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La comunidad maker de México quiere proteger a los trabajadores de la salud frente al coronavirus
La comunidad maker de toda la República Mexicana se está organizando para proteger a los profesionales de la salud pública, que estarán más expuestos a contagiarse con el coronavirus Covid-19.
Corren de una reunión a otra, de sus oficinas a sus casas, se acercan a hospitales públicos para ofrecerles caretas sanitarias que protejan a los médicos, enfermeras y a todos los trabajadores de la salud que ya están en contacto con personas que posiblemente se han contagiado con el coronavirus Covid-19. Son dentistas, ingenieros, investigadores, emprendedores y muchos otros mexicanos que han puesto a disposición del sector salud sus impresoras 3D, sus cortadoras láser y otras herramientas, para que los trabajadores de la salud estén preparados para la emergencia que se avecina.
Todos se han enterado de la necesidad de equipo que proteja a la comunidad médica ante el virus a través de chats de Telegram, Whatsapp y foros web de comunidades makers en España, Italia y Estados Unidos, países que se han visto rebasados por el número de contagios que requieren atención médica y en donde tanto el sistema de salud como los voluntarios independientes no dan abasto a la demanda de equipo de protección para los médicos que, al menos en España, enferman por miles.
La comunidad maker o cultura maker basa su práctica en la colaboración para que cada persona sea capaz de diseñar y producir algunos de sus insumos. Los makers comparten sus diseños, ideas y recomendaciones en foros en internet y en muchos casos desarrollan proyectos que llegan a convertirse en pequeñas empresas de base tecnológica.
Hasta el momento de escribir este artículo, este grupo de mexicanos había logrado coordinar a 250 grupos en la Ciudad de México, Puebla, Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Yucatán, Nuevo León, Guerrero y varios estados más del país, con un total de 300 impresoras 3D que son capaces de producir hasta 150 caretas de protección por hora si es necesario. Ya se han entregado algunos de estos insumos en hospitales de Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, Guadalajara y la Ciudad de México.
Para Roberto Cerda, un innovador de la industria de las realidades inmersivas que ha integrado a las distintas comunidades makers que forman parte la iniciativa, ésta nació en el seno de la sociedad civil, con el esfuerzo de cientos de personas que reaccionaron a tiempo ante lo que estaba sucediendo en otros países.
Según Cerda, la iniciativa ya ha tenido acercamientos con distintos hospitales e instituciones de gobierno, entre las que destacó al Conacyt, con el que entró en conversaciones para que esta institución sume su infraestructura al proyecto.
La pandemia en Nueva York
Marco Antonio Castro Cosío vive en Nueva York, en donde ha visto cómo la falta de medidas gubernamentales ha convertido a la ciudad en una de las más afectadas por la pandemia del coronavirus. Estados Unidos recién rebasó a China como el país con el mayor número de personas contagiadas con Covid-19 en el mundo.
Marco Antonio es un investigador abocado al campo de las innovaciones digitales que ha trabajado en instituciones como el MET de la Gran Manzana. Fue a través de su trabajo que comenzó a notar que la comunidad maker en Estados Unidos estaba produciendo caretas sanitarias para proteger a los trabajadores de la salud de aquel país ante la falta de insumos y la escalada de personas contagiadas con coronavirus en la ciudad.
Marco Antonio es originario del estado de Jalisco, en donde, desde Nueva York, ha comenzado a establecer relaciones entre los hospitales, en particular el Hospital Civil de Guadalajara, con distintos makers que trabajan en el estado y en toda la República Mexicana. El objetivo de este investigador es que los makers mexicanos estén preparados antes de que llegue la ola de la pandemia, ya que su experiencia en Estados Unidos ha sido que ya ni siquiera se encuentran materiales para fabricar las mascarillas.
“Parece que nos llega el tsunami más tarde, entonces tenemos que prepararnos. Aquí en Nueva York, muchos de los makers que quieren ayudar ya no pueden encontrar materiales porque ya estamos en casa y la mayoría de las tiendas y almacenes ya no están abiertos al público, entonces mi preocupación es que se pueda hacer algo en México para prepararse”, dijo.
El primer paso de la iniciativa ha sido agrupar a la mayor cantidad de makers posible en diversos estados de la República, para lo que se ha integrado un listado con el total de impresoras disponibles, que ahora asciende a 300. Después, los distintos grupos se han acercado a hospitales con el fin de verificar si es necesario o no el envío de caretas. La tercera fase corresponde a fabricar la mayor cantidad de caretas posible para transportarlas a los hospitales en la menor cantidad de viajes.
“Me da mucho gusto ver en México que haya tantos nodos de innovadores dentro de los hospitales, empresas y de cada trinchera, y ver cómo estos nodos se pueden estar conectando y es la propuesta que tenemos”, dijo.
México Makers Covid-19
Abraham Trujillo es un ingeniero en mecatrónica que se dedica a la construcción. También es el coordinador nacional del grupo México Makers Covid-19, una de las agrupaciones que integran la iniciativa. El interés de Abraham en la impresión 3D nació como un pasatiempo durante la universidad y se extendió a su vida profesional. Ahora, ha decidido convertir este hobbie en una forma de ayudar a la población mexicana ante la emergencia que poco a poco se acerca al país.
