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AMLO "dejó la economía a la suerte”: Isabella Cota
No hubo política económica más allá de construir unas pocas obras e interferir en la operación de grandes empresas del sector energético para concentrar más poder en el Ejecutivo, expone
Qué buena suerte la del presidente Andrés Manuel López Obrador que, cuando termine su gestión, saldrá bien librado en las encuestas de popularidad, colgándose las medallas que le corresponden al libre comercio y escudándose detrás de la pandemia de la Covid-19 para justificar sus malos resultados en la administración pública, pero, qué mala suerte la de México porque los pobres serán más pobres que al inicio de su sexenio; porque no hubo un combate a la corrupción y porque se habrá debilitado más el raquítico Estado de derecho, plantea Isabella Cota.
La autora del libro “Suerte o desastre. El azar como modelo económico de AMLO”, editado por Aguilar Ideas, señala que lo que ha habido en los últimos años es un no gobierno porque la administración federal no hizo lo que debía. El legado del mandatario será una enorme oportunidad perdida.
—¿Qué es lo que ofreces en este libro a los lectores?
Es una breve historia económica de México bajo la administración del presidente, Andrés Manuel López Obrador. No solo es un análisis, no solo son entrevistas con expertos, no solo son datos.
Este libro no se trata de AMLO. Es un libro sobre México y sobre los mexicanos.
—¿Cómo atiende el presidente López Obrador los problemas públicos?
La única lógica bajo esta administración ha sido el voluntarismo.
Esto es algo que yo me robo del exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien fue el primero que puso este término en la mesa a su salida de la Secretaría de Hacienda, para entender las decisiones de AMLO.
Todas las decisiones del gobierno se concentran en él; las toma en torno a lo que su voluntad le dice y no necesariamente contemplando, un punto de vista más intelectual, más pulido o más trabajado.
Una de las tesis quizás más útiles del libro es este concepto del no gobierno que yo propongo.
En términos económicos, por lo menos, es útil pensar en esta administración como un no gobierno.
No hizo lo que un gobierno debe hacer. Se retrajo de los frentes educativos, el de salud…
—¿Cómo se puede caracterizar la política económica implementada por el presidente López Obrador?
El modelo económico que propuso AMLO fue la suerte, el azar. Y le tocó mucha suerte...
Él subió en un momento en la historia en donde México tiene una ventaja competitiva muy grande. La narrativa como destino de inversión extranjera se escribió sola. No la necesitó escribir el gobierno. En ese sentido, AMLO ha tenido mucha suerte.
Pero, el otro lado de la moneda de la suerte como azar, es que muchas cosas se dejan vacías.
Dejó la economía a la suerte y todo lo demás se fue acomodando en torno a las decisiones que para él son importantes, que son más bien políticas.
El ejemplo más grande de ello es su interferencia en el sector energético, que es una estrategia 100% política. Él lo que buscaba era concentrar el poder y los recursos de las empresas de energía del Estado de nuevo en el Ejecutivo, revirtiendo lo que hizo el presidente Enrique Peña Nieto.
Esto no es un modelo económico.
—¿Concentrar cada vez más poder en la presidencia de la República generó algún tipo de ventaja en lo económico?
No, absolutamente no.
Quizás hubiera posibilidades de que al concentrar el poder en el Ejecutivo, a lo mejor las inversiones pudieron haber fluido más fácilmente. A lo mejor los permisos. Pero esto no fue así. Ni siquiera se dedicaron a traer más inversión, no hicieron los procesos más fáciles.
—Hay quienes se esfuerzan en explicar que AMLO es un presidente de izquierda y quienes dicen que más bien se trata de un neoliberal de closet. ¿Cómo ves esa discusión?
Sí, yo coincido.
Yo básicamente me doy una vuelta en la teoría más básica y me voy a la definición de neoliberalismo, que tiene que ver con el adelgazamiento del Estado, la austeridad, que es famosa en AMLO y el retraerse de los frentes económicos.
Entonces, quizás la única excepción con E mayúscula es el sector energético. Claramente ahí no se comportó como un neoliberal, pero por lo demás yo coincido en que se comportó como un neoliberal de closet.
—¿Cómo trató el presidente López Obrador a las pequeñas y medianas empresas?
Las pymes fueron completamente olvidadas y están en una completa negligencia.
Aquí hay que hacer un matiz muy importante, que es que las pymes siempre han estado olvidadas por las administraciones federales.
La estampa más dura es el hecho de que un millón de empresas murieron durante la pandemia porque el gobierno se rehusó a focalizar la ayuda y subsidiar el desempleo de manera temporal.
—¿Cómo les fue a los grandes empresarios?
Los grandes empresarios están muy bien.
Una de las cosas más valiosas que yo rescato de esta administración es que los mexicanos, por primera vez, desde que yo tengo uso de razón, le tenemos miedo al SAT.
Por otra parte, AMLO no tocó los intereses de los grandes empresarios como prometió hacerlo.
Llegó al poder diciendo que él iba a separar los intereses económicos y los políticos y no lo hizo.
Si tú te pones a analizar sus mensajes y sus mañaneras, los empresarios con los que más se confrontó fueron los extranjeros.
De acuerdo con los datos de Oxfam, los más recientes, los 15 multimillonarios más ricos del país incrementaron sus fortunas en 30% a partir de la pandemia. Esto pasó bajo AMLO.
—¿Por qué dices que el presidente tuvo mucha suerte?
Porque Estados Unidos quiere desacoplar su economía de China y va a tener muchos huecos que llenar. Y esos huecos los podemos llenar en México.
Entonces, esto no tiene nada que ver con AMLO.
El hecho de que las tensiones entre Estados Unidos y China hayan ido escalando y durante su administración haya llegado al punto en el que están ahora, en el que solo el año pasado Estados Unidos dejó de importar de China un 20% de bienes y servicios, que es un montón, es una caída muy importante anual.
Este le tocó a AMLO. O sea, todo el mundo está mirando a México, esperando que sea México la solución simple al problema de tengo una fábrica en China que le vende a Estados Unidos y la necesito mover porque estos dos se están peleando. Entonces, en ese sentido AMLO ha tenido mucha suerte.
El otro sentido en el que ha tenido mucha suerte es que AMLO llegó al poder cuando el Tratado de Libre Comercio ya estaba prácticamente negociado. Ya estaba negociado los incrementos al salario mínimo, que fue una petición que hicieron los demócratas desde Estados Unidos.
AMLO solo llegó a ejecutarlos y hemos visto el impacto que el incremento de los salarios mínimos ha tenido, que ha sido el ingreso en las familias. Pero AMLO se cuelga la medalla y dice como ´esto es mi logro´.
—¿El fenómeno de relocalización de empresas puede pasar como una oportunidad que se desperdició?
Esta ya fue una enorme oportunidad perdida y te voy a decir por qué. Las tensiones entre China y Estados Unidos no empezaron en el 2018, escalaron en el 2018.
O sea, esto viene desde antes, esto viene desde que llega Trump, incluso desde que estaba Barack Obama, ya empezaba él con programas para trasladar de vuelta todos los trabajos de manufactura que se fueron a China.
Él pudo haber capitalizado esta oportunidad. Sobre todo, tuvo tres años con un Congreso con mayoría. Pudieron haber pasado un montón de cosas y aprovechado este momento de suerte, o sea, que nos pescara mejor preparados.
—¿Cuál va a ser el legado de López Obrador en lo económico? ¿Tú cómo lo vas a recordar?
El legado de Andrés Manuel va a ser una enorme oportunidad perdida.
Pudo haber logrado cosas que México necesitaba, pero hizo todo lo contrario.