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Tarjetas adicionales, opción para controlar el gasto familiar
Estos plásticos llegan a tener los mismos beneficios y promociones que la cuenta de origen, pero pueden ser un arma de doble filo.
Utilizada una tarjeta de crédito de forma organizada puede ser una excelente aliada para sus finanzas y las de su familia.
Una forma de controlar el gasto hecho en casa puede ser a través de las tarjetas adicionales. Este producto puede ser útil para aquellos padres que envían a sus hijos a la universidad o para pagar los gastos del hogar, incluso para aquellas personas que quieren hacerse cargo económicamente de algún familiar.
Las tarjetas adicionales son aquellas que dependen de la misma cuenta del titular principal, y éste las puede otorgar a un familiar mayor de 18 años para comprar bajo la misma línea de crédito, explicó Joel Cortés, director de la empresa comparadora de tarjetas Kardmatch.
Una de las características de este tipo de plásticos es que puede tener los mismos beneficios a los que tiene acceso el titular respecto a los seguros, beneficios y promociones.
Por ello, consideró que los titulares de la cuenta deben asegurarse de que el tarjetahabiente adicional le dará un buen uso a la tarjeta adicional, ya que las compras hechas serán 100% su responsabilidad.
“Las compras que se hagan serán responsabilidad del titular. Aunque la persona beneficiada se comprometa a pagar ante el banco el responsable de las tarjetas adicionales es 100% el titular”, aseguró.
Irene Flores, editora de contenido de la comparadora de productos financieros Coru, señaló que los usos más comunes de este tipo de plásticos son cuestiones familiares como esposos e hijos, por lo que advirtió que no es recomendable darle este tipo de plásticos a amigos o personas no tan allegadas.
“La sugerencia es darle este tipo de tarjeta a sus hijos, que aún no son independientes financieramente pero necesitan liquidez para la universidad o algún movimiento bancario, o bien, para una pareja que tiene muy bien estructuradas y organizadas sus finanzas”, aseguró.
Explicó que el proceso para sacar una tarjeta adicional varía de un banco a otro. En algunos casos, sólo debe hablar por teléfono para autorizarla, mientras que otras instituciones piden algunos requisitos como una copia de la identificación de la persona que la va a usar e incluso alguna validación.
En la mayoría, los bancos las ofrecen de manera gratuita y no tienen que pagar anualidad a comparación de la tarjeta del titular.
Para cancelarla, el titular lo puede hacer en cualquier momento, ya que como éste tiene el control de la tarjeta extra puede decidir cancelar la tarjeta adicional y el banco no le va a poner ninguna restricción, pues el titular del crédito es él y se quedará con la deuda en su línea de crédito original.
Ventajas
Algunos beneficios que puede tener este tipo de plásticos es que el titular decide la cantidad de línea de crédito en la tarjeta adicional.
“El titular puede decidir qué tanto de esa línea de crédito le quiere compartir al plástico adicional. En la mayoría de los bancos puede ponerle un límite. Puede ser una cantidad proporcional. Es una manera de mantener el control y con ello disminuir el riesgo potencial de estos plásticos”, especificó el director de Kardmatch.
Para respiro del titular, en su estado de cuenta aparecen las operaciones hechas con ambas tarjetas. Ambos gastos se suman y esa será la cantidad que tendrá que pagar el titular. Sobre esa información se hará el cálculo del pago mínimo, las recompensas y todo lo que se calcula en el estado de cuenta, ya que es el mismo crédito.
Una vez que se sacó un plástico adicional, debe estar al nombre del tarjetahabiente adicional que hará uso de él, con la finalidad de evitar problemas al momento del pago, y para que los bancos identifiquen quien está usando esta tarjeta.
Desventajas
Una de las principales desventajas que los especialistas señalan sobre este tipo de plásticos es que el titular debe absorber el gasto hecho por ellos, por lo que cualquier atraso en las deudas impacta directamente en el responsable de la cuenta.
“El historial crediticio que queda dañado es del titular de la cuenta, y la obligación con el banco es del titular. En estos casos, parece que el titular de la cuenta está dando acceso a su dinero a través de sus tarjetas”, advirtió Cortés.
Otra desventaja es que no generan un historial crediticio ni bueno ni malo para los tarjetahabientes que las usan, por lo que, en caso de que quieran obtener un plástico a su nombre, no contarían como una referencia.
La editora de contenido de Coru alertó que algunas promociones y descuentos se acumulan solamente al titular de la cuenta, por lo que puede representar una limitante.
“Hay ciertos programas de beneficios que se acumulan directamente al titular y no a los beneficiarios”, afirmó.
Respecto al pago de anualidad de este tipo de tarjetas, depende mucho del banco al que se solicite, así como el producto, ya que algunas no la cobran y otras sí tienen un costo.
De acuerdo con información consultada en el Catálogo Nacional de Productos y Servicios Financieros de Condusef, algunas de las tarjetas adicionales sí tienen un costo. Por ejemplo, la anualidad de una tarjeta de crédito adicional de Banorte tiene un costo de 290 pesos, y la anualidad de una tarjeta adicional de una tarjeta Clásica de Scotiabank es de 359 pesos.