica, pero ha tenido efecto entre los votantes.

¿Sería capaz de hacer algo así el magnate? Es posible que no directamente, pero la captura del Mayo en territorio mexicano por otro capo y su traslado a EUA abre la puerta a tomar un camino parecido con ayuda de agentes encubiertos o cazarrecompensas mexicanos. Ahora bien, ¿cuál sería la respuesta de un gobierno patriotero como el de CSP? Ante una agresión abierta, podría romper relaciones como recurso obligado, a pesar de que no es lo mismo romper con Ecuador que con Estados Unidos.

c) Migración. Trump ha dicho que terminará el muro, que deportará a millones de indocumentados a México (sean o no mexicanos); se ha referido a los migrantes como animales que emponzoñan la sangre de su nación y otras lindezas por el estilo.

En una reciente entrevista concedida al País, uno de los especialistas en sondeos y estrategia electoral más reconocidos, Frank Luntz, admitió: “Trump está diciendo cosas verdaderamente extremistas y no le está perjudicando en absoluto”. Por otro lado, un reciente sondeo arroja que la cantidad de hispanos que apoyan a Trump se ha incrementado y representa el 34% de ese grupo. El Donald puede ganar a pesar de su lenguaje extremo y sus mentiras porque le habla a votantes que creen que el gobierno no ha hecho nada por ellos y que descreen de la calidad de su democracia. Un escenario negativo para los demócratas.

Más allá de quien gane, en una reciente declaración, el presidente de la American Society, Larry Rubin, aseguró que los empresarios de Estados Unidos quieren una renegociación completa, no una revisión, del T-MEC. Esto significa que, más allá de quien gane hay ya una tendencia a redefinir la relación comercial, migratoria y de seguridad. El negar los problemas y esconder la cabeza le resultó a López Obrador, pero esos tiempos ya pasaron.

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