Lectura 5:00 min
Costos, desventaja par?a bancos pequeños
Deben cumplir con una estricta regulación prudencial; incluye la administración de riesgos. La Cofece recomienda que las cargas operativas de las entidades sean proporcionales al tamaño.
Los costos de operación entre los bancos de nueva creación representan aproximadamente 10% de los activos, esto es cerca de tres veces más el promedio de los sistemas bancarios. A diferencia de los más grandes de México, estos bancos de nicho siguen siendo demasiado pequeños para aprovechar las economías de escala y manejar mejor sus costos, según un análisis de Moodys sobre la quiebra de Bicentenario (que dejó de operar en julio pasado por problemas de capital).
Del 2006 al 2014 se han aprobado poco más de 20 nuevos bancos en México, la mayoría de éstos de los llamados pequeños. Multiva, CI Banco, Bancoppel, Compartamos, Actinver, Famsa, Interbanco, Walmart, Consubanco, Volkswagen, Autofin, ABC, Base, Inmobiliario Mexicano, Bankaool, Bancrea, Investa, Bicentenario, Dondé, Forjadores, Paga Todo, Finterra y Progreso forman parte de este grupo.
Sin embargo, no a todos les ha ido bien. Para ser banco deben cumplir con estrictos requisitos y una fuerte regulación, algo a lo que no estaban acostumbrados bajo el amparo de otras figuras financieras con las que operaban (como uniones de crédito, casas de Bolsa, casas de cambio y sofomes, por mencionar sólo algunas) y los costos que ello representa.
Esta situación ha orillado a algunos de los nuevos bancos a tener problemas de rentabilidad e incluso a algunos a la quiebra, tal fue el caso de Bicentenario.
De acuerdo con información oficial, los requisitos para autorizar la constitución y operación de una institución de banca múltiple son: presentar estatutos, una lista de accionistas, el origen de los recursos, situación patrimonial, estados financieros y honorabilidad de los mismos; capital mínimo (90 millones de Udis); propuesta de consejeros, director general y directivos, así como de un órgano de vigilancia; convenio de responsabilidad; programa financiero estratégico; otros documentos que solicite la autoridad financiera; publicación en el Diario Oficial de la Federación; registro público de comercio; plan general de funcionamiento, y depósito de garantía o bancario.
Aunado a ello, los bancos deben cubrir una firme regulación prudencial sostenida en siete ejes fundamentales: administración de riesgos; proceso crediticio; manual de crédito; expediente de crédito; evaluación de la capacidad de pago; calificación de la cartera crediticia/provisionamiento, y diversificación de riesgos.
Además, la reforma financiera que entró en vigor a principios del 2014 hizo más rigurosa la regulación prudencial en aspectos como el establecimiento de medidas para impedir malas prácticas, tales como mecanismos para que las entidades financieras absorban pérdidas y establezcan índices de liquidez y requerimientos mínimos de capital para enfrentar los riesgos de crédito, de mercado y operativo, y facilitar el proceso de quiebras bancarias, entre otros.
Debe haber regulación diferenciada: Cofece
A decir de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), tanto los requisitos como la regulación prudencial ponen en desventaja a los bancos pequeños frente a los grandes bancos que concentran alrededor de 70% del mercado, algunos de los cuales tienen incluso sus casas matriz en el extranjero.
La opinión de expertos del Banco Mundial (BM), así como mejores prácticas internacionales (Estados Unidos y Unión Europea), sugieren una supervisión proporcional a la complejidad de cada institución y su contribución en el riesgo sistémico para mitigar las asimetrías que pueda generar la regulación prudencial.
Por lo tanto, se recomienda asegurar que las cargas operativas y/o de supervisión de las entidades financieras sean proporcionales a cada tipo de institución, lo cual debe considerar el perfil de riesgo de las instituciones, así como la complejidad, alcance y escala de su actividad , indica.
El organismo agrega que una posible consecuencia de la reforma financiera en materia de regulación prudencial es que las entidades financieras tengan mayor necesidad de colocar deuda de mediano y largo plazo, a fin de contar con mayores niveles de liquidez.
En este contexto, las entidades financieras de menor tamaño pueden enfrentar mayores limitaciones para lograr dicha colocación, pues se considera que los bancos de mayor tamaño disponen de una escala que les facilita el acceso a los mercados de capitales en mejores condiciones .
Afectación a su rentabilidad: Moodys
Para la agencia calificadora Moodys, muchas de estas instituciones no estaban familiarizadas o preparadas para hacer frente a los requisitos reglamentarios de convertirse en banco, ni a los costos asociados.
Como resultado, la mayoría de estos bancos ha tenido problemas para continuar con sus modelos de negocio y les ha llevado más tiempo de lo esperado cumplir con los retornos prometidos. En consecuencia, varios de estos nuevos bancos han sido cerrados, fusionados o absorbidos por competidores grandes .
En un análisis sobre la quiebra de Bicentenario, Moodys explica que en sus pasadas figuras financieras, los bancos nuevos normalmente enfrentaban poca o nula regulación, lo mismo que gastos regulatorios. Ahora, dice, deben pagar por la supervisión que hace la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV); por el establecimiento de áreas específicas que respondan a los requisitos reglamentarios, así como cubrir sus cuotas al Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), lo que desafía sus modelos de negocio.
De acuerdo con el documento de Moodys, a junio pasado, nueve bancos de los nuevos presentaban cifras negativas en su rentabilidad acumulada de los activos (ROA), así como en la rentabilidad acumulada de capital (ROE).