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El reto: elegir un candidato que no levante ámpula
El nuevo dirigente del PRI tendrá que alcanzar consensos para la sucesión presidencial, coinciden los especialistas.
El próximo dirigente nacional del PRI tendrá el reto, de cara a la elección del 2012, de lograr los consensos de las fuerzas que ya actúan en función de la sucesión presidencial; es decir, organizar un proceso que no genere conflictos entre los distintos grupos, lo cual no se cumplió en el 2000 y 2006, opinaron expertos.
Del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Federico Estévez consideró que los políticos de alto rango en el PRI están conscientes de que no se debe estirar la cuerda demasiado en torno de la competencia por las candidaturas, no sólo la presidencial porque hay dinámicas que después resultan incontrolables.
Tendrá que ir marcando el paso con mucha delicadeza, de manera muy suave y asegurando consensos amplios en la élite del PRI, puesto que han fracasado dos veces consecutivas en el 2005 y en el 99 , advirtió.
Así, el académico observó como reto del próximo dirigente nacional del PRI; cuya convocatoria será lanzada en los próximos días, para su renovación en marzo del 2011, será llevar un proceso hacia el 2012 que no levante ámpula.
Esto es, que no genere conflictos entre distintas facciones en el PRI, y sobre todo, claro, en la casta superior desde los políticos de peso nacional, incluyendo los gobernadores .
En la búsqueda de consensos
De la UNAM, el investigador Alfonso Jiménez opinó que el reto será encontrar una buena conducción como la tuvo Beatriz Paredes. Ése es el tema, un líder que logre generar consensos con todas las fuerzas que ya están actuando adentro del PRI en función de la sucesión presidencial .
El gobernador saliente de Coahuila, Humberto Moreira, dijo que buscará la dirigencia nacional del PRI. También se ha mencionado que Emilio Gamboa, de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) podría participar.
mrubi@eleconomista.com.mx