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Comicios de junio, prueba para la oposición hacia el 2024
En los comicios del próximo 5 de junio, cuando se disputarán las gubernaturas de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo, los partidos políticos de oposición (PAN-PRI-PRD) y Morena, con sus aliados PT-PVEM, se juegan el lugar a ocupar rumbo a los comicios presidenciales de 2024.
En los comicios del próximo 5 de junio, cuando se disputarán las gubernaturas de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo, los partidos políticos de oposición (PAN-PRI-PRD) y Morena, con sus aliados PT-PVEM, se juegan el lugar a ocupar rumbo a los comicios presidenciales de 2024, coincidieron los especialistas en materia electoral Héctor Díaz Santana y Víctor Alarcón.
Y es que de las seis gubernaturas en juego el PRI, PAN y PRD van juntos en Aguascalientes; Durango; Hidalgo y Tamaulipas.
En Oaxaca PRI y PRD van juntos, PAN por su lado; mientras que en Quintana Roo PRD y PAN van en alianza y el PRI en solitario.
Para Díaz Santana, estudioso del derecho electoral y extitular de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade), hoy Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE), en los procesos electorales de gobernador en seis estados de la República lo que la oposición se está jugando es “mantener latente una coalición efectiva, funcional, que exista”, y sirva a su “proyecto de presentar un candidato común en el año 2024.
Es decir, lo que se juegan es saber si (los partidos políticos de oposición) pueden caminar juntos y si las diferencias se pueden decantar o dilucidar por la vía del diálogo y la negociación".
“La oposición ha trabajado en procesos de coalición con la idea de poder equilibrar la competencia política de un partido que realmente ha comprobado que, desde el año 2018 a la fecha, es una maquinaria abolladora. Difícilmente la oposición, si no va unida, puede ganar. Hay lugares en donde el proceso electoral sería con un margen muy amplio al partido Morena”.
Por lo que respecta a Morena, el partido en el poder, explicó que lo que se juega es poder continuar “los procesos de movilización efectiva para ganar las elecciones” porque “es un partido político que ha presentado problemas de fraccionalización interna.
“Tienen que demostrar que saben jugar juntos (los morenistas). Ya es necesario que empiecen a modificar el discurso político. En una democracia vivimos en instituciones y el discurso de la apertura, la pluralidad, la libertad, es una garantía constitucional y es necesario, por el bien del país, evitar este discurso radical y empezar a establecer nuevos parámetros en los cuales se demuestre que pueden gobernar para todos”.
Díaz Santana alertó en el sentido de que en los procesos electorales en México “uno de los temas más preocupantes es la violencia”.
“Una de las características de las elecciones de los últimos años es la violencia que se ha manifestado en distintas formas. Hemos visto mucha violencia, desde la violencia política de género hasta la violencia extrema donde ha habido homicidios y también que múltiples candidatos han tenido que renunciar porque fueron amenazados. Este es un tema muy preocupante y debe existir una política pública para erradicarla”.
Afinan maquinarias electorales
Investigador especializado en procesos políticos, Alarcón explicó que la oposición y Morena intentarán en las elecciones de gobernador en curso conformar “una estructura más o menos consolidada”, que daría “un escenario de cómo las maquinarias electorales estarían en perspectiva con relación a la elección (presidencial) de 2024”.
Salvo los casos de Coahuila y el Edomex, las dos gubernaturas que se disputarán en 2023, afirmó, tras las elecciones de gobernador de este año se habrá de realinear prácticamente el mapa político.
En las condiciones actuales, dijo, “el partido del gobierno ya tiene un control mayoritario de las gubernaturas y eso, en términos de disponibilidad de recursos, capacidad de movilización y estructura, le da ya una ventaja muy importante”.
Desde su perspectiva, mucho de lo que ha logrado Morena en cuatro años en la estructura de gubernaturas ha sido un saldo muy favorable para el gobierno.
Las posibilidades de derrotar a Morena dependen, agregó, “de sus errores, más que de las virtudes de la oposición”.
A menos que los partidos de oposición consigan “una candidatura (presidencial) lo suficientemente poderosa”, finalizó, podrían “opacar a la maquinaria electoral de Morena, o que hubiera una serie de elementos, aquí sí circunstanciales desafortunados como una creciente crisis económica o que hubiera ingobernabilidad por otras causas, en donde finalmente el electorado pudiera valorar otra opción.