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Política

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Quejas y celebraciones se llevan en paz

Una recepción mixta, entre el agrado y el rechazo, tuvieron el desfile por Reforma y el espectáculo del Zócalo.

Si hubiera que escoger un único momento para describir el desfile y la ceremonia del Grito de la Independencia podría ser cuando, en el escenario rockero, el del Caballito de Reforma, se anunció en la pantalla gigante la presencia del presidente Felipe Calderón Hinojosa para dar el Grito.

Insultos varios y rechiflas recibieron al Mandatario, mismas que se detuvieron para el ¡Viva México! y quienes protestaban se unieron con fervor patrio al Grito.

El momento se puede considerar emblemático porque refleja las dualidades de la ceremonia que se llevó a cabo entre la celebración y la queja, entre un enorme aparato de seguridad pero con plena libertad de expresión y hasta de intoxicación en algunos casos, entre el gusto por algunas de las manifestaciones artísticas y la insatisfacción por otras.

La seguridad

Detectores de metal, de rayos X, policías por todos lados y una multitud que espera encontrar un lugar para ver el desfile. La orden es no dejar pasar nada que parezca peligroso , como un encendedor o una botella de agua, por ejemplo. La gente acata las órdenes. Una señora reclama: Uta, no podemos hacer nada. ¿Pus no que era una fiesta?

No es un 15 de septiembre como otros, se nota el miedo de las autoridades porque suceda algo y eso empañe lo que, en vez de verbena popular se pudiera convertir en un evento controlado y con poca libertad. Aunque lo cierto es que tuvo saldo blanco.

El desfile

El desfile organizado por Ric Birch resultó muy bueno, para algunos, y simplón, y por momentos aburrido, para otros. Salvo en la representación del Día de Muertos que fue recibida con entusiasmo por todos, igual que los diversos conciertos que le siguieron.

Tal vez la constante invitación del gobierno federal de ver el festejo por televisión o Internet, pero, salvo en el Zócalo, no se sentía mucha gente.

El Zócalo

El paso de las horas, desde la llegada a las 4 o 5 de la tarde para alcanzar lugar dio pie a la ansiedad y un poco de desesperación. A las 7:15 de la noche un par de conductores tomaron el escenario principal y con chistes poco afortunados, presentaron espectáculos deslucidos (mariachis y agrupaciones tradicionales que no interpretaron las canciones que conoce la gente, marionetas gigantes que bailaban un popurrí mexicano) que se presentaron desde ese momento hasta las 9:30 de la noche.

Así que la gente optó, desde sus particulares trincheras, por cantar el Cielito lindo o El rey y darse solitos su fiesta.

Pero cuando inició la ceremonia nadie quedó defraudado: la gente lanzó un ¡ohh! colosal cuando en medio de un juego de luces se levantó El Coloso ; se sintió atraída y divertida por el acto de tintes dramáticos titulado El árbol de la vida, y aplaudieron con entusiasmo al acto coreográfico tipo rapel de nombre Vuela México, los bailarines atléticos que danzaban sobre una pared negra componían con sus cuerpos la palabra México .

Aplausos y vivas. Una historia de 200 años tuvo su homenaje en forma de espectáculo.

Los Gritos

Ha sonado la hora de nuestra libertad y si conocéis su gran valor me ayudaréis a defenderla de la garra ambiciosa de los tiranos , dijo el presidente Felipe Calderón a eso de las 7 de la tarde al revivir las palabras que el cura Miguel Hidalgo pronunció la madrugada del 16 de septiembre de 1810. En Dolores, Hidalgo, el Jefe del Ejecutivo dio por segunda ocasión en el año el tradicional grito.

Ya en la noche, ¡Viva México!, exclamó Calderón para luego dar paso a la pirotecnia. Mientras el espectáculo de fuegos artificiales humeaba el Zócalo capitalino se escuchó música de varios géneros, incluida la cumbia, lo que fue criticado por algunos espectadores de Palacio Nacional.

Las quejas

Ni modo, nuestro país en guerra y nosotros de fiesta dijo Gil Cerezo vocalista de Kinky, al dar paso a Mi primer amor .

Estamos aquí para celebrar los ideales de la Independencia y la Revolución, para que México sea realmente libre , dijo Roco, el vocalista de la Maldita Vecindad al momento de presentarse en el escenario de El Caballito.

Pero el más altisonante fue Zoé, cuyo vocalista Leonardo Larregui, dijo: El gobierno es una mierda , pero festejó al pueblo y llamó a buscar la manera de construir el país que todos queremos .

Muchos participantes, múltiples asistentes

Si bien no estuvieron absolutamente concurridos los espacios de las celebraciones ni la ruta de los desfiles, asistieron aproximadamente 1’450,000 personas. Al desfile artístico acudió 1 millón y al militar 450,000 asistentes

850 trabajadores conformaron el operativo de limpieza, que del 15 al 16 recolectaron un total de 518 toneladas de residuos sólidos, entre ellos, envases, adornos tricolores, papel picado y residuos de alimentos.

450,000 personas presenciaron el desfile militar conmemorativo del Bicentenario de la Independencia, que inició a las 11 de la mañana (y no a las 9 como estaba previsto) y finalizó a las 2 de la tarde; transcurrió sin contratiempos en el tramo Zócalo-Madero, Juárez y Reforma.

600 militares de 17 países extranjeros desfilaron. El Congreso debió expedir la semana pasada la autorización para el ingreso de estos militares con armas. Es la segunda ocasión en que se confiere un permiso de este tipo en México desde 1910.

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