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“Vemos otra década de crecimiento en el flujo de remesas”
Subió el tiempo de estancia de trabajadores desplazados en EU, muchos de ellos cuentan ya con la ciudadanía y acceso a beneficios sociales que comparten con su familia de origen, en México.
Los flujos de remesas que envían los trabajadores mexicanos a su hogar de origen desde Estados Unidos seguirán creciendo una década más, proyectó el economista principal sobre migración y remesas del Banco Mundial, Dilip Ratha.
Al asumir que el tiempo de estancia de un trabajador inmigrante en Estados Unidos aumentó seis años tras la pandemia y ante la evidencia de que más trabajadores mexicanos obtuvieron la ciudadanía estadounidense, podemos prever que seguirá sólido y creciente el envío de estos recursos, señaló.
En sus oficinas del edificio principal del Banco Mundial, explicó que la evidencia apunta a que las remesas recibidas en México, resultan de la fortaleza del mercado laboral de Estados Unidos y de su crecimiento económico.
Pero “también son resultado del mayor esfuerzo que hacen los emisores por suavizar el impacto que tiene una moneda local fuerte en el hogar receptor, así como del impacto que tiene la inflación en su familia de origen, la que será beneficiada por las remesas que enviará”.
“El tipo de cambio es un detonante de los envíos. El mismo dólar que reciben de remesas ahora compra menos en México que hace un año; entonces los emisores de remesas hacen un esfuerzo por enviar más dólares para tratar de aliviar el efecto cambiario y la pérdida del poder adquisitivo”, refirió.
La apreciación del peso mexicano y el efecto de la inflación han generado una caída consistente en el poder de compra de estas remesas al cambio por la moneda nacional, desde el cuarto trimestre del 2022.
En febrero, el dato más reciente divulgado por Banco de México al momento de realizar esta entrevista, el peso registró una apreciación anual de 9% contra el dólar, con una variación anual de inflación de 4.4 por ciento. Esto significa que los 4.9 millones de familias que reciben remesas en el país, percibieron una disminución de 4.8% en su capacidad de compra en pesos, respecto de lo que podían adquirir el mismo mes del año pasado.
Entrevistado por El Economista, señaló que existe otro fenómeno en México que ha alimentado el flujo creciente de remesas que se ha presentado en los últimos 10 años. Tal como sucede en Marruecos, Egipto y Libia, están entrando también transferencias para los migrantes en tránsito.
Este fenómeno seguirá por varios años, reflejando también el impacto del endurecimiento de las condiciones migratorias en el país y en las que está ayudando también México.
Ingreso, ahorro y resiliencia en crisis
El experto del Banco Mundial destacó que los inmigrantes que trabajan en Estados Unidos distribuyen su ingreso para mantenerse en el país, apoyar a su familia de origen y ahorran en dólares. Entonces, al presentarse un desastre natural en su país de origen, una crisis económica en cualquiera de los dos países, o un evento familiar, cuentan con recursos para seguir enviando dólares a su familia. Tal como sucedió en la pandemia.
A manera anecdótica, comentó que los inmigrantes latinoamericanos fueron primera línea de trabajo en la emergencia sanitaria, cuando por orden de las autoridades se confinaron las familias. Ellos, se emplearon de repartidores, mantuvieron sus operaciones en el sector servicios y estuvieron al frente también como personal de salud, como médicos y enfermeras.
Migración, desigualdad y clase media
El experto confirmó que estas transferencias en dólares apuntalan el ingreso las familias receptoras en México y ayudan a salir de la pobreza. Este es un fenómeno común en el resto de las economías emergentes receptoras de remesas y originarias de los flujos migratorios, aclaró.
Las remesas pueden ayudar a una familia a escalar entre tres y cuatro deciles de ingreso. Por supuesto que mejoran su ingreso y salen de la pobreza”, resaltó.
De acuerdo con el experto, el fenómeno migratorio evidencia la desigualdad que prevalece en el país de origen. Cuando un integrante de la familia emprende el camino para aprovechar las oportunidades laborales y de ingreso que ofrece otro país, cuenta con los recursos para solventar el trayecto. Costo que definitivamente no es asequible para un hogar de bajos ingresos, aseveró.
Las personas que se embarcan en la migración no pertenecen a los deciles de más bajo ingreso. Pues los cruces hacia Estados Unidos, suelen ser costosos y requieren un fuerte gasto, enfatizó.
Migración detona conocimiento
El experto precisó que además de los ingresos en dólares que se perciben en el país de origen de un migrante, se deben agregar las habilidades y entrenamiento del trabajador desplazado.
Los emisores de remesas adquieren habilidades en el manejo de equipos de primera generación y desarrollan su talento con capacitación en otro idioma.
Así que al abrir su panorama, incentivan a que su familia en México o cualquier país de origen, a recibir preparación escolar de un mayor grado de estudios del que tiene el emisor de remesas y propician que sean entrenados en el manejo de equipo de alta tecnología.
Dilip Ratha expuso entonces que las remesas enviadas por canales oficiales a los hogares de origen de los trabajadores desplazados, en todo el mundo, ascendieron en el 2023 a 669,000 millones de dólares, según datos oficiales del Banco Mundial.
La cantidad real puede ser mucho mayor y representaría la suma de ayudas de gobiernos y de la inversión extranjera total. De este volumen, los hogares receptores en México captaron poco más de 63,000 millones de dólares, cifra 7.6% superior a la registrada en el 2022.