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Política

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¿Por qué declararon zona de restauración ecológica al área de influencia de la presa Endhó?

La descarga de aguas del drenaje de la Ciudad de México, aunado al asentamiento de una refinería, una termoeléctrica, seis cementeras, caleras, así como una serie de plantas industriales, han generado una severa degradación ambiental crónica que hoy alcanza niveles alarmantes

Esta vista muestra los restos de la iglesia de San Francisco -un pueblo que desapareció después de la construcción de la Presa Endho en 1952- en Tepetitlán, estado de Hidalgo, México el 5 de agosto de 2024.AFP

Durante los últimos 52 años, la Ciudad de México ha descargado sus aguas del drenaje en Tula, Hidalgo, lo cual, aunado al asentamiento de una refinería, una termoeléctrica, cementeras, caleras, entre otras plantas industriales, han generado una severa degradación ambiental crónica que hoy alcanza niveles alarmantes y que obligaron al gobierno federal a declarar a esa región zona de restauración ecológica, con lo cual se pretende remediar, en 12 años, los daños ambientales y a la salud que padece la población de esa zona.

La publicación de la declaratoria de zona de restauración ecológica el área de influencia de la presa Endhó, ocurrida el pasado 26 de septiembre, generó una serie de expectativas en la población local que pide a la autoridad hacer efectivo lo que dice el decreto y atender, no solo la degradación ambiental, sino a decenas de enfermos de cáncer, enfermedades renales, de la piel y de otros padecimientos, ocasionados por vivir en ese muladar en el que el gobierno federal decidió convertir lo que fue el epicentro de la cultura tolteca.

María Teresa Pérez Melgarejo, integrante de la Organización de Damnificados Todos Somos Tula dijo: “Estamos contentos con la declaratoria hecha por el gobierno, pero de que lo lleven a cabo, realmente no sabemos qué va a pasar. Ojalá lo hagan y que lo que está diciendo la doctora Claudia Sheinbaum, sobre un plan hídrico y trabajos para que Tula sea el más limpio, pues hay que ver para creer”.

Para esa persona que todavía padece las consecuencias de las inundaciones de septiembre de 2021, la conclusión de los trabajos para evitar que el río Tula se salga de su cauce y la comprobación de que realmente se eliminó el riesgo, será un elemento importante para saber si se puede confiar en que la remediación ecológica en el área de influencia de la presa Endhó, realmente sí se va a realizar.

Por su parte Yury Nazareth Uribe Montero, representante del Movimiento Social por la Tierra, una de las organizaciones que han estado más activas en la demanda de que la autoridad ponga remedio a la problemática de la región, comentó que la declaratoria fue recibida con mucha alegría porque se trata de un acto de justicia para las comunidades que padecen la contaminación.

Recalcó que se trata de una declaratoria vinculante, lo cual implica que no solamente se reconoció el problema, sino que obliga a las autoridades a remediarlo.

Dijo que las comunidades están listas para colaborar con las autoridades y están en espera de que se emita la convocatoria para trabajar.

Indicó que es urgente que se atiendan de inmediato los problemas de salud y el de la contaminación del agua.

A su vez René Romero Rivera, integrante del Colectivo de Comunidades en Defensa de la Vida y el Territorio de la Región Tolteca comentó que la remediación ecológica de esta zona debe implicar un cambio en la gestión del agua residual del Valle de México utilizando acciones basadas en la naturaleza como vasos reguladores en los derroteros que sigue el agua hacia esa región del Valle del Mezquital.

De acuerdo con el decreto, el objetivo es revertir la degradación ecológica en una superficie de 36,637 hectáreas de los municipios Atitalaquia, Atotonilco de Tula, Tepeji del Río de Ocampo, Tepetitlán, Tezontepec de Aldama, Tlahuelilpan, Tlaxcoapan y Tula de Allende, donde viven más de 413,000 personas.

