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Política

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Alertaron hace un mes de tragedia tarahumara

Algo logró Ramón Gardea, líder del Frente Organizado de Campesinos Indígenas, cuando en entrevista para una televisora local de Chihuahua el 15 de enero lanzó la provocación: 50 rarámuris, habitantes de la Sierra Tarahumara, se habían suicidado por la falta de alimentos.

Algo logró Ramón Gardea, líder del Frente Organizado de Campesinos Indígenas, cuando en entrevista para una televisora local de Chihuahua el 15 de enero lanzó la provocación: 50 rarámuris, habitantes de la Sierra Tarahumara, se habían suicidado por la falta de alimentos. Autoridades locales y federales picaron el anzuelo y rápidamente desmintieron lo dicho. Pero ahí había quedado ya, revelada de pronto, la problemática que atraviesa esa comunidad indígena.

A partir de ahí, la reacción gubernamental ha llegado de todos los niveles, funcionarios locales que lamentan el abandono ancestral, gobernadores convocando a apoyar a los indígenas, dependencias federales que cuelgan entre las causas la peor sequía de los últimos 71 años, el presidente Felipe Calderón asegurando que nadie morirá por falta de agua o comida. En medio de todo, indígenas afectados por la sequía iniciaron su Caravana del Hambre y desde el domingo están en el DF para lograr un acuerdo con el gobierno federal.

Pero antes aun de ese destape, la crisis había motivado una respuesta de otro tipo. El 12 de diciembre pasado, la Fundación del Empresariado Chihuahuense (Fechac) advirtió la crisis y lanzó la campaña Nakúropo, término rarámuri que significa: ayudemos.

El objetivo de la iniciativa es recaudar alimento y dinero, que se convertirá en comida, para los 240,000 habitantes de los 22 municipios de la región tarahumara.

La situación tan atípica de sequía que afectó el año pasado al estado llevó a realizar esta campaña , explicó Adrián Aguirre, director estatal de la Fechac, la cual desde 1994 ha realizado 743 proyectos educativos y de salud en la sierra.

En alrededor de seis semanas, la iniciativa recaudó 500 toneladas de alimento de empresas aliadas y de particulares, las cuales repartió entre los afectados a través de 12,000 despensas de poco más de 40 kilos cada una. Las entregas, cada una de 6,000 paquetes, se realizaron el 20 de diciembre y el 14 de enero mientras que prevé realizar una tercera en febrero o marzo.

Además, en una cuenta bancaria se reciben donaciones de cualquier interesado, cuyo monto duplicará la Fechac y sus aliados.

La recaudación tanto de dinero como en especie continuará hasta septiembre, explicó Aguirre.

VISIÓN INDÍGENA

PROGRAMAS FRACASAN POR IGNORANCIA

La descoordinación entre los tres niveles de gobierno y el poco conocimiento que tienen los funcionarios de la comunidad tarahumara originan el fracaso de las políticas en favor de esta población, consideró Adrián Aguirre, director estatal de la Fechac.

Los esfuerzos de los gobiernos en apoyo a la Sierra Tarahumara no han sido suficientes. Deben entender que el desarrollo de la comunidad rarámuri no se dará de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia afuera , acotó.

CAMINO ANDANDO

En 1990, una tromba destruyó la capital de Chihuahua. Organismos empresariales del estado solicitaron al gobierno que se les impusiera un gravamen adicional al ISN para reconstruir la ciudad.

En 1994 los empleadores replantearon la solicitud por seis años.

En 1996 se crea la Fechac para dar seguimiento a los recursos.

En el 2000 y el 2006 se lograron nuevas prórrogas. Este año se prevé renovar el decreto al 2018.

Crisis. Los rarámuris son de los más afectados por la sequía.

alejandra.aguilar@eleconomista.mx

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