Abraham vive en Acapulco, Guerrero, desde donde dirige la operación de uno de los grupos de makers con más impresoras y cortadoras láser en toda la República Mexicana. Cuando comenzó a hacer sus primeros intentos de impresión, hace cuatro años, se acercó a la comunidad maker de España, de quienes recientemente recibió la alerta sobre la situación que estaba viviendo el país y sus profesionales de la salud. A la fecha, alrededor de 6,500 médicos, enfermeras y trabajadores de la salud en general han sido contagiados con el coronavirus en este país europeo, lo que representa 1% del personal en todo su sistema.
“Vamos creciendo a pasos agigantados. Estamos dividiendo por estado y dejamos un coordinador y actualmente, tenemos casi 800 personas trabajando, con un poquito más de 360 impresoras, hemos entregado 300 caretas y en stock tenemos 400. Todo en menos de una semana”, dijo Trujillo.
Según el coordinador nacional de este movimiento, la mayoría de quienes participan en él son personas con trabajos que no están relacionados con la producción y distribución de equipo durante una emergencia, por lo que han ido aprendiendo sobre la marcha mediante el control de la producción, de las donaciones de material y de la distribución. Además, cada coordinador debe acercarse con las autoridades de los hospitales para saber si requieren caretas.
Caretas desechables
Trujillo aseguró que la papelería Lumen donará láminas de acetato que son las que se utilizan como la primera barrera ante el contagio y a las que el trabajador de la salud debe agregar un cubrebocas. Aunque las caretas que ya se están produciendo en todo el país provienen de los diseños de los makers españoles, italianos y estadounidenses, quienes también han advertido a sus colegas mexicanos sobre las medidas sanitarias que deben tomar para producirlas, lo cierto es que varios de los makers mexicanos han creado sus propios diseños y en la mayoría de los casos se ha optado por producir caretas reusables puedan ser completamente desinfectadas.
La impresión 3D o manufactura aditiva, como se le llama en la industria, requiere de un maker ciertos conocimientos de diseño y materiales. Existen al menos siete tipos diferentes de impresión en tercera dimensión, aunque la más utilizada por la comunidad es la de filamento, cuyo principal insumo son precisamente los carretes de filamento necesarios para imprimir y que es la que se está utilizando para producir las caretas sanitarias en México.
Omar Ramos y María de la Barrera son dos jóvenes emprendedores que fundaron hace algunos años un estudio de impresión en tercera dimensión (3D). Ahora ha puesto a disposición del personal de salud de su ciudad León, Guanajuato, sus impresoras 3D de filamento para producir caretas sanitarias. El estudio de Omar diseñó una mascarilla que es la combinación de algunos diseños españoles e italianos y ya ha entregado varias decenas en hospitales de su ciudad y en otras ciudades de su estado, como Irapuato.
El marketplace de impresión 3D bajo demanda, impresion3d.mx, que lideran Ramos y De la Barrera, se h a volcado a la labor de producir las caretas sanitarias; además de que ha creado un mapa en el que pueden geolocalizarse las impresoras que se han ido sumando al proyecto nacional. También cuenta con un repositorio de modelos de mascarillas y con una sección para donar recursos en especie, como filamentos y acetatos, pues el movimiento no recibe apoyos económicos.
Mapa creado por Omar Ramos y María de la barrera para identificar todas las impresoras 3D de la República Mexicana.
CDMX y Michoacán
Diego Villegas Orozco y Moisés Clemente Guzmán también forman parte del movimiento de makers mexicanos que están imprimiendo caretas para el personal médico. Diego es un cirujano dentista de prótesis dentales que coordina a los makers chilangos y que ya ha acudido al Centro Médico La Raza para hacer algunas entregas de caretas. Por su parte, Moisés trabaja en una plataforma digital educativa en Morelia, Michoacán y la impresión 3D es también un hobbie con el que ya ha entregado varias decenas de caretas.
Según Diego, desde el domingo, cuando le dieron la oportunidad de coordinar la operación en la Ciudad de México y cuando apenas había tres personas con impresoras, la cifra de voluntarios ha crecido a 88. Seis hospitales de la CDMX fueron elegidos para entregar los insumos, con un monto de entre 30 y 40 caretas por hospital. Según Villegas, esta meta se superó, con lo que, al menos en la ciudad, ya se han entregado alrededor de 220 caretas.
El dentista asegura que pueden triplicar la capacidad de producción si cuentan con el material suficiente. En el movimiento también se han integrado personas que solo buscan donar material, como filamentos, láminas de acetato escolar; además de la idea es que las instituciones gubernamentales puedan realizar compras por mayoreo para garantizar el abasto de material.
De acuerdo con Moisés, el costo de producción de cada máscara es de 50 pesos, pero todas serán donadas a hospitales públicos, como ya lo ha hecho él en hospitales de Morelia, Los Altos de Jalisco, San Luis Potosí y Querétaro. “La idea es hacer que esto se conozca para que las personas que puedan tener una impresora 3D se unan e incluso que llegue a los proveedores, que puedan ofrecernos insumos gratis”, dijo.
rodrigo.riquelme@eleconomista.mx