En esa zona se ha comprometido la capacidad de suelo, la calidad del aire y del agua, derivado de diversas actividades productivas que han ejercido una presión considerable sobre los recursos naturales, como es el aumento de la presencia industrial, la ampliación de la mancha urbana, los cambios de uso de suelo, la contaminación por la alta concentración de compuestos, así como la calidad del agua superficial y subterránea, lo cual, genera perturbación y degradación progresiva de los factores bióticos, reducción de la biodiversidad, impactos negativos que afectan no solo al ambiente, sino también a la salud y bienestar de las comunidades locales.

El decreto obliga a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a expedir un programa de restauración ecológica en un plazo no mayor a ocho meses a partir de la entrada en vigencia del decreto.

Aguas negras

La lamentable historia de este ecocidio inició a finales del siglo XIX, luego en 1900 fue inaugurado en Gran Canal del Desagüe hacia el Valle del Mezquital; sin embargo, en 1972 fue cuando comenzaron las descargas masivas a la presa Endhó. Funciona como colector de las aguas negras e industriales provenientes de la Ciudad de México y del Estado de México.

De inmediato comenzaron a sedimentarse productos altamente tóxicos en la presa, convirtiéndola en fuente de contaminación de los mantos freáticos que alimentan los pozos de agua potable de las comunidades ribereñas.

Además, el agua favorece la proliferación descontrolada de lirio acuático y con ello reproducción de mosquitos Culex, que se han convertido en una verdadera pesadilla para los habitantes de alrededor de 273 localidades.

Yury Nazareth Uribe Montero explicó que por las tardes las oleadas de mosquitos son insoportables y aunque en reiteradas ocasiones han solicitado a las autoridades atiendan esa situación, han obtenido como respuesta que como no son transmisores de dengue no fumigan.

Refinería de Pemex y Termoeléctrica de la CFE

En 1976 se instaló la refinería Miguel Hidalgo de Pemex y en 1987 la termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad,

Se estima que la refinería emite alrededor de 50,000 toneladas anuales de dióxido de azúfre y más de 1,500 toneladas de partículas PM2.5 inhalables que algunos especialistas relacionan con enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer y cerebrovasculares.

En tanto, la Central Termoeléctrica de Tula se ha convertido en uno de los emisores de contaminantes más importantes de la zona.

En 2021, un estudio realizado por Iniciativa Climática México reveló que esa planta infringe la NOM-086-SEMARNAT-SENER-SCFI-2005 y casi duplica el contenido en azufre permitido, e igualmente infringe los términos del permiso de generación emitido por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), pues dicho permiso autoriza únicamente a esa central el empleo de gas natural.

Se estima que todos los días aporta más del 50% del dióxido de Azufre (SO2) que contamina el aire de la Ciudad de México y la de los municipios mexiquenses que la circundan.

Incluso, análisis realizados vía satélite por la Agencia Norteamericana Aeroespacial (NASA), señalan que uno de los puntos críticos de emisiones de SO2 en el planeta entero se encuentra justo en Tula, Hidalgo.

En la región se superan los límites de las normas de protección a la salud: Partículas suspendidas (PM10 y PM2.5), Ozono (O3), y Dióxido de azufre (SO2).

Por otra parte, por su volumen, las principales industrias en descargar sus aguas residuales al sistema hidrológico regional son precisamente la central termoeléctrica, con un volumen de descarga anual de 18 millones de metros cúbicos y la Refinería, con nueve millones de metros cúbicos.

Si bien, en 2016 se construyó la planta tratadora de aguas residuales de Atotonilco, considerada como la más grande de América Latina, solo logra tratar alrededor de 60% de las aguas residuales de la Ciudad de México.

Contaminación generada por otras industrias

La operación de la refinería y la termoeléctrica en esta región alentó la instalación de plantas agroquímicas y luego proliferaron las plantas industriales de caleras y cementeras que ocasionan una severa contaminación del aire.

En la zona operan 14 unidades económicas o instalaciones mineras, seis plantas cementeras que incineran residuos, tres caleras y múltiples fábricas de alimentos, plásticos y productos agrotóxicos .

