Sofinco, figura que ?no despega pese a ley

En junio del 2013, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) informó que dio la autorización a SMB Rural para funcionar como sociedad financiera comunitaria (sofinco), lo que la convirtió en la primera entidad bajo esta figura en recibir el permiso de la autoridad; sin embargo, desde aquella fecha no ha habido más avales a instituciones similares.

Las sofincos son entidades formadas por personas físicas y morales, enfocadas a prestar servicios financieros a sus socios que se encuentran en zonas rurales de alta marginación. Estas entidades están contempladas dentro de la Ley de Ahorro y Crédito Popular.

Para Antonio Ortega, gerente general de Fedrural, que es la federación que supervisa de manera auxiliar a SMB Rural, el que sólo una sofinco esté autorizada significa que la autoridad no toma en cuenta el sector financiero social, al que pertenecen este tipo de entidades.

La sensibilidad social no se ve en el área de supervisión (de la CNBV), pues está acostumbrada a tratar con entidades privadas (como los bancos o financieras populares) (...) Estamos en un capítulo de privados, desafortunadamente , explicó el representante de Fedrural en entrevista.

Ortega indicó que tan sólo en la supervisión, la autoridad es estricta y no entiende la figura, ya que a SMB Rural le solicita información como si fuera una entidad en manos de unos cuantos accionistas, cuando la misma figura no permite que esto sea así, pues los socios son los dueños.

Asimismo, Ortega abundó en que las malas experiencias, como los fraudes, que se han dado en otros sectores, han hecho que el proceso para autorizar a más sofincos sea más rígido.

Se han tenido experiencias no muy gratas en otros proyectos que le han llevado a la autoridad a tomar medidas preventivas para evitar autorizar instituciones que no tengan viabilidad (...) Nosotros le hemos dicho a la autoridad: nuestros proyectos no los presentamos al vapor, y el que sean sofincos no impide que cumplan con una norma , aseveró el representante de Fedrural.

Ortega informó que existen 27 sofincos afiliadas a la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social, las cuales atienden a 105,000 personas en 15 estados de la República y 494 municipios; de estas entidades, cuatro están en trámite para recibir la autorización de la CNBV y las demás, por ser entidades de nivel básico (con activos menores a los 13 millones de pesos), no requieren el aval de la autoridad para realizar sus funciones.

El peligro de no ser autorizadas

Ortega destacó que a pesar de no ser autorizadas, las sofincos que operan no tienen problemas en su parte operativa: La gente puede ir a una sofinco, depositar su ahorro, obtener un crédito (...) y así puede recibir otros servicios, como el pago de remesas o la compra de microseguros .

Pese a esto, el representante de Fedrural indicó que el ahorro de la gente en las sofincos no autorizadas no está cubierto por el seguro de depósito que ofrecen las que sí tienen el aval de hasta 25,000 Udis (133,000 pesos) por persona.

Todo el ahorro que está en las sofincos no autorizadas no está cubierto por el seguro de depósitos que establece la ley. Como federación vigilamos que la sofinco (no autorizada) tenga una buena administración , expresó Ortega.

Para Pablo Cotler, director del Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana, la figura de la sofinco fue impulsada para su creación por cierto tipo de organizaciones que no querían ser ni sociedades financieras populares ni cooperativas de ahorro y préstamo; sin embargo, no es un tipo de entidad financiera que sea atractiva, por eso no se han dado más autorizaciones de dichas organizaciones.

El problema es que si se tiene una mayor multiplicidad de figuras, el costo regulatorio se incrementa de manera importante, y hay que averiguar cuál es la ganancia social de permitir tantas figuras (...) La pregunta es: ¿realmente hay un interés por las sofincos? , indicó el académico en entrevista.