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¿Qué sucede con la sofipo Auxi, ubicada en la categoría 4 del esquema de alertas tempranas de la CNBV?
La autoridad tiene en la mira a esta financiera popular por incumplir con los niveles de capitalización requeridos para este tipo de entidades.
Desde los últimos días del 2023, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), especialmente la dirección de Supervisión de Sociedades Financieras Populares (sofipos) encabezada por Ana Laura Hernández Flores, está en alerta por la situación que atraviesa la entidad financiera Auxi.
La situación de esta sofipo es delicada, luego de que en octubre pasado registrara un nivel de capitalización de -627.8362%, ubicándose así en la categoría 4 del esquema de alertas tempranas de la CNBV, situación que amerita remover al director y al consejo de administración de la entidad.
El incumplir con los niveles de capitalización, también la pone en un escenario de posible revocación, según el artículo 37 de la Ley de Ahorro y Crédito Popular, que es el marco normativo del sector de las sofipos.
¿Pero qué fue lo que pasó?
No es la primera vez que Auxi, creada en el 2006 y autorizada para operar como sofipo desde julio del 2007, se encuentra en una situación donde incumple los niveles de capitalización (nicap) requeridos.
La mayor parte del 2020, la entidad estuvo por debajo del nivel mínimo requerido, que es de 131%, por lo que desde la CNBV se ordenó la remoción de su director y del consejo de administración de la entidad.
Esta situación dio paso a que ingresara en noviembre del 2020, tras una aportación cercana a los 49 millones de pesos, un nuevo grupo de accionistas a la entidad, encabezados por el ecuatoriano Aurelio Fernando Pozo Crespo.
A partir del 1 de diciembre del 2020, ya con una nueva dirección y un nuevo consejo, Auxi comenzó con una reestructura; en enero del 2021, Mariza Rodríguez Cuevas tomó la dirección general de la sofipo, manteniéndose Enrique Vilatela Riba como presidente del consejo, quien curiosamente venía de la administración anterior de la entidad.
En el contexto de su reestructura, la sofipo ha reducido su operación, pues, en diciembre del 2020 la firma contaba con una cartera de crédito vigente del orden de los 116 millones de pesos, pero a septiembre del 2023, el saldo en este rubro fue de 13 millones de pesos.
Asimismo, su captación también ha mantenido niveles bajos, pues en diciembre del 2021 el saldo en este rubro era del orden de los 100 millones de pesos y para el mismo mes del 2022, esta cantidad se redujo a 57 millones de pesos; a septiembre pasado, el saldo fue de 76 millones de pesos.
Sus niveles bajos tanto de colocación como de captación han hecho que la financiera reporte números rojos constantes; a septiembre pasado, la firma registró pérdidas por 75 millones de pesos.
Si bien, en el tiempo de su reestructura la firma ha realizado algunas estrategias para revertir sus números rojos, como la invitación a los ahorradores para celebrar un convenio de novación y así sus recursos fueran aportados para futuros aumentos en el capital social de la sociedad, sus intentos de poco han servido.
Y es que, el gran problema—según cuentan fuentes— que atraviesa esta entidad, es que, pese a la aportación de capital del grupo encabezado por Pozo Crespo en noviembre del 2020, hasta la fecha la CNBV no ha autorizado la participación de los nuevos accionistas en el capital social de la firma.
De acuerdo con las fuentes enteradas de la situación, incluso la aportación del capital, realizada por el grupo accionario de Pozo Crespo, podría haber sido no reconocida por la CNBV, por eso pasó de un nicap de 153% en septiembre pasado a -627.8362% en el siguiente mes.
A septiembre pasado, la sofipo contaba con activos por 78 millones de pesos, es decir apenas 0.11% del total del sector de las financieras populares. Según datos de la autoridad, al tercer trimestre del 2023 contaba con 2 sucursales para atención de 7,789 clientes.
Se espera en los próximos días, que la CNBV, encabezada por Jesús de la Fuente Rodríguez, informe sobre la sofipo en cuestión.