Según el dictamen diagnóstico ambiental de la problemática presentada en la zona, para la declaratoria de zona de restauración ecológica realizada por la autoridad, se identificó un área afectada por la extracción de materiales que alimenta el proceso de fabricación de cal y cemento de aproximadamente 145.7 hectáreas; explotación de 7.2 millones de toneladas de materiales no metálicos al año; se identificaron en muestras de suelo colectadas la presencia de plaguicidas organoclorados como el DDT, DDD, DDE, así como la presencia de metales pesados, como Cd, Pb, Cr y Zn.

Se advierte que existen procesos acelerados de degradación continua, que implican la pérdida de recursos de muy difícil recuperación o restablecimiento a los ecosistemas y sus elementos, así como un grave deterioro en la salud socioambiental.

Calidad del agua

Por otro lado, la falta de vigilancia y monitoreo de residuos industriales y domésticos, aunado a la ausencia de infraestructura de tratamientos de aguas residuales, propician problemas de calidad de agua, reduciendo su disponibilidad para el consumo humano.

En las aguas subterráneas se halló que 70% de los pozos muestreados presentan nitratos, no apto para abastecimiento de agua potable o 60% de los pozos tienen presencia de arsénico o puntos con problemas significativos de contaminación.

Mientras, en las aguas superficiales, se ha encontrado presencia de compuestos orgánicos de fácil biodegradabilidad.

33.3% de los sitios muestreados califican de calidad del agua para DBQ5 contaminada y 16.6% fuertemente contaminada o presencia de compuestos orgánicos de difícil biodegradación.

27.7% de los sitios muestreados califican de calidad de agua para DQO contaminada y 44.4% fuertemente contaminada o presencia de coliformes fecales.

Además, 11.1% de los sitios muestreados califican de calidad de agua para escherichia coli contaminada, y 16.6% fuertemente contaminada o presencia de sólidos suspendidos totales. 22.2% de los sitios califican de calidad de agua para sólidos suspendidos totales contaminada y 16.6% fuertemente contaminada.

Piden atender problemas de salud

Si bien, ni la declaratoria ni el estudio técnico justificativo para declarar la zona de restauración ecológica no describen los problemas de salud que padecen los habitantes, remediarlos es una de las demandas más urgentes.

María Teresa Pérez Melgarejo recalcó que en la región hay muchos casos de cáncer, incluso hay casos en los que en la misma casa hay más de uno y es muy frecuente que en una sola familia haya tres o cuatro.

Algo similar ocurre con las enfermedades renales y con mucho más frecuencia las enfermedades de la piel, lo cual atribuyen a la contaminación en la zona y asegura que después de las inundaciones de 2021 esa situación se incrementó.

Por su parte Yury Nazareth Uribe Montero comentó que las autoridades federales se comprometieron a realizar lo necesario para tener un diagnóstico claro de los problemas de salud que padecen los habitantes de estos ocho municipios

Dijo que es necesario que la Secretaría de Salud mapee cada casa.

“Lo que nosotros vemos es una crisis muy grave. Tenemos familias que en una sola familia tienen hasta cinco pacientes con cáncer en diferentes partes del cuerpo y necesitan atención urgente. Hay calles en las que hay hasta cinco casos en una sola cuadra”.

Recalcó que hay muchas personas jóvenes con insuficiencia renal, lo cual está relacionado con la calidad del agua en la zona.

Cruzar la zona, incluso en automóvil, permite ver los graves problemas de contaminación que padece. El gobierno del presidente López Obrador dio el primer paso para la remediación. Todos en esa región esperan que la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum le dé continuidad y se limpie esa vergüenza.

Periodista mexicano, originario de Amealco, Hidalgo. Editor del suplemento Los Políticos de El Economista. Estudié Sociología Política en la Universidad Autónoma Metropolitana. En tres ocasiones he ganado el Premio Nacional de Periodismo La Pluma de Plata que entrega el gobierno federal. También fui reconocido con el Premio Canadá a Voces que otorga la Comisión Canadiense de Turismo, así como otros que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Perú